Vale, hoy por hoy la franquicia solo genera risa en más de uno y hasta ellos mismos se han perdido el respeto en favor del fanservice, pero antes de ser una excusa para mostrar traseros bien formados y enormes pechos que rebotan ante cualquier movimiento, DOA fue una serie conocida por sus buenos valores, especialmente Dead or Alive 2. En ese entonces teníamos 15 personajes, aunque Kasumi X —también conocida como Kasumi Alpha— no es jugable.

Si te gusta jugar Tekken por sus combos y por tener que basar la jugabilidad en algo mucho más técnico que apretar todos los botones, Dead or Alive 2 te hará pasar muy buenos momento. Eso sí: tendrás que aprenderte el sistema de holds y poner en práctica los throws, porque solamente con golpes no llegarás muy lejos aquí. Lo otro que siempre destaca en DOA son los stuns. Fuera de lo que es el combate, una gran similitud entre Tekken y Dead or Alive es el nivel de detalle prestado a los trajes y la personalización, especialmente con las chicas.

¿Buscas más combos? 2013 fue el año en que Xbox One debutó con un regreso que no muchos esperaban pero que logró sorprender positivamente: Killer Instinct. En su lanzamiento contaba con 9 personajes pero ya en su tercera temporada tenemos aproximadamente 30, entre los que aparecen algunos de los viejos conocidos: Riptor, Sabrewulf, Spinal o Cinder.

Si mencionamos sus mecánicas, una de las más famosas es el Combo Breaker, que regresa en este juego con una novedad: el “Counter Breaker”, que permite impedir un Combo Breaker por unos segundos; en cuanto a golpes todo es más o menos igual a los viejos juegos, con los Ultra Combos para finalizar una pelea. Otra similitud, por ejemplo, es que así como en Tekken 7 tenemos los ataques EX, Killer Instinct tiene otras 2 barras acumulables que habilitan golpes Shadow, más dañinos que los normales.

Hace algunos años, si alguien nos decía que un juego de Lucha entre pokémones sería posible, quizás nos hubiéramos reído por un buen rato. Digimon tuvo algo similar, sí, pero ¿y si a esto de Pokémon nos sumaban que tendría que ver con la saga Tekken? Para los escépticos, llegó el día en que salió Pokkén Tournament, y aunque para gran cantidad de entrenadores sigue siendo una blasfemia, el juego como tal ya se está consolidando en muchísimos torneos.

Charizard, Pikachu, Lucario, Mewtwo y Gengar son menos de la mitad de los personajes que se trenzan en este juego, que se da en tiempo real y no siguiendo el ya conocido sistema por turnos. Lo malo es justamente eso, que tenemos un número ínfimo de luchadores si tomamos en cuenta el universo completo de Pokémon, y que los verdaderos amantes de la franquicia preferirían otro Pokémon Stadium que esto que nos ofrecieron. Sea como sea, este juego es un buen primer paso si algún día quieres adentrarte a las peleas en 3D, con un sistema mucho más amigable que el de Tekken pero no por eso “fácil”. Y si quieres personalización, siempre puedes ver los varios estilos de Pikachu o editar el aspecto de los entrenadores.

Para compararse a los grandes, ¡nada mejor que otro grande! Mortal Kombat fue uno de los precursores de los videojuegos de peleas, siempre apostando al realismo —dentro de lo que cabe— en sus gráficos y dando el salto al 3D en épocas tempranas. Mortal Kombat XL es entonces una versión mejorada de Mortal Kombat X, con mejores gráficos y más personajes que el juego básico, superando los 30.

Aunque Tekken tiene toda esa inspiración de la cultura japonesa, los últimos juegos de Tekken y Mortal Kombat se han ido pareciendo más y más entre sí, cosa que podemos ver en los gráficos de los personajes, en el nivel de detalle de los fondos de los escenarios o hasta en el modo historia, que transcurre con peleas pero también con escenas cinemáticas que nos cuentan una historia mientras nos preparan para la pelea y terminan al momento exacto de lanzar golpes. Como ya es sabido, la jugabilidad de MK siempre ha sido diferente y más basada en poderes especiales o proyectiles, pero también se puede jugar con combos…

Si hay un juego que siempre ha competido con Tekken, en una relación amor-odio entre sus fans, ese sin lugar a dudas es Soul Calibur. Esta es otra de las grandes franquicias de las batallas en 3D, pero siempre ha quedado un poco relegada en Japón por la ventaja que otorga la plataforma Arcade, esa que siempre ha aprovechado Tekken. En Soul Calibur V encontramos un muy buen juego de Lucha con un también cuidado aspecto gráfico, aunque ciertas “faltas” lo ponen un poco por debajo a las expectativas de los más fanáticos.

Si ya dijimos que Tekken está planeado como un juego técnico de combate a corta distancia, Soul Calibur es casi lo mismo… solo que con armas. Los combos están basados en el estilo de combate de cada jugador y el arma que porta, así que a la larga los paralelismos con Tekken y sus personajes se hacen notables. A fin de cuentas, un juego y otro comparten compañía… ¡y Soul Calibur V tiene a Yoshimitsu! Bueno, quizás no al mismo en sí, por más que en Soul Calibur II estuvo Heihachi Mishima. Otra ventaja de compartir compañía es la atención a la personalización, y crear un personaje en Soul Calibur V es todo un juego en sí mismo.

Como última recomendación de videojuegos similares a Tekken no había opción más obvia que Virtua Fighter, un juego que lentamente parece quedar en el olvido pero que marcó toda una época en cuanto al avance de las peleas en 3D. En un principio, los personajes eran un conjunto de rectángulos y polígonos poco pulidos, pero si vemos los gráficos en Virtua Fighter V notamos el enorme salto de calidad.

Tanto por la influencia nipona en el diseño de los personajes como por los entornos, las animaciones, los movimientos de los luchadores o la forma en que están creados algunos escenarios, Tekken y Virtua Fighter podrían intercambiar elementos y no habría diferencia. La jugabilidad está basada en combos y throws, por lo que necesitas varias horas de juego para dominar todas sus combinaciones, algo similar a lo que ocurre en Tekken. Una vez te sientas cómodo con lo que este juego ofrece en peleas, ¡agéndate varias horas para la personalización!