Una de las franquicias más populares de los videojuegos, y la que impuso el género de los FPS de Terror, llegó a los cines sin mayores expectativas y tanteando el terreno. Si bien la película está lejos de ser “buena”, tiene momentos que realmente destacan y fue una de las primeras apariciones de Dwayne “The Rock” Johnson como protagonista, uno de los pocos actores que salvan el dinero. Algo a destacar es que cerca del final tenemos una secuencia casi calcada de los juegos, donde seguramente todos los que hemos visto la película no dejamos de gritarle a la pantalla.

La trama de esta adaptación de Doom nos explica la llegada de los investigadores a Phobos, luna de Marte, donde un grupo de científicos parecen haber vivido una masacre. Pronto, uno a uno empiezan a ser asesinados por monstruos y se descubre que habían estado investigando con una puerta hacia el infierno, de donde salieron seres demoníacos… pero esa no es la única amenaza. Lo bueno de esta adaptación son precisamente los guiños que solamente quienes jugaron Doom podrían entender, aunque es eso y poco más...

Incluso aunque suele pasar bajo los radares a la hora de hablar de películas basadas en videojuegos, Tekken es una película aceptable para los estándares y se vuelve bastante pasable. Vale aclarar que la saga Tekken tiene una larga historia y muchísimos personajes, motivo por el cual también es cierto que la trama se simplificó mucho y varios luchadores ni siquiera son mencionados. Aquí el protagonista es obviamente Jin Kazama, ante la posibilidad de un nuevo torneo King of the Iron Fist.

Por más que no tenemos actores famosos, las participaciones de Christie, Eddy y Heihachi sí que son algo a destacar, llevándose la mayor atención entre los protagonistas secundarios. Lamentablemente, la película no sirve para quienes quieran entender de qué va este juego más allá de las peleas en sí, pero es una buena alternativa si queremos darle cierto sentido a una nueva interpretación de los sucesos, por más que no sean canon.

Seguimos con las películas basadas en juegos de Lucha, y le llega el momento a una saga popular por los motivos incorrectos. Dead or Alive empezó como un buen juego de peleas en 3D, pero rápidamente cayó en la tentación de concentrarse solamente en los pechos de sus protagonistas femeninas, cosa que no agradó a muchos. Así todo, alcanzó para que en 2006 se estrenara una película basada en el lore del juego, con Tina, Kasumi y Christie como protagonistas.

Esta película contó con actores de mediana fama, como por ejemplo Devon Aoki (Sin City, 2 Fast 2 Furious) o Jaime Pressly (Joe Dirt), con Paul W. S. Anderson como productor. ¿Y cuál fue el resultado? Bueno, las escenas de combates son las menos, pero sí que se respira ese espíritu autoparódico de DOA durante gran parte de la película, como cuando los competidores disfrutan del sol o juegan al volleyball. Si vamos buscando una película de acción no tendremos mucha suerte, pero si lo vemos como comedia y conocemos los antecedentes de estos juegos, ahí ya cambia la cosa.

Cuando esta película fue anunciada muchos se tomaron la cabeza, y es que por si ya no quedó claro, no es nada fácil cumplir con las expectativas puestas en la película de un videojuego famoso. Prince of Persia es parte de la infancia de muchos y fue anunciada entre bombos y platillos a pesar de enfocarse en las últimas entregas, ofreciéndonos a Jake Gyllenhaal en el papel de Dastan —aunque en los juegos nunca supimos que se llamaba así— y la aparición de Ben Kingsley. Una vez pasado el estreno, las opiniones sobre esta película siguen sin encontrar un punto medio.

Aunque no podemos evitar el toque romántico, The Sands of Time es un intento por contar la vida del príncipe Dastan y su relación con el reino, especialmente una vez que todos se vuelven en su contra por una traición que no cometió. El elemento central no dejan de ser las arenas del tiempo, capaces de permitir a quien las active la posibilidad de viajar al pasado… a cambio de una maldición. Todo lo demás en esta película es una interpretación muy libre de la historia de los juegos, con elementos inventados y otros modificados, como el nombre de la princesa: Farah en los juegos, Tamina en la película.

La ventaja de esta película es sin dudas el presupuesto adjudicado, especialmente si sabemos que mucho de ese dinero fue a efectos especiales y tecnología que no existía cuando se estrenaron otras películas de esta misma lista. La desventaja, si se quiere, es que tanto la trilogía Warcraft como World of Warcraft son juegos con millones de amantes, con un lore riquísimo que puede inspirarnos y cohibirnos al mismo tiempo.

En esta película seguimos la famosa historia alrededor del portal oscuro que unió las tierras de Azeroth y Draenor, poniendo así cara a cara a humanos y orcos por primera vez. Así es como vamos poco a poco descubriendo a héroes de la Horda y la Alianza, tales como Orgrim, Durotan, Medivh, Anduin Lothar, Gul’dan, Khadgar, etc. Si bien la película está lejos de ser genial y nos deja con sabor a poco, sirve como muestra del valor visual y el potencial de esta franquicia; aunque Warcraft en sí sea mediocre, ojalá algún día Blizzard cree una historia como se merece y se cuenten los detalles de otras guerras, ya con personajes como Sylvanas, Illidan, Alleria, Arthas o Tyrande.

Podrán decir lo que quieran de esta película, pero si en algo tenemos que convenir es que los críticos de cine no deberían ser parámetro para analizar películas basadas en videojuegos, pues no solo que en muchos casos desconocen el material original sino que tampoco entienden lo que un amante de los juegos busca en el film. Con Street Fighter tenemos justamente un caso particular, defenestrado por la crítica pero amado por los seguidores de la saga de Capcom, especialmente por el fanservice.

Aunque Ryu y Ken sean los protagonistas de los juegos, en esta película son relegados a ir detrás de Guile, interpretado por Jean-Claude Van Damme; del otro lado tenemos a M. Bison inmortalizado por Raúl Juliá, y Cammy por la cantante Kylie Minogue. Aunque se busca dar un manto de realismo a los acontecimientos, tenemos un nuevo enfrentamiento entre las Naciones Aliadas y las fuerzas oscuras de Shadaloo. Digan lo que digan, Street Fighter es todo un clásico de culto entre los amantes de los videojuegos, demasiado mala como para evitar las ganas de terminar de verla.

No todo es acción o peleas en el universo de los videojuegos, y varias películas han intentado lanzarse hacia el género de Terror con resultados variados. la ventaja en estos casos es que el “cine z” tiene sus adeptos y muchos hacen películas malas adrede cuando se trata de mezclar humor y miedo; Silent Hill pintaba para ser una nueva House of the Dead, pero terminó siendo una de las primeras películas basadas en videojuegos que valen la pena ver.

Lo que vemos en pantalla está inspirado en los juegos, pero con suficientes libertades como para hacernos creer que se trata de una historia alternativa y no de una adaptación directa. En vez de Harry Mason tenemos una protagonista femenina, Rose da Silva, cuya hija parece tener un vínculo con el pueblo maldito. Al llegar, un accidente la separa de su hija y termina buscándola, descubriendo al mismo tiempo el culto y sus misterios, incluyendo personajes conocidos como Cybil, Alessa y Dahlia Gillespie, ¡y hasta Pyramid Head! En la secuela se explica que tanto Sharon como su padre Christopher —interpretado por Sean Bean en ambas películas— cambiaron su identidad tras los incidentes, explicando así la aparición de “Harry” en este mundo cinematográfico.

Por más que la primera película de Resident Evil es bastante buena en sí misma, algo de lo que todos nos quejamos fue que nos ofrecía personajes desconocidos y un argumento que poco tenía que ver con los juegos. En su secuela, Resident Evil: Apocalypse, por fin podemos ver lo que queda de Raccoon City y vivir una aventura más cercana a los juegos, con un fanservice que se hace notar con casi cada personaje introducido.

Milla Jovovich ha transformado a Alice en un personaje muy digno de la franquicia, pero por ser original siempre estaría en desventaja; en esta película eso empieza a torcerse con facilidad, especialmente cuando vemos a Jill Valentine o los mercenarios Carlos Oliveira y Nicholai Ginovaef; Además, por fin podemos ver en acción el gancho que nos había dejado la primera película, cuando Matt aparece ya transformado en Nemesis. El éxito de esta segunda película fue lo que catapultó a la saga y aseguró tantas secuelas, algunas de ellas también muy dignas y donde aparecen personajes amados como Leon, Claire y Chris.

Si hacemos una encuesta por ver quién es la mejor protagonista femenina en un videojuego, seguramente ahora tenemos más opciones; en los años 90, sin embargo, el resultado hubiese sido unánime: Lara Croft. Con esos pergaminos es que se planteó una película basada en la arqueóloga más famosa, y teniendo en cuenta la trama de Tomb Raider, convengamos que es la “más fácil” de hacer en comparación a todo lo demás. Si a eso le sumamos que Lara sería interpretada por la impactante Angelina Jolie en su mejor momento, ¿qué podía salir mal?

Bueno, “salir mal” es un concepto relativo, pues Lara Croft: Tomb Raider sigue siendo uno de los pocos casos de éxito en cuanto a películas de videojuegos. Más allá de eso, como película sigue por debajo de su punto de comparación más obvio, pues está a años luz de lo que podría ser una película de Indiana Jones. Si se hubiera mantenido como un único film quizás estaríamos hablando mucho mejor de esta película, pero la secuela, Cradle of Life, fue lo que terminó arruinando la saga y dejando a Jolie en una posición menos cómoda. Lo que queda por ver es cómo responde Alicia Vikander como la nueva Lara, ya con una película basada en el reboot y no en los primeros juegos de Tomb Raider.

La mejor película basada en videojuegos no amerita siquiera el debate, puesto que Mortal Kombat está consagrada no solo por su historia sino por sus momentos cliché y una increíble banda sonora que sigue sonando hasta el día de hoy. ¡¿Alguien pensó que un tema techno con los nombres de los personajes y palabras copiadas al azar podría ser tan pero tan genial?! En la primer película Shang Tsung organizaba un torneo al que los competidores llegaban sin saber de qué se trataba, pero aunque nunca nos quedaran claras las reglas las peleas vistas nos dejaron más que satisfechos.

Con personajes como Liu Kang, Raiden, Scorpion, Sub-Zero y Goro por fin en la pantalla grande, Mortal Kombat fue una revolución en cuanto a la forma en que el público en general veía a los videojuegos; después de todo, estamos hablando de la película basada en el videojuego más violento en alcanzar calidad mainstream. La recordada escena de Johnny Cage venciendo a Goro, cuando Sub-Zero congela al pobre retador, la venganza de Sonya sobre Kano o la batalla entre el propio Cage y Scorpion son inolvidables, casi tanto como ver a Cary-Hiroyuki Tagawa —actor de Shang Tsung— diciendo “fatality!” tras absorber el alma de un luchador derrotado.

La secuela, totalmente innecesaria, nos regaló personajes que todos queríamos ver. Lamentablemente hoy en día Mortal Kombat ha perdido peso frente a otros juegos de peleas, pero viendo el éxito que ha tenido Mortal Kombat: Legacy como serie independiente (publicada en YouTube) nos dan muchísimas ganas de ver un reboot de estas películas... pero bien hecho.