Joshiraku sigue a 5 chicas principales, Kukuru Anrakutei, Tetora Bouhatei, Marii Buratei, Kigurumi Haroukitei y Gankyou Kurrubiyuutei. Estas chicas no hacen mucho, solo se sientan a hablar unas con otras, a menudo de temas que se fijaron para discutir pero que luego se descarrilan del tema principal yéndose por una tangente u otra. Por lo tanto no hay una trama con narrativas tradicionales, y esto es esencialmente un show acerca de chicas haciendo Rakugo.

El rakugo casi no ha sido retratado en el anime, y Joshiraku es uno de los pocos animes, junto con Shouwa Genroku Rakugo Shinjuu que lo representa. Joshiraku se siente como si todos los diálogos hubieran estado destinados a honrar el Rakugo. Los personajes se van salvajemente por la tangente, y terminan en todo tipo de historias locas contadas por los personajes, muchas de ellas con una especie de punto dramático subyacente que parece emblemático de la narración estilo Rakugo. Si te gusta Rakugo, y si te gustan las chicas lindas haciendo cosas lindas, sin duda debes ver este anime.

Sakamichi no Apollon sigue la historia de Kaoru Nishimi que recientemente fue transferido de Yokosuka hasta Sasebo en Kyushu, prácticamente al extremo suroeste del país. Nishimi, es tranquilo, tímido y como un ratón de biblioteca; pero él hace amistad con Sentarou Kawabuchi, un chico malo ruidoso y agitador después de que los dos descubren que tienen el mismo interés por la música. Kaoru empieza a sentir amor por la pasión de Sentarou, el jazz. Kaoru también se hace amigo y se enamora de, Mukae Ritusko, amiga de la infancia de Sentarou.

Sakamichi no Apollon tiene un lugar especial en mi corazón, y es probablemente uno de los animes de drama con un sentido más profundo y emocional que he visto. Es similar a Rakugo en varias formas; la primera es el ambiente, ambos animes están situados en un período de tiempo similar, Sakamichi a finales de los 60s, y Rakugo a principios-mediados de los años 70s. También cuentan con personajes cuya pasión es un arte de representación, y en ambas series la razón por la que están atraídos a interpretar estas artes, se relaciona con la personalidad subyacente de los personajes, o porque alivia cierta emoción negativa o estrés que impregna sus vidas.

Hyouge Mono sigue a Sasuke Furuta, un daimyo y vasallo de Oda Nobunaga, una de las personas más influyentes durante la era de los Estados Combatientes de Japón, Sengoku Jidai. Sasuke es un hombre dedicado al arte y a la belleza, y a algunas de las actividades más estéticas en la vida. A pesar de centrarse en la Sengoku Jidai, e incluir figuras históricas enormes como Tadakatsu Honda, Masamune Data o Ieyasu Tokugawa, esta serie no sigue las guerras de la época, y en su lugar es un show centrado en los personajes, y en las relaciones de los personajes durante la ceremonia del té, y su importancia en la vida social de los señores feudales japoneses.

Hyouge Mono y Rakugo son dos piezas de época que realmente se centran en la atmósfera del entorno. Hyouge Mono, por ejemplo, se centra en la era Sengoku, pero en una parte atípica de la historia de Japón, que por lo general no está representada en los medios de comunicación acerca de la época. El Rakugo y la ceremonia del té son dos partes interesantes de la tradición cultural y artística japonesa, y ver a personajes bien escritos y su relación con estas formas de arte y con los demás, es sin duda una delicia.

Chihayafuru sigue a Chihaya Ayase, una chica alegre y atrevida que desarrolla una pasión por el Karuta, un juego de cartas basado en la poesía japonesa. Creció jugando con sus dos amigos Arata Wataya, quien la introdujo al juego, así como Taichi Mashima, que es otro de los amigos de la infancia de Chihaya. Las circunstancias de la vida los llevan por caminos separados, y así terminan su amistad. Pero todos se reúnen de nuevo en la preparatoria, y las cosas cambian.

Superficialmente, es fácil de ver las similitudes entre este anime y Rakugo, ambas series son Josei que se centran en un aspecto un tanto oscuro y un tanto anticuado de la cultura japonesa. Pero Karuta es un juego, no es un arte escénico, y esa es una de las cosas que hacen de Chiyafuru una serie única. Los partidos de cartas son muy intensos, y casi se desarrollan de la misma forma que en un anime de deportes. Pero es muy similar a Rakugo en cómo los personajes se relacionan con el juego, y todos los personajes principales están muy bien escritos y bien desarrollados.

Seishuu Handa es un calígrafo, él es guapo, seguro y hábil... tal vez demasiado confiado. Seishuu obtiene una comentario negativo de un calígrafo muy respetado, lo cual lo hace explotar de coraje, y lleva al padre de Seishuu a castigarlo enviándolo a vivir en las Islas Goto, lejos de la comodidad urbanidad a los que Seishuu estaba acostumbrado en Tokio. Pero la vida rural, y los vecinos rurales pueden ser tan coloridos como todo lo que se puede encontrar en la ciudad, y el arte de Seishuu empieza a prosperar a través de sus relaciones en la isla.

Barakamon es otro anime sobre una forma de arte y un personaje tratando de sobresalir en él. Barakamon, en comparación con Rakugo es más cómico, y casi al estilo de Recuentos de la Vida, pero sin duda toca los nervios similares a Rakugo en cuanto a los personajes que presenta. Este anime le da profundidad a sus personajes, lo que se convierte en la trama general, que es distintivo de los animes de Recuentos de la Vida, y sin duda merece una oportunidad.

Akitsu Masanosuke es un ronin, pero es tímido e incapaz de defenderse por sí mismo. Esto lo lleva a la pérdida de una gran variedad de puestos de trabajo como escolta, y le obliga a realizar trabajos manuales por dinero. Con el tiempo se convierte en guardaespaldas de Yaichi, el líder byroniano de una banda llamada “Las Cinco Hojas”. Yaichi ve algo en Masanosuke, al cual él llama Masa, más allá de su apariencia tímida. Y cuanto más aprende Masa acerca de Yaichi, más se siente intrigado.

House of Five Leaves es otra gran serie de Drama con personajes complejos y telarañas de motivación que se desenredan lentamente episodio por episodio. Tiene una sensación un poco menos viva de la que se puede apreciar en Rakugo, sintiéndose aleccionador y casi onírica, en comparación, pero esto definitivamente se suma al atractivo de la serie. House of Five Leaves es también una pieza de época, que ocurre en Edo en el siglo 17, pero cuenta una parte de la vida que no vemos representada típicamente de ese período de tiempo.