El primer juego en el que pensamos al lanzarnos a la aventura de Kingdom Come es sin dudas Skyrim. En la quinta entrega de The Elder Scrolls, llegamos a un mundo impresionante en el que pasamos de ser un don nadie a transformarnos en héroes, y todo en el medio de una enorme guerra civil. Cuando estamos a punto de ser sacrificados, un enorme dragón “nos salva” y logramos escapar, iniciando así una impresionante cantidad de horas consiguiendo equipo a través de misiones épicas.

La diferencia entre los dos juegos es que Skyrim apuesta por la fantasía medieval, mientras que Kingdom Come se ajusta lo más posible al realismo histórico. El contexto que vemos en Kingdom Come realmente existió, y las mecánicas de juego nos hacen sentir humanos en todo momento. Cazar, robar o simplemente trabajar en lo posible y ser un buen fiel del Señor son opciones lógicas para una persona del siglo XIV, por lo que no tendremos magia ni poderes sobrenaturales. Como tal, Kingdom Come puede resultar más difícil a la hora de los combates, pero también mucho más satisfactorio.

For Honor fue una gran apuesta de Ubisoft por traernos un juego de combates, ambientados en épocas antiguas y poniendo frente a frente a grandes guerreros de la historia. Podemos jugar como samuráis, vikingos o caballeros, cada uno con sus diferentes ventajas y desventajas a la hora de los enfrentamientos. A su vez, cada ejército tiene distintas clases de personajes, los que debemos usar para derrotar a nuestros enemigos en diferentes modos de juego, tanto online como en una campaña. ¿Por qué hablamos de For Honor si no tiene casi elementos de RPG? Bueno, no solo porque podemos usar caballeros, sino porque apenas unos minutos con el sistema de combate de Kingdom Come te hace compararlo inevitablemente con For Honor.

En los dos juegos, las batallas con espadas (o incluso con puños en KDC) se rigen por un sistema de áreas, por lo que cada ataque va acompañado de un movimiento —ya sea del mouse o del joystick, si jugamos con mandos— hacia un lado, que el rival debe coincidir para repeler el ataque. Aunque For Honor tiene menos opciones, en KDC podemos atacar en 6 direcciones, siendo 5 de ellos “tajos” en forma de estrella (arriba, izquierda, derecha, abajo a la izquierda y abajo a la derecha) y el sexto una puñalada que ejecutamos eligiendo el punto central. Si lo que te gusta de Kingdom Come es su sistema de duelos, sin dudas For Honor te va a encantar.

La versión mejorada de Life is Feudal acaba de salir, pero bien podemos ir algunos años hacia atrás y jugar Life is Feudal: Your Own. Ambientado, obviamente, en la época feudal, este juego nos ofrece aspectos de supervivencia y acción, en un mundo abierto donde también entran otros jugadores, potenciando alianzas o posibles rivalidades. El objetivo es seguir en pie, y para eso hay que equiparse, construir un refugio estable y aprender a eliminar a quien nos ponga en riesgo.

Life is Feudal es el juego ideal para quienes prefieren dejar de lado los aspectos roleros y anhelan más opciones de combate, midiéndose contra otros jugadores. Aunque perderse en los bosques y sobrevivir emboscadas no deja de ser peligroso en ambos juegos, Life is Feudal tiene más fauna y elementos que atentan contra nuestra vida, mientras que en Kingdom Come la supervivencia pasa por alimentarse bien, dormir y tener un caballo rápido para huir en ataques donde tenemos las de perder. Para los amantes de explorar y perderse en terrenos amplios, estos dos juegos tienen eso cubierto.

Aquí tenemos otro juego medieval enfocado a los combates, aunque el lore de Chivalry explica una guerra civil en la que dos facciones se enfrentan por el vacante trono de la ciudad de Agatha. Aunque este juego se basa en un mod de Half-Life 2, se ha desarrollado lo suficiente para ser considerado un buen juego en sí mismo, proponiendo batallas a pequeña o gran escala entre varios jugadores.

En Kingdom Come casi que podemos evitar las batallas si tenemos buenos niveles de carisma o diálogo, pero el asedio a los cumanos es algo que forma parte de la historia. Lamentablemente, tampoco es que sean demasiados los momentos de pura guerra, ya que Henry no es un soldado sino el simple hijo de un herrero. Con esfuerzo, podemos entrenar el uso de la espada y convertirnos en un asesino implacable, pero Chivalry: Medieval Warfare nos permite hacer eso mismo desde un principio, y en compañía de otros amigos.

Obviamente teníamos que hablar de The Witcher 3, quizás el juego más similar a Kingdom Come en cuanto a mecánicas de juego y la relación entre la obra y sus creadores, ya que tanto Warhorse Studios como CD Projekt RED son de origen europeo, y tanto Chequia como Polonia tienen largas raíces bélicas. En The Witcher seguimos la vida de Geralt de Rivia, el famoso brujo, que se gana la vida asesinando monstruos y cobrando recompensas. En esta tercera entrega Ciri cobra un papel fundamental como la única capaz de salvar al mundo, y es tarea de Geralt encontrarla y protegerla.

Ya lo dijimos al hablar de Skyrim, pero el punto más alto de Kingdom Come es acercarse lo más posible a un ambiente realista. Si dejamos la magia y lo sobrenatural de lado, The Witcher tiene sistemas de juego muy parecidos a los de KDC, al igual que impresionantes paisajes beneficiados por los gráficos y una historia repleta de misiones secundarias y personajes peculiares. Tanto se identifican estos dos juegos que Kingdom Come muestra su respeto con varios guiños a The Witcher, motivo suficiente no solo para compararlos, sino para que más de un fanático de Geralt salga en busca de estos easter eggs.

Lamentablemente, todavía estamos a la espera de la anunciada secuela, Mount & Blade II: Bannerlord, así que nos toca viajar una década al pasado. En aquél primer juego, las guerras medievales cobraron vida gracias a una mezcla de Acción y Estrategia, en la que nos encargamos de nuestro ejército mientras intentamos conquistas o simplemente vencer en una cruzada. A caballo o a pie, en solitario o como parte de un gran ejército, este juego nos ofrece varios escenarios de guerra, siempre en un ambiente medieval.

Otra vez toca dejar de lado la historia para concentrarnos en nuestro caballo y nuestra espada o arco de flechas. Mount & Blade es un juego de combates en mundo abierto, con la posibilidad de plantear distintas estrategias o simplemente lanzarse con confianza en nuestra habilidad. Así como Kingdom Come sabe mezclar varias misiones de este estilo, Mount & Blade se basa puramente en eso, por lo que tendremos decenas de horas asesinando ejércitos rivales y proclamándonos campeones de todo.