Shadow of the Colossus es, probablemente, uno de los videojuegos más famoso, de esta lista. En esta aventura tomaremos el papel de Wander, un joven que se enfrenta a 16 colosos con el fin de rescatar a un ser querido. Este valiente chico solo cuenta con una espada mágica y su fiel corcel llamado Agro, para hacerle frente a estas criaturas gigantescas. A diferencia de otros videojuegos de este estilo, Shadow of the Colossus, cuanta con poca variedad de criaturas para poder enfrentarnos, pero sin duda en este caso la calidad supera con creces a la cantidad, ya que enfrentarse a cada uno de estos jefes se siente como un reto único.

A diferencia de este videojuego, en Monster Hunter World encontramos una extensa variedad de criaturas, haciendo de este último una aventura con mucha más diversidad de enemigos a vencer. Pero Monster Hunter World y Shadow of the Colossus tienen algo en común que las une: la inclusión de puntos débiles en cada enemigo; una mecánica que ayuda a la jugabilidad y obliga a los jugadores a planear nuevas estrategias para poder acertar el daño en los puntos donde la criatura es más vulnerable, algunas llegando a ser sumamente difíciles de alcanzar. Este pequeño detalle que las une genera un gran reto para el jugador, ya que no lo deja todo a la intuición.

Horizon Zero Dawn está ambientado en un mundo donde la humanidad ha perdido el control de la tecnología y las máquinas evolucionaron a tal punto que mantienen una existencia apartada de sus creadores. La mayoría actúa de manera hostil en contra de los humanos que se les acercan, convirtiendo la interacción de estas dos especies —hombre y máquina— en un asunto sumamente peligroso. En este mundo, las máquinas adoptaron el aspecto y la conducta de las bestias, y como todos sabemos, donde hay bestias hay cazadores. Es así como bajo el avatar de Aloy, una chica de la tribu Nora, nos embarcamos en una cacería de criaturas metalizadas.

A pesar de ser dos videojuegos con historias muy diferentes, son muchos los aspectos que vinculan Horizon Zero Dawn con Monster Hunter World. El primero de ellos y probablemente el más importantes es la jugabilidad, pues las mecánicas de cacería son bastante parecidas. En ambos juegos nos encontraremos con criaturas poderosas a las que deberemos dañar muchas veces, antes de poder aniquilarlas. Uno de los objetivos principales de cazar a estas criaturas es la obtención de objetos, como el oro o piezas que se pueden comercializar para poder comprar mejoras de armas y armaduras. Estos recursos posteriormente serán indispensables, pues a medida vayamos avanzando nos darán la capacidad de enfrentarnos a criaturas mucho más poderosas.

No es poco lo que se puede decir de la muy conocida serie de videojuegos de Final Fantasy, que a pesar de variar de juego a juego en cuanto a mecánicas, aspecto y hasta historia, comparte un punto en común en todas sus entregas. Los diseños extravagantes de enemigos, escenarios y armas que combina la ficción con la realidad, se han convertido en el sello distintivo de esta franquicia, haciendo que cada juego se transforme en una verdadera aventura épica.

Al igual que Monster Hunter World, en el mundo de Final Fantasy XV encontraremos una gran cantidad de criaturas quiméricas, todas con diseños fascinantes que varían de tamaño según su relevancia en el juego. Es impresionante la variedad de formas y habilidades que exhiben estos monstruos, a los cuales debemos enfrentar en tiempo real, dejando muy poco margen para el error. Ambas franquicias también se han esforzado en integrar a sus criaturas una inteligencia artificial óptima, que haga sentir al jugador que se está enfrentando a un monstruo real y no a un simple boss del juego.

God Eater 2 es otro videojuego de la subcategoría de cacería de monstruos, y la secuela de God Eater. Aquí recrearemos las mecánicas de la primera entrega, donde manejamos unas armas llamadas God Arts las cuales tienen habilidades especiales para acabar con los Aragamis; transformarse en armas de larga distancia o en armas cuerpo a cuerpo, o también devorar trozos de los Aragamis para obtener parte de su poder por tiempo limitado. Pero a pesar de usar las God Arts al enfrentarse a estas bestias de gran tamaño, se debe tener mucho cuidado, ya que son capaces de acabar con nuestro personaje fácilmente.

A pesar de no ser un videojuego de mundo abierto como Monster Hunter World, nos ofrece un modo cooperativo que nos permite hacer misiones en conjunto con otros jugadores. Esta modalidad resulta altamente divertida y fomenta la cooperación entre jugadores para realizar misiones, que de modo individual podrían volverse algo repetitivas. God Eater 2 recrea muy bien la dinámica de los juegos de cacería de monstruos, donde el jugador deberá combinar la destreza y la mejora del armamento para poder vencer a los monstruos que va a enfrentar a lo largo de la historia.

De bestias a demonios, ahora iremos con un videojuego que parece una versión —aún más— oriental de Monster Hunter World. Toukiden 2 nos remonta a un mundo que es atacado por los Oni, demonios muy poderosos, capaces de diezmar el planeta entero. La única esperanza de la humanidad son los Slayers, unos asesinos provenientes de una organización capacitada para enfrentarse a esta terrible amenaza. En el videojuego encarnamos a uno de estos asesinos, y a medida avanza el juego deberemos ir completando misiones para poder acumular oro, reputación y distintos accesorios que harán posible mantener batallas contra demonios de más alto rango.

Toukiden 2 resulta bastante divertido y le da un toque diferente al ya tan gastado subgénero de cacería de monstruos, pero debemos admitir que tiene muchos puntos en común con Monster Hunter World. Por ejemplo, la muy bien lograda inteligencia artificial de las bestias y el sistema de recompensas. Además, en ambos juegos podemos ir mutilando las partes individuales de los monstruos, para así vencerlos con más facilidad.

Para nadie es un secreto que Dark Souls es una de las sagas de videojuegos más exigente de todos los tiempos; para los gamers resulta sumamente difícil completar todas las misiones, ya que se requiere de mucha habilidad al enfrentarse a las distintas a amenazas que surgen en la campaña principal y en sus demás modalidades de juego. Pero es precisamente su alto grado de dificultad lo que hace tan atractivo a este videojuego, ya que Dark Souls está pensado para un público que busca un reto y pasar horas y horas familiarizándose con todas las mecánicas que ofrece esta saga.

Al igual que Dark Souls 3 y sus demás entregas, Monster Hunter World ha apostado por un público que desee experimentar un verdadero reto, llevando los grados de dificultad a otro nivel. Cada bestia establece mecánicas distintas en función de su especie, por lo tanto, es el deber del jugador tomar en cuenta varios factores para obtener la ventaja en la cacería. Como en Dark Souls 3, debemos tener mucho cuidado a la hora de elegir nuestra arma, ya que los monstruos son más vulnerables a ciertos tipos de propiedades de ellas. Otra cosa a tener en cuenta es que cada arma otorga estadísticas y habilidades únicas que pueden ajustarse a nuestro tipo de juego, haciendo que sea un poco menos difícil la lucha contra estas implacables bestias.