A Way Out es de esos juegos que caen de sorpresa y pasan desapercibidos para el gran público, pero por su calidad y mecánica de juego se transformó rápidamente en una joya. Se trata de un juego cooperativo online que no tiene campaña de un jugador y tampoco se extiende en el tiempo… pero entonces, ¿por qué es tan bueno?
Si todavía no conoces este videojuego o estás dudando la compra por no saber bien de qué va la mano, aquí te van 5 razones por las que debería transformarse en una compra obligada.
- Compañía: Hazelight Studios
- Género: Acción, Shooter
- Lanzamiento: marzo 2018
- Plataforma: PC, Xbox One, PlayStation 4
Introducción a A Way Out (Libre de spoilers)
La trama se concentra en dos protagonistas, Vincent Moretti y Leo Caruso, quienes se han conocido en prisión tras el arribo del primero. No es sencillo hacer amigos en la cárcel, pero pronto los dos se ven trabajando juntos en un plan para escapar… no sin antes algunas idas y vueltas con otros criminales. Desde ahí, A Way Out nos propone un gran escape y todo lo que eso conlleva, huyendo de la policía y descubriendo más a nuestro compañero o incluso descubriéndonos a nosotros mismos, según el personaje que interpretemos. ¿Podrán Leo y Vincent escapar de prisión? Este juego es un viaje a través del pasado, presente y futuro de los protagonistas, donde incluso aprendemos más de nosotros como jugadores, tras algún dilema moral.
Motivos para jugar A Way Out
1. Una gran experiencia cooperativa
No poder jugar de manera individual parecía un gran punto negativo, pero tras probar lo que ofrece A Way Out, entendemos las razones. Si este fuese un juego de campaña monojugador, nos estaríamos perdiendo un montón de detalles que nacen del diálogo con el co-protagonista, ya sea nuestro amigo, pareja o familiar.
A pantalla partida y con movimientos independientes, Leo y Vincent son el canal ideal para un juego cooperativo, donde a diferencia de tantos otros —como los MMORPG, los MOBA o los FPS online— no nos queda más opción, por suerte, que prestar atención a cada movimiento de nuestro compañero. Si buscas simplemente pasar el rato con alguien, tal vez otros juegos sean más “divertidos”; si buscas una verdadera experiencia cooperativa, de esas que ya casi no se encuentran, entonces A Way Out es el juego perfecto.
2. Lo bueno viene en frasco pequeño
Tratándose de un juego obligatoriamente cooperativo, vale mencionar que no siempre es fácil coincidir con alguien. Con apenas 8 o 10 horas de duración, según el ritmo de cada uno, A Way Out se presta para jugarse en una tarde o en varias sesiones de pocas horas, así que encontrar el momento indicado en que tú y otra persona estén desocupados no debería ser una pega.
Más allá que la historia es una sola y no hay muchos motivos para volver a jugarlo, sí que podemos encontrar más valor al invitar a otra persona, avanzando sin decir nada y simplemente disfrutando de sus reacciones. A decir verdad, que sea tan “corto” es una buena noticia para aquellos no tan aficionados a los videojuegos, que quizás se enganchan con este juego por no agobiarse en otros que piden cientos de horas y dedicación constante.
3. La historia es interesante y está muy bien elaborada
Tratándose de un juego tan corto, ¿al menos está bien hecho? Sí, esa es una pregunta muy importante, porque es lo que diferencia un juego bueno y barato de otro corto, malo y que deja sabor a poco en relación a la compra. Lo positivo es que incluso con su corta duración, la historia de A Way Out está tan bien elaborada que se siente muy bien a cada escena, abriendo paso a la historia de los dos criminales. Para tratarse de un título poco conocido y sin gran presupuesto, el guión es de alta calidad y el acabado es casi cinematográfico, ya que el peso de A Way Out está en la historia y no en los gráficos hiperrealistas.
4. Alcanza con que uno lo compre, y juegan dos
Vale, puede ser un juego muy bueno, pero a veces no alcanza solo con coincidir en tiempo con un amigo sino que tampoco podemos jugar juntos si no contamos con dos copias; A Way Out resuelve eso y de forma brillante: ¡si uno compra el juego ya pueden jugar dos!
Esta idea, que pocas veces —por no decir nunca— se ha visto, consiste en un código que viene al comprar el juego, y que simplemente con pasárselo a un amigo ya nos resuelve la jugabilidad. Lo único que tiene que hacer la otra persona es descargar los archivos necesarios y conectarse a nuestra partida según el código, sin gastar un solo centavo. ¿Cómo no invitar a todo el mundo a jugar con nosotros? Si no tienen que pagar, difícili que alguien se niegue...
5. ¡Qué final!
Odiamos hacer spoilers, eso ya lo saben, pero este es uno de esos momentos en que romperíamos nuestra propia regla solamente por hablar del fabuloso final de A Way Out. Para algunos previsible, para otros inesperado, lo cierto es que calza perfecto con la historia y cómo se va desarrollando, para terminar con broche de oro un juego muy original. La historia de Leo y Vincent se cierra y los dos jugadores quedan con la boca abierta, mientras surgen las interrogantes y reproches que dan vidilla a los juegos cooperativos.
No alcanza con todas las ventajas mencionadas anteriormente: si el final del juego fuese malo, todo lo demás se vendría abajo. A decir verdad, es obvio pensar que este juego sería una experiencia única y no vamos a soñar con secuelas, pero no podemos decir que no nos quedamos con ganas de más.
Palabras finales
A Way Out tiene, ya desde el vamos, un montón de características que lo hacen único en su especie, y solo eso alcanzaría para probarlo. Por suerte, y como esperamos haber dejado claro, son muchos más los motivos para de verdad sumergirse en la historia de este gran escape de prisión. ¡No te pierdas la historia de Vincent y Leo!
¿Ya pudiste jugar A Way Out? Si no puedes comprarlo, al menos ya sabes que puedes mendigar la invitación de alguien que sí lo tenga… ¡Hasta el próximo artículo!