Empezamos la lista con una batalla extremadamente épica en su momento, pero que a la vez se puede conseguir de forma épicamente estúpida y simple. Hoy por hoy, Noob Saibot es un personaje ya clásico de la saga Mortal Kombat y es conocido como el Sub-Zero original, pero en la época que se estrenó Mortal Kombat II era un ninja misterioso que aparecía como personaje oculto.

Para alcanzar la pelea frente a este adversario el requisito era conseguir 50 victorias consecutivas frente a otro jugador, sin perder siquiera un round; obviamente, esto también se puede conseguir si no hay nadie que maneje ese segundo personaje, o si esa persona se deja ganar deliberadamente para desbloquear a Noob Saibot. Así todo, era mágico el momento en que muchos descubrían a este luchador por casualidad, arrastrados a una pelea inesperada que ponía a prueba ese récord tan abultado.

Teniendo un archienemigo como el mismísimo Joker, se requiere de mucho para estar a su misma altura como villano de Batman ya sea en los cómics, películas o videojuegos. En Arkham Asylum tenemos un caso que destaca y que vale la pena mencionar, no solo por lo que representa el enfrentamiento sino por lo que genera en nosotros como personaje. Vale decir que Scarecrow, también conocido en la traducción como El Espantapájaros, es un villano que hace uso de gases alucinógenos para aumentar el miedo de sus víctimas… aunque esa víctima sea el propio Batman.

Aquí el duelo es mental, y se vuelve épico porque por unos instantes logra vencernos incluso a nosotros, detrás del mando; algo similar a lo que sucede con Psycho Mantis en Metal Gear Solid. Escenarios que cambian, supuestas muertes o sueños que no sabemos distinguir de la realidad y hasta un supuesto crasheo del juego… no hay nada que se pueda hacer contra eso, ni siquiera siendo un gran superhéroe. Sí, quizás la cosa se resuelve de forma estúpida, pero eso no quita todo lo que pasamos antes.

Nioh es un videojuego caracterizado por su visión alternativa a la vida de los samuráis y por la conexión histórica con personajes y mitos. El protagonista de este juego es un samurái británico que se enfrenta a monstruos y youkais, así que uno de los duelos más interesantes y llamativos es cuando nos toca derrotar a Yuki-onna y Oda Nobunaga, al mismo tiempo.

La batalla no es tan difícil cuando sabes lo que haces, pero cualquier error podría ser fatal ante estos dos adversarios. Para quienes no tengan idea de la cultura japonesa, Yuki-onna es “la mujer de la nieve”, una leyenda popular de espíritus que habitan las montañas en el invierno, seduciendo hombres o mujeres y alimentándose de su fuerza vital a través de besos; Oda Nobunaga, por su parte, fue una importante figura política y militar del feudalismo nipón. Muchos jugadores consideran esta etapa como el enfrentamiento más difícil del juego, pero si hablamos de épico, también le merece el lugar por añadir dos personajes tan reconocidos y populares.

The Witcher 3 fue uno de los mejores juegos del año 2015, y al día de hoy sigue cautivándonos con sus misiones y secretos, además de su magistral historia. Claramente, un juego así tenía que tener algún momento épico, y aunque tenemos varias escenas y situaciones que podrían estar a la altura, nos quedamos con una de las misiones más recordadas: la batalla de Kaer Morhen.

A lo largo del juego descubrimos lo que implica Eredin Bréacc Glas, líder del ejército conocido como Wild Hunt. Llegados a este punto, Ciri y Geralt se dan cuenta que no pueden escapar más y su única alternativa es hacer frente a sus enemigos, y así inicia la gran batalla, una gran misión en sí pero que tiene varias etapas intercaladas con escenas cinemáticas. Obviamente no vamos a spoilear mucho más sobre las circunstancias ni revelar el desenlace, pero es algo que todo jugador debe experimentar.

Cuphead fue una de las revelaciones de 2017 no solo por su fabuloso estilo gráfico, sino porque ese mismo aspecto nos hizo creer a todos que se trataría de un divertido y familiar juego de plataformas cuando en realidad resultó ser una pesadilla para las almas débiles. Aunque muchos abandonaron el juego forzadamente y de manera temprana, otros pudieron ver lo divertidas y difíciles que resultan las batallas con los jefes, entre las que aparece un cruce con el Dr. Kahl y su robot.

Enfrentarse a este científico loco tiene varios niveles de dificultad, en principio porque cuenta con un robot gigante, pero también porque nosotros vamos en una aeronave disparando como en los Shoot ‘em Up de los años 80 y 90. Para honrar la dificultad de este juego, el Dr. Kahl cuenta con 3 fases a vencer, que seguramente te sorprenden la primera vez pero luego pueden ser terminadas en un par de minutos, si tienes la habilidad suficiente.

A lo largo de las pasadas décadas podemos concluir en que, sin importar a qué juego de The Legend of Zelda nos refiramos, casi todas las peleas finales con Ganon han sido épicas por una u otra cosa. Con eso en mente, también es lógico pensar que siendo Breath of the Wild el mejor juego en la saga y uno de los mejores que hemos visto últimamente más allá de consola o género, la elección resulta bastante obvia.

Para explicarlo a grandes rasgos, BotW es una aventura en la que Link tiene que derrotar varias formas de Ganon, por lo que terminamos plantando cara a Calamity Ganon en el castillo de Hyrule. Si bien la batalla es difícil —salvo que vayamos preparados de antemano y con decenas de horas de juego puestas— vencerlo no termina la cosa, porque inmediatamente después surge un nuevo rival: Dark Beast Ganon, su forma más maléfica. Sí, la dificultad se la lleva Calamity Ganon, pero esta última pelea tiene todos los componentes épicos: vamos montando a caballo, enfrentamos un monstruo enorme en un lugar amplio para el combate y necesitamos un golpe certero para ponerle fin. Y claro, no nos olvidemos de Zelda, que también tiene su importante papel en esto.

Ifrit es uno de esos clásicos personajes recurrentes de Final Fantasy, apareciendo a veces como enemigo y otras tantas como invocación posible. Final Fantasy XV tiene una colección de grandes rivales y magníficas batallas incluso por fuera de la historia principal, pero enterarnos que tenemos que luchar contra esta bestia nos pone los pelos de punta… y más sabiendo por experiencia propia lo que es capaz de hacer.

Quizás la apariencia de Ifrit ha sido tema de debate entre los más fanáticos, discutiendo si se trata de una de las mejores en la saga o simplemente arruinaron un concepto que ha sabido ser mejor. Dejando esas opiniones de lado, en algo que podemos estar de acuerdo es que la pelea con Ifrit es realmente impresionante y demandante, y la batalla se pone mejor cuando irrumpen otros dioses, Bahamut y Shiva. Evidentemente es una batalla que se puede ganar sin saber lo que está sucediendo a nuestro alrededor, pero es un momento épico si tienes presente la historia misma del juego y su mitología.

Shadow of the Colossus es un juego fantástico no solo por sus entornos sino por su historia y cierto giro de guión que nos deja sin palabras. Aquí interpretamos a Wander, un chico que en su afán por salvar a Mono, de la que parece estar enamorado, se aventura a una tierra desconocida en busca de un ser capaz de revivirla. Este personaje, Dormin, le pide que encuentre y derrote a 16 colosos para así poder revivir a Mono, cosa que Wander hace… sin saber las consecuencias.

Tratándose de colosos —conocidos como Colossi—, es normal que se trate de bestias enormes y poderosas, que además encierran fragmentos de un alma oscura. Como el juego no tiene tantos personajes ni una gran narrativa, los enfrentamientos con los colosos son la pieza central y se vuelven incluso más magníficos con cada uno que vencemos, teniendo cada uno de ellos un encanto único. Si le buscamos el lado épico podemos elegir alguno u otro por su nivel de dificultad, su aspecto o su implicancia, pero preferimos quedarnos con todos ellos como parte de una gran odisea digna de ser vivida.

En la lista hemos tenido de todo, pero al borde del primer lugar nos quedamos con una pelea muy recordada por cualquiera que haya jugado la saga Metal Gear, desarrollada durante Metal Gear Solid 4 pero con una historia que viene de mucho antes. Nosotros controlamos a Solid Snake, pero en una versión ya entrada en años; en frente tenemos a Liquid Ocelot, una especie de fusión entre Liquid Snake y Revolver Ocelot, cuando éste último se implantó el brazo del primero.

Cada vez más, las peleas en Metal Gear tienen un impacto cinematográfico, reforzado por los diálogos reflexivos que se intercalan entre golpes. Cualquiera que haya jugado estas obras de Konami sabe que tenemos armas a disposición, pero este duelo es todavía mejor porque solo son dos viejos conocidos luchando por sus ideales a puño limpio. Dos hombres marcados por la vida dándose golpe tras golpe, sufriendo la edad pero a la vez mostrando vestigios de lo que alguna vez fueron. La música que suena no es la típica de acción sino algo mucho más nostálgico, por lo que tenemos momentos jugables y otros donde simplemente disfrutamos las escenas pregrabadas. ¡Esta pelea es un viaje a través de la nostalgia para los fans de la saga!

¿Y qué hay más épico que lo que vimos hasta ahora? Si hay un juego que por su historia y su dificultad han alcanzado esa palabra, sin dudas ese es Dark Souls, así que definitivamente tenía que encabezar nuestras recomendaciones. Sinceramente, tenemos muchos combates y momentos épicos en estos juegos, pero casi todos podemos convenir que hay un dúo que se las trae, y que está un escalón por encima de los demás en este aspecto: Ornstein y Smough.

Visitar la Catedral de Anor Londo es toda una experiencia, pero no hay mucho tiempo para apreciar la vista cuando un asesino de dragones y un verdugo —que además de ser obeso y gigante tiene un martillo más grande que tu personaje— se te vienen encima. La batalla es especial porque tenemos dos rivales pero también dos soluciones posibles, según a quién eliminemos primero; en una segunda fase, quien siga vivo absorbe los poderes del caído y se vuelve una criatura todavía más poderosa y resistente, sin mencionar que recupera toda su salud. Para los jugadores de Dark Souls es todo un reto en los primeros enfrentamientos; un momento épico al recordar cuando llegamos, pero todavía más si pensamos en la primera vez que logramos vencerlos.