Empezamos con Mushishi, una obra que nos habla de una forma de vida primitiva indefinible, llamada Mushi. Podríamos decir que son las células madre del mundo; una forma de vida que puede imitar cualquier fenómeno que ocurre en el mundo, desde un desastre natural, hasta una enfermedad, incluyendo materiales, elementos, etc. Para el mundo y las personas que lo habitan, es algo desconocido puesto que pasan desapercibidos para los ojos de muchos, excepto para los Mushi, quienes como Ginko, nuestro protagonista, dedican sus días a buscar estas formas e intentar aprender más sobre ellas y su naturaleza, pues esto podría dar la respuesta el mismo sentido de la vida.

Mushishi es un anime lleno de magia y un arte fantástico en el que se nos presentan planos extremadamente cuidados de paisajes y naturaleza de carácter realista en el que podremos apreciar la magia y el misterio que envuelve a los Mushi. El punto fuerte de este anime es que, en su animación, los Mushi han sido interpretados de una gran variedad de formas, pero siempre simples y minimalistas, para así no quitarle importancia a la trama y que el espectador pueda concentrar su atención en ambas, experimentando de primera mano la magia y el misticismo de estas criaturas.

En este anime emitido recientemente se nos presenta un mundo en el que existen los hand shakers, personas que pueden invocar un arma, el Nimrode, cuando le dan la mano a un compañero, también hand shaker. Los protagonistas, Tazuna Takatsuki y Koyori Akutagawa, forman la pareja principal. Koyori estaba durmiendo en un laboratorio y cuando Tazuna tomó su mano, ella despertó, y debido a esto ahora no puede soltarse o perderá su energía vital. Tazuna y Koyori deberán combatir contra otros hand shakers para ganar la oportunidad de luchar contra God, un misterioso personaje que eligió a los hand shakers. ¿Qué motivos tendrá God para haberlos elegido? ¿Cuál será su verdadero propósito?

En Hand Shakers podremos disfrutar de una animación excelente, sobre todo en lo que a las batallas se refiere. Durante estas peleas hay lo que se podrían llamar “movimientos de cámara” alucinantes. Cambios de plano y travellings laterales que rodean a los personajes mientras luchan en los que no te pierdes ni un solo movimiento. El anime se desarrolla en una ciudad, y lo mejor es que eso es algo que los productores han aprovechado para darnos una buena dosis de escenarios híper realistas, tanto que algunos parecen fotografías, con los puntos de fuga en la imagen bien situados y las texturas y acabados correctos para introducirnos de lleno en los escenarios, con fondos grandes y muy detallados.

La raza humana tuvo que huir al espacio en numerosas naves después de que la Tierra fuera invadida por una raza de alienígenas avanzados llamados Gauna. En el año 3394, los Gauna aún siguen persiguiendo los vestigios de la raza humana a través del espacio y atacándolos, por lo que estos han desarrollado unos trajes robóticos en forma de mecha que son pilotados por ciertos miembros de la nave Sidonia, los Gardes. El funcionamiento de estos trajes se asemeja mucho al de los EVAs de Evangelion. La historia se centra en Nagate Tanikaze, un chico que vive en los suburbios de la nave aislado del mundo junto a su abuelo y al que ciertos acontecimientos llevan a pilotar un Garde.

El punto fuerte de Knights of Sidonia es el tipo de animación. En las otras series hemos comentado cómo sus fondos y el trabajo volcado en el detalle a la hora de ilustrar hacían de ellos obras de arte; bien, pues en Knights of Sidonia sacrifican esos fondos —ya que la mayoría de batallas ocurren en el espacio— por una animación por ordenador que mantiene todo el dramatismo y la magia del anime convencional y que, a su vez, aplica las nuevas tecnologías para dar lugar a todo un nuevo abanico de posibilidades en lo que a lo audiovisual se refiere. Algo muy excepcional de este anime son las edificaciones; la arquitectura que se muestra en la serie es excepcional, ya que todos son edificios de proporciones épicas y muy detallados.

En No Game No Life, Shiro y Sora son los protagonistas. Dos hermanos con una relación muy cercana que dedican su día a día a jugar videojuegos durante las 24 horas. En ocasiones incluso se aburren, pero todo cambia cuando reciben una invitación a una partida muy especial y los dos hermanos llegan a Disboard, un mundo en el que todas las rencillas entre países, las disputas entre amigos o la discusión más tonta se resuelve con juegos y apuestas. Este es el momento de Shiro y Sora de recuperar su ilusión por los juegos y tener una recompensa, el dominio de ese mundo.

En No Game No Life los escenarios juegan el papel más importante. La sensación de estar constantemente dentro de un videojuego está muy conseguida, ambientada por unos escenarios cuya gama cromática mezcla colores fuertes y llamativos con colores planos y luminosos, algo que también se aplica al diseño de los personajes. Ver No Game No Life es un constante recordatorio de la iluminación de nuestra habitación a oscuras cuando pasamos toda la noche jugando a videojuegos, esa sensación de estar viendo algo que se desarrolla en un mundo que todos conocemos como la palma de nuestra mano; eso es lo que el arte de No Game No Life consigue que el espectador sienta mientras ve a los hermanos vencer una vez tras otras a los habitantes de Disboard.

En el número seis tenemos a Mononoke, un anime que nos cuenta la historia de Kusuriuri, un maestro de lo oculto que vaga en busca de unas criaturas llamadas Mononokes, seres malévolos y mortales. Cuando Kusuriuri encuentra un Mononoke no puede matarlo sin más, pues antes debe aprender sobre su forma, su verdad y su razón, para así comprender plenamente a la criatura y poder eliminarla para siempre. En su viaje, Kusuriuri llega a una posada en la que se acaba de hospedar Shino, una mujer embarazada cuya habitación está plagada de Mononokes, y ahí es donde entra en juego el papel de Kusuriuri para salvar a Shino y a su bebé de estas criaturas.

En Mononoke podremos disfrutar de un arte sin igual. Un apartado artístico que construye escenarios y da volumen con imágenes totalmente planas, a través del color y el degradado. El estilo es puramente clásico, pero a su vez las formas empleadas nos remiten al arte moderno, tanto sus colores como los acabados. Algo muy interesante es que la ilustración en conjunto recuerda un poco a las obras del famoso pintor Gustav Klimt en lo que a la gama cromática utilizada se refiere. Sin duda es algo digno de ver y experimentar con nuestros propios ojos, porque no todos los días se encuentra un anime que con un dibujo tan costumbrista y unas técnicas tan peculiares sea tan atractivo y esté tan bien construído.

La historia se desarrolla en Tokio, donde Takao Akizuki se prepara para ser zapatero. Un día que decide no ir a clase para dibujar diseños en un sitio tranquilo, un jardín bello y espléndido, donde casualmente conoce a Yukari Yukino. Tras esto, los fortuitos encuentros comienzan a no ser tan fortuitos y se repiten a menudo; a medida que la casualidad crece también lo hace la relación entre ellos, tanto que se convierten en un gran apoyo el uno para el otro... pero hay algo que se interpone entre Takao y Yukari, algo cuya solución no está al alcance de ninguno.

Cuando se lanzó Garden Of Words supuso una revolución para el mundo del anime, y es que Makoto Shinkai es un maestro haciéndonos sentir con la vista. Aunque el título sea El jardín de las palabras, hay numerosas escenas que más que por palabras, destacan por lo visual. Momentos de silencio eternos en los que la animación hace mucho mejor el trabajo narrativo que el propio diálogo. La película se desarrolla sobre una inmensa gama de tonos cálidos y sobre todo verdes, tan verdes que ni la lluvia —presente durante toda la cinta— consigue apagarlos. Lo más excepcional de la película son los momentos en los que Takao dibuja y cómo está animado. La textura del lápiz sobre el papel en sus dibujos es un gran ejemplo de la grandísima cantidad de trabajo que esta película tiene a sus espaldas.

Todos conocemos la historia de Neon Genesis Evangelion, en la que Shinji Ikari es escogido para pilotar unos grandes trajes robóticos llamados EVA y luchar junto con otros miembros de la corporación NERV contra unas criaturas llamadas Ángeles. Bien, pues el Rebuild of Evangelion está formado por tres películas emitidas desde 2007 a 2012 (y una cuarta aún sin fecha establecida para su estreno) en las que la historia se vuelve a contar, pero esta vez con la calidad artística y la animación que se merece.

En 1995, cuando Neon Genesis Evangelion se emitió por primera vez, el arte y la animación ya eran bastante buenos, pero seguro que al verla, todos hemos deseado poder sacar algo más de aquellas grandes escenas. Rebuild Of Evangelion nos presenta de nuevo la historia con una calidad asombrosa, donde sin duda alguna el punto fuerte son las batallas contra los Ángeles, a las que han implementado animación por ordenador que hace que las peleas sean aún más épicas. El movimiento de los EVAs es incluso más fluido y su diseño tiene mucho más detalle y definición. Sin duda alguna, el diseño de los EVAs fue pionero y marcó toda una generación de animes sobre mechas, y eso es algo que gracias a estas nuevas películas podemos disfrutar.

En este decálogo no podía faltar una película de Studio Ghibli, y en este caso vamos a hablar de The Secret World Of Arrietty. Arrietty es una niña que pertenece a una raza de personas diminutas y que vive junto a su familia en una casita situada bajo una casa humana real. Cuando Shou, un joven que padece una enfermedad, llega a la casa para pasar un tiempo allí y poder recuperarse, descubre la existencia de Arrietty y los de su especie, comenzando la aventura de ella y su dura batalla. Arrietty tendrá que elegir entre continuar su amistad con Shou arriesgando desvelar su existencia y la de su familia o alejarse y seguir viviendo en las sombras sin nadie con quien congeniar como hasta el momento.

Este largometraje sin duda alguna destaca por sus localizaciones. En una especie de reversión de los escenarios de “Alice In Wonderland“ cuando ella encoge, The Secret World Of Arrietty nos muestra unos escenarios cotidianos a simple vista… pero con agudizar la vista un poco vemos que lo que es un salón, un comedor o una habitación normal, en realidad están compuestos por juegos entre la escala de los distintos objetos con respecto a al ser humano y a los diminutos; así pues, un dedal puede ser un jarrón, o un simple trozo de hierba se puede convertir en la planta más grande de un jardín. Sin dudas, estas picardías artísticas y creativas hacen de The Secret World Of Arrietty una joya visual que todo el mundo debería poder disfrutar.

Esta película, Kimi no Na wa, nos cuenta la historia de Mitsuha Miyamizu y Taki Tachibana, dos jóvenes de procedencia muy diferente que sueñan con tener otro tipo de vida. Mientras que Mitsuha, una chica de un pequeño pueblo tradicional, sueña con vivir en la gran ciudad y llevar una vida más cosmopolita, Taki se concentra en su trabajo y en su carrera como futuro arquitecto. En esta historia sus vidas se cruzan de una forma inesperada, y es que ciertas mañanas despertarán con los cuerpos cambiados sin saber cómo ni por qué.

Lo que hace a Kimi no Na wa especial es, al igual que otras películas de Makoto Shinkai como Garden of Words —la que ya hemos mencionado en este decálogo—, su extrema belleza visual. El uso del color correcto en el momento adecuado para crear la atmósfera necesaria en cada escena. Además, la animación es sublime, y es que fotograma por fotograma siempre hay un pequeño movimiento, jamás hay un salto. Además, el detalle de los objetos, la iluminación y el sombreado de estos te hace creer en numerosas ocasiones que son reales. Por último, el diseño de personajes tampoco deja nada que desear, y es que tanto Mitsuha como Taki son guapos y con personalidades muy bien definidas.