Siendo tan centrales como son los Ultraentes en la región de Alola, donde se te habla cerca del comienzo de extraños portales que hacen pensar a la gente que el cielo se ha partido en dos, e incluso habiendo mitos que los nombran de manera indirecta —o muy directa, en caso de Necrozma— la gente esperaba si no un número superior de Ultraentes a los aparecidos en Sol y Luna, algo similar. Acabó resultando que si bien conseguimos algunos nuevos, fueron pocos: Poipole y su evolución Naganadel, Blacephalon y Stakataka, forman el elenco de nuevas incorporaciones a este reducido grupo de invasores interdimensionales.

Teniendo en cuenta que nosotros somos capaces de visitar un número finito de dimensiones durante Ultrasol y Ultraluna, es muy extraño que no veamos más que los Ultraentes de las versiones anteriores; jamás llegamos a encontrar uno que no conozcamos ya más allá de nuestra dimensión, ya que los únicos nuevos los encontramos en Alola y no en el Ultra Espacio Cero, donde deberían haber más cosas que solo pokémones normales. Para lo que suelen tener las segundas ediciones está bastante bien, pero podría haber sido mucho más.

De manera similar a lo expuesto en el punto anterior, en estos juegos somos capaces de visitar dimensiones distintas a la original desde nuestra óptica. A partir de cierto punto visitaremos distintas zonas a lomos de Solgaleo o Lunala, y es algo que causó revuelo cuando se conoció, porque nadie se lo esperaba pero mucha gente lo deseaba, ya que abría la posibilidad de otras localizaciones. En cierta manera se cumplió esto, ya que el mundo de la Ultrametrópolis es a su manera una región, sin embargo sea Ultrópolis, Ultrajungla, Ultrabosque o Ultradesierto lo que recorramos, parece que estamos jugando a un simulador de recorrer pasillos.

Es increíble la de mundos distintos que visitas y lo variados e interesantes que son, desde la enorme Ultrajungla, repleta de colosales árboles con forma de cuerpo superior de un culturista, como el Ultrabosque repleto de ancianos de vestimentas orientales que parecen dominar las habilidades de Kartana, o incluso la Ultraurbe, que parece ser otro nombre para la ciudad de Hauoli tras afrontar un apocalipsis y el paso del tiempo. A pesar de todo esto, es complicado sacar nada de historia de estos sitios, aunque sería muy sencillo crear más espacio con hierba alta o incluso habitantes de esta dimensión paralela, de manera que se sintieran más vivas; es comprensible por qué no lo hicieron, ya que la región de Alola es de por si bastante grande como para añadir más distracciones. Aún así...

Si bien es cierto que hubo una cantidad inesperada de cambios a nivel de historia que bastan para crear algo digno de ver, y que incluso puede llegar a enlazar con Sol y Luna como una dimensión paralela, en la que algo tan simple como la llegada de la Unidad Ultra altera la historia desde su raíz, también es verdad que a nivel de dimensión paralela no se producen cambios realmente importantes en los personajes o las islas de Alola en general, quedando en su mayoría un juego altamente similar a su predecesor. Debemos reconocer que detalles como el cambio de pokémones dominantes o hasta la inclusión de alguna que otra prueba que no existía en la Alola de Sol y Luna es altamente agradecida, ya que da pie a momentos sorprendentes o a veces incluso hilarantes, en los que jugadores de las primeras versiones ven sus expectativas de una repetición aplastadas cuando todo cambia repentinamente, al menos con respecto a la historia original.

Se hubieran apreciado cambios de personajes, como una Lylia más resuelta desde el comienzo —aunque al final realmente cambia— o un Gladio más amable, hasta una Samina menos pirada o incluso un Fabio menos rastrero. En cuanto a los otros personajes, no hay mucho que sea importante cambiar, ya que otros como Tilo y Guzmán deben mantenerse para retratar cómo cambiaron realmente, a pesar de que ya no se explique tan correctamente por qué Guzmán sigue ciegamente a Samina hacia lo que probablemente es una muerte segura. Además, creemos correcto mencionar que las islas de Alola tienen bastantes cambios de una edición a otra, sobre todo en el apartado de misiones secundarias, pero se hubiera agradecido alguna que otra cosa más, como una prueba de tipo Volador o Hielo.

Para ninguno de los que siguieron con avidez las noticias que se revelaban poco a poco sobre Ultrasol y Ultraluna fue un secreto que a menudo surgían rumores de formas Alola nuevas, y por supuesto, la idea era por lo general bien recibida, no solo por la variedad que traía en cuanto al competitivo sino también porque era una manera de insuflar nueva vida a pokémones de la primera generación. Por desgracia, y a pesar de los rumores, todo resultó ser humo y ninguna forma Alola apareció en las nuevas entregas, a pesar de todo el potencial y presuntas filtraciones que habían.

Las formas Alola que se comentaban eran muchas y diversas, incluso cosas en apariencia tan absurdas como un Arcanine de tipo Agua o un Alakazam de tipo Lucha, que a pesar de parecer imposibles no lo son tanto si tenemos en cuenta cosas como el Sandshrew de Hielo y el Vulpix de Hielo también, o incluso un Geodude de magnetita. Aún así, la gente estaba especialmente centrada en las filtraciones que anunciaban una forma Alola para un pokémon de tipo Planta/Veneno de la primera generación, que solo podía ser o Bellsprout u Oddish, y aunque Oddish parecía la opción ideal por su evolución Bellossom, al final nada de esto fue implementado.

Hablando de rumores, es posible que el más extendido en su momento fue que aparecería Kanto o Sinnoh, si no como región entera como una parte o una referencia al menos; quizás en esa última parte acertaron, pero realmente no llegas a ver jamás otra región que no sea Alola, incluso aunque durante los juegos puedas combatir contra legendarios de otras regiones. Claro, esto ocurre en Ultraportales y bueno, Zygarde se encuentra en una cueva sin motivo aparente. Aún así, la gente teorizó de mil maneras distintas cómo llegar desde Alola a Kanto en el postgame, aunque por desgracia, ninguna de estas esperanzas se cumplió al final.

No era descabellado que algo pasara y pudieras llegar a Sinnoh, especialmente cuando en el arte promocional de Ultrasol y Ultraluna aparecía un agujero en el cielo que recordaba sospechosamente a la dimensión reversa de Giratina, y más si tienes en cuenta que el postgame se implica mucho con lo de los viajes entre dimensiones, que es el territorio de Palkia. Kanto, por otro lado, tampoco era nada tan complicado ya que Alola está plagada de la influencia de Kanto en varios aspectos, y según comentan, está relativamente cerca, por lo que no hubiera sido tan complicado explicar una visita allí aunque fuera el Kanto de otra dimension. Por desgracia, ni los viajes interdimensionales pueden mandarnos al pasado.