Shuuji es un chico tranquilo, atlético y de pocas palabras que empieza a salir con Chise, una compañera de escuela que, a pesar de ser muy tímida e inocente, se anima a declarársele. Pero el mundo está en guerra, y un día un grupo de aviones enemigos aparece sobre la ciudad en la que viven, Sapporo. Atacan sin piedad. Mientras Shuuji intenta escapar, ve cómo algo va destrozando uno por uno a los aviones enemigos. No lo puede creer: es Chise, con alas mecánicas saliéndole de la espalda y un arma enorme reemplazando uno de sus brazos. Ella le explica que las fuerzas militares la convirtieron en el arma de destrucción final y esperan que luche en la guerra.

¿Por qué lo comparo con GITS? Lo elegí sabiendo la diferencia abismal que hay entre la atmósfera de ambos. Donde este último es oscuro, crudo y mental, Saikano es melancólico, triste y al mismo tiempo tiene un aura de inocencia. Y lo que es más: todo ocurre a través del lente de los sentimientos, y por lo tanto nos conmueve y nos golpea. En GITS, en cambio, todo se nos muestra a través de la lógica y la abstracción, y el ambiente es un tanto más frío. Pero, cada uno a su manera, ambos animes quieren decir lo mismo. La transformación que sufre el cuerpo de Chise y la tristeza que se va formando alrededor de ella y se adhiere como un paño húmedo, es la misma que está presente desde el principio en Motoko. Ella ya es en parte máquina y su personalidad es fría desde el principio. Y ambas tienen miedo de perder del todo su humanidad. Puede haber una diferencia en el ambiente, cierto, pero los planteos de Saikano son los de GITS. La transformación de lo humano en máquina, la pérdida de la propia identidad y la destrucción como salida.

Lo primero que les voy a pedir es que, por favor, no juzguen a esta serie por su estilo de dibujo. Una vez que se acostumbren van a ver que eso mismo, sumado a la atmósfera y la elaborada historia, es lo que hace de ella una obra hermosa y única.

Empieza así: un hombre llamado Kaiba se despierta en una habitación desolada sin recordar nada sobre su propia vida, con un colgante que contiene la fotografía de una mujer como única pista. Se encuentra en un mundo en donde la memoria de las personas es trasladada a pequeños contenedores digitales, y de esa manera puede ser modificada, hurtada e introducida en distintos cuerpos. Las personas ricas, mediante la posesión de numerosos cuerpos que originalmente pertenecían a otros, logran acercarse a la inmortalidad y viven apartadas, muy por arriba del cielo eléctrico y tormentoso del planeta en el que Kaiba se despierta. Abajo, en donde él está, la realidad es mucho más cruda. Lo mejor que uno puede poseer es un cuerpo que funcione, e incontables memorias de lo que alguna vez fueron personas permanecen encerradas en contenedores digitales, conscientes de sí mismas y condenadas a la inmovilidad. Cuando Kaiba logra escapar hacia el espacio se embarca en un viaje de conocimiento y autoexploración, ayudando a otras personas a recobrar sus memorias mientras se pregunta por el sentido de su propia existencia y de la vida tal cuál es. El colgante en su cuello parece ser lo único que lo puede ayudar a recobrar lo que perdió.

Kaiba, al igual que GITS, nos muestra un mundo en donde la vida se fusionó con la tecnología, y eso hace que los personajes se pregunten acerca de su razón de ser y se sientan vacíos y sin una personalidad que les sea propia. La búsqueda de respuestas es la fuerza que los hace moverse. Y tanto en Kaiba como en GITS: Stand Alone Complex, las memorias de una persona pueden ser trasladadas de un cuerpo a otro. Eso trae consigo un montón de dilemas morales. ¿Cómo no preguntarse quién se es, si ni siquiera el cuerpo le pertenece a uno del todo?

Un territorio sellado e inexplorado, llamado Hell’s Gate (La puerta del infierno), apareció en Sudamérica y Japón en el pasado, borrando el cielo original y transformándolo en un vacío artificial. Junto con su presencia, surgieron también personas con habilidades fuera de lo ordinario llamadas Contratistas y Dolls (títeres). Los Contratistas poseen poderes especiales que les privan de su humanidad y les estimulan la capacidad de matar, y los Dolls son médiums sin ningún sentimiento o emoción que tienen la habilidad de rastrear a otros. Ambos son usados por las agencias de inteligencia para realizar trabajos relacionados con la influencia de la Hell’s Gate. Hei, un poderoso contratista al que llaman “Shinigami Negro”, acepta casos de dudosa moral para la asociación conocida como Sindicato, y cada vez se va acercando más hacia la verdad que se oculta detrás de la Puerta del infierno y su aparición espontánea.

Darker than Black, a pesar de tener elementos de fantasía, tiene muchos puntos de contacto especialmente con GITS: Stand Alone Complex. Ambas están basadas en el seguimiento de misiones relacionadas con organizaciones secretas, haciendo uso de soldados e investigadores de élite que aportan sus habilidades fuera de lo normal. El ambiente duro y serio que persiste en ambas, y la frialdad de sus protagonistas, las conecta en cuanto a la emoción que generan en nosotros al verlas: se puede sentir el peso de la oscuridad escurriéndose a través de la pantalla.

En un principio, la historia se da en una ciudad aislada dentro de un domo llamada Romdou, que protege a los seres humanos del ambiente inhóspito que hay afuera. Los androides, denominados Autoreivs, conviven en paz con las personas y las asisten en sus tareas. El sistema parece perfecto hasta que algunos Autoreivs se vuelven locos al ser infectados por el virus Cógito. La inspectora Re-l Mayer investiga lo sucedido y da con una forma de vida llamada Proxy, un ser misterioso que podría ser la clave para la salvación del ser humano. Junto al particular Vincent Law y la pequeña Autoreiv Pino, sale por primera vez al mundo exterior y se embarca en un viaje hacia la ciudad-domo de Mosk en búsqueda de respuestas sobre la naturaleza de los Proxies. En el viaje, tanto sus horizontes como sus dudas se hacen aún más grandes.

Hay una cuestión fundamental que enlaza corazón a corazón a GITS con Ergo Proxy: ¿puede considerarse a una máquina como algo vivo y pensante? Y en ese caso, ¿qué diferencia a los humanos, qué los hace únicos? La trama de Ergo Proxy se envuelve alrededor del postulado “Cógito (pienso) ergo (luego) sum (existo)”, del filósofo René Descartes. Se nota desde los nombres hasta la forma en que los personajes especulan y se mueven a través del mundo. No es casual que el virus que despierta la consciencia de los Autoreivs se llame de esa manera. Es un animé de alto contenido filosófico, al igual que Ghost in the Shell. También, Re-l y Motoko tienen en común un carácter frío y reflexivo, además de una habilidad superior en lo que hacen. Ambas series comparten un ambiente tecnológico y oscuro, e intensas escenas de acción y drama.

Lain Iwakura es una chica introvertida que se la pasa evitando cualquier contacto con la tecnología, hasta que recibe un extraño correo electrónico de una compañera de clase, Chisa, que días antes se había suicidado. En el correo le dice que sigue viva en el terreno virtual, y que ahí mismo encontró a Dios. Con la intención de descubrir más, Lain empieza a meterse de lleno en la red (Wired), ese mundo del que se alejaba con tanta fuerza hasta entonces. A medida que se interna en él y deja que su vida cotidiana se funda con la virtual, empiezan a suceder a su alrededor eventos misteriosos, como la aparición de Hombres de Negro que la persiguen y le hacen preguntas, o el nacimiento de una personalidad distinta que toma control del cuerpo de Lain y que, a diferencia de la original, puede relacionarse abiertamente con la gente.

Hay muchos puntos en común entre Lain y GITS. Ambas se desarrollan en un mundo de estética Cyberpunk y tienen un alto contenido psicológico. En ambas, el mundo virtual y el real están tan conectados entre sí que sus límites se rompen y se vuelven imposibles de separar.

¿Recuerdan la escena final genial de la película de 1995? Esa en donde Motoko se une con el Puppet Master, perdiendo su identidad, para pasar a ser formar una ser que posiblemente se pueda expandir a través de toda la red y tomar control de ella. Bueno, a Lain le ocurre algo muy similar, nada más que de una forma distinta. No les voy a decir qué, sólo que tiene que ver con deshacerse de los límites que la hacen humana. Dice Motoko: “El cuerpo humano lo componen incontables ingredientes, como los que hacen de mi un individuo único. Sí, tengo una voz y una cara para distinguirme de los demás, pero mis pensamientos y mis recuerdos no son míos, y tengo el sentido de mi propio destino. Todo eso se funde en una mezcla que me da vida a mi y origen a mi existencia. Me siento confinada por que solo puedo expandirme con límites.”

Con Evangelion definitivamente el agua nos termina de tapar. Casi no necesita presentación, pero, en sí, nos muestra un año 2015 en donde la humanidad está al borde de ser destruida a causa de los ángeles, unos seres misteriosos y extremadamente poderosos que no pueden ser combatidos por ningún arma humana. O casi. Existe una organización especial llamada Nerv cuya principal táctica para hacerles frente son los Evangelions: unas máquinas enormes que, para funcionar, necesitan conectarse con jóvenes pilotos compatibles que dirijan sus acciones. Gendou Ikari, líder de la organización, manda a llamar a su hijo Shinji, al que abandonó hace tiempo, para que se convierta en el piloto del Evangelion Unidad 01. Este tendrá que lidiar con la presión enorme de proteger a toda la humanidad, pero como su mente es débil e insegura la batalla más grande es siempre contra sí mismo.

En Evangelion, como en GITS, los personajes se ven a sí mismos expuestos a serias dudas existenciales que guían sus acciones y los inmovilizan en un punto fijo o los hacen moverse más allá de lo permitido. Ambas series son grandes búsquedas acerca de la verdad y los límites del hombre, y hacen un uso total del concepto de entropía del que hablamos más arriba. En Evangelion, el Proyecto de Instrumentalización Humana es, justamente, acerca de la pérdida de la identidad individual para volverse, todos juntos, algo similar a un Dios, lleno y en paz. Y el destino de Motoko es ciertamente uno muy similar. En ambas la tecnología se acopla con las cosas vivas y les da un impulso y una fuerza mucho mayor a la que tendrían por separado. Y ambas, también, son un grito profundo en busca de la naturaleza verdadera de la humanidad.