¿Has escuchado sobre pozos malditos y chicas? No, no estamos hablando de la película El Aro, sino de del anime Ranma ½. En esta historia de Rumiko Takahashi, se nos presenta a Ranma Saotome, un joven que está bajo una maldición la cual hace que su cuerpo se transforme al de una chica pelirroja. Para que ésta maldición se active se debe cumplir una condición: Ranma debe mojarse con agua fría. Sin embargo, no es un transformación permanente, ya que Ranma al mojarse con agua caliente puede volver a tener el cuerpo de un varón.

La maldición comenzó en China cuando Ranma cayó en un lago maldito mientras entrenaba con su padre en artes marciales. Desde entonces, Ranma aprovecha su condición de chica para obtener beneficios con los chicos, pero a pesar de esto, Ranma desea romper la maldición para ser un hombre completamente. Si bien puede ser gracioso ver sus cambios de géneros, padecer de una maldición como esta resultaría ser bastante molesto para cualquiera.

La maldición de la familia Sohma es de origen hereditario, esta maldición ocasiona que los miembros de la familia Sohma se transformen en animales del zodiaco chino cuando tienen contacto físico con el sexo opuesto. Para comprender un poco más, fijamos nuestra atención en una de las protagonistas, Tooru Honda, quien al compartir y abrazar a los miembros de la familia Sohma, específicamente Kyou, Yuki y Shigure, los expone a los efectos de la maldición. Akito Sohma, el líder de la familia, no siente simpatía por Tooru, de hecho la considera fea y no desea que conozca sobre el secreto de la maldición, además de sentir celos al creer que Tooru se robará el afecto de los chicos además de revelar el secreto de la familia a otros.

Esta maldición es problemática para la familia porque no pueden controlar las transformaciones cada vez que alguien del género opuesto los toca, o sienten vergüenza; si esto sucede se convierten en animales. Esta maldición resulta terrible para la familia Sohma porque al revelarse su secreto, corren el riesgo de ser rechazados por la sociedad, o que experimenten con ellos debido a su maldición. La crueldad de esta maldición podemos presenciarla gracias a Kyo, quien a pesar de tener la misma maldición que su familia, este es rechazado por no ser uno de los animales del zodiaco chino..

La maldición kazana juega un rol importante en la vida del monje Miroku desde su llegada al equipo de Inuyasha y Kagome. Miroku es un monje que combate con pergaminos sagrados, pero si éstos fallan, recurre a su arma más poderosa, el túnel de viento ubicado en su mano. Este túnel de viento absorbe todo hacia el vacío, como pudimos ver en el episodio #1 de InuYasha: Kanketsu-hen, donde Miroku derrota a Hakudoshi utilizando este túnel.

Si bien kazana trae beneficios como arma, es una maldición que trae a su portador la autodestrucción, de forma tal que, abusar de ella es nocivo porque el túnel se va ampliando hasta que consume a su usuario. Esta maldición fue creada por Naraku y es de carácter hereditaria, así que el abuelo y padre de Miroku han muerto siendo víctimas de kazana. Existe una manera de romper esta maldición y ésta consiste en asesinar al escurridizo Naraku.

Los santos de Athena han tenido muchas peleas en todas las adaptaciones de Los Caballeros del Zodiaco. Han vencido a dioses como Eris, Abel, Poseidón y Hades, pero en la lucha contra Mars; dios de la guerra, este logra maldecir a los caballeros del zodiaco: Seiya de Pegaso, Shun de Andrómeda, Dragón Shiriyuu, Cisne Hyouga, Ikki de Phoenix e incluso a la misma Athena, con una marca negra.

Esta maldición consiste en que cada vez que alguno de los condenados hace arder su cosmos, la marca negra se expande por el cuerpo con el objetivo final de consumir al usuario de forma definitiva. Seiya luce casi como un fantasma al ser consumido por la oscuridad de esta maldición y vemos a Shun en el episodio #12 sufrir las consecuencias de la maldición cuando decide apoyar a los nuevos santos de bronce.

Quizás para algunos volver de la muerte sea algo impresionante, pero si le preguntas a Subaru Natsuki de Re:Zero kara Hajimeru Isekai Seikatsu, seguramente te dirá lo opuesto. Este joven es transportado a un mundo distinto y en ese lugar descubre que posee una especie de maldición divina, porque Subaru tiene la capacidad de volver a la vida. Esta maldición le fue impuesta por la bruja Satella y cada ocasión que este chico vuelve de entre los muertos, desprende el olor de la bruja.

Esta maldición ha servido como herramienta para convertir cualquier situación desfavorable en una oportunidad de triunfo, como se aprecia en la batalla de Subaru contra la Ballena Blanca. Por el lado negativo de esto, Subaru recuerda cada una de sus muertes, incluyendo las sensaciones de miedo y dolor, provocando en este joven sentimientos de ansiedad, paranoia y angustia crónica.

Yakumo Saito es un chico que nació con heterocromía y por eso posee un ojo verde y otro rojo. Es a través de ese ojo rojo que Yakumo puede ver espíritus y lo usa como ventaja para trabajar como detective y resolver casos paranormales. Si estás pensando que esto no es una maldición, sino un don, entonces debes revisar el pasado de Yakumo, quien sufrió el rechazo de personas crueles que lo marginaban por peculiar actividad. Lo interesante a destacar en Shinrei Tantei Yakumo, es que no siempre lo negativo de la maldición viene por su naturaleza, sino de la reacción de la gente cercana que atormentan el día a día.

La maldición que encontramos en Scrapped Princess es más que una maldición como tal, viene siendo una profecía, porque hace mucho tiempo el dios Mauser profetizó que una princesa abandonada tendría el poder para destruir el mundo a través de la guerra. Pacifica lleva sobre los hombros una carga pesada, pues es la destinada a cumplir este decreto sagrado de destruir el mundo; esto hace que se convierta en una víctima de las circunstancias, maldiciendo sus destino. Ella viaja por el mundo acompañada de sus hermanos Shannon y Racquel, quienes la protegen su vida contra todo pronóstico de los seguidores obsesivos del dios Mauser que desean la muerte de la joven. Pacifica es considerada una amenaza inminente para la humanidad gracias a su maldición.

En Another existe una terrible maldición que está propagada en la clase 3-3 y consiste en que si hay una persona extra entre los treinta estudiantes que conforman la clase, entonces una persona del salón o un familiar de estas morirá cada mes. Para mantener la maldición bajo control, se recurre a una estrategia que consiste en elegir a un alumno para ser ignorado por todos como si no existiera; en este caso es Misaki. Con la llegada del nuevo estudiante, Kouichi Sakakibara, todo cambia porque él no está al tanto de la situación y se comunica con la “inexistente” Misaki y es así se activa la maldición nuevamente.

La maldición se romperá cuando asesinen a la persona que pertenece al Reino de los Muertos, pero para la desgracia de todos, esta información no es pública, trayendo como consecuencias una invasión de desesperación y miedo a la clase 3-3 originando una oleada de sangre y muertes macabras que toman la vida de uno a uno de los estudiantes.

Nada es más triste que ver morir a tu amada una y otra vez. Vivir eternamente no es siempre una bendición, en especial cuando estás destinado a ver partir a tus seres queridos. Esa es la experiencia que debe repetir Meliodas, hijo mayor del Rey Demonio y la diosa Liz. Meliodas pertenecía al reino de Danafor y era el líder de los Caballeros Sagrados hasta que fijó su atención en Liz, una chica esclava proveniente del reino enemigo. Meliodas procede a liberar a Liz y llevarla a su casa donde con el transcurrir del tiempo despiertan sentimientos de amor.

Todo parece estar normal y en nombre del amor que se profesan, unen fuerzas para enfrentar al Rey Demonio y Saiko Shin, sin embargo, los enamorados mueren y el Rey Demonio condena a Meliodas a una maldición que le impide morir. Meliodas eventualmente se reencuentra con las reencarnaciones de su amor, sólo para verla morir en cada ocasión, como tragedia griega.

Keiichi Maebara nunca imaginó los horrores que viviría al llegar al mudarse a Hinamizawa, un pequeño pueblo maldito de Japón. Keiichi se instala en fechas cercanas al festival de Oyashiro-sama, un dios al que adoran en la localidad desde hace muchos años y que está vinculado a extrañas muertes, especialmente en el festival de Watanagashi donde siempre muere una persona y otra desaparece. Curiosamente, Keiichi y el detective Oishi creen que no es una maldición y que realmente hay alguien detrás de los asesinatos y desapariciones.

Indistintamente los actos que ocurren en la villa son actos de terror llenos de la oscuridad misma de la humanidad, violencia y sangre, adornados por los mitos y leyendas del dios Oyashiro-sama y demonios antiguos, dando así un ambiente lúgubre, tenebroso y especialmente tortuoso para las víctimas de la furia del dios caprichoso Oyashiro-sama.