El automovilismo es un deporte individual, pero en este anime tendremos como protagonistas a un par de hermanos, llamados Retsu y Go. Ambos, obviamente, tienen como objetivo alcanzar la gloria en la categoría Mini 4WD (donde los pequeños vehículos tienen tracción en las 4 ruedas), y para eso contarán con dos coches que los acompañarán en la aventura, llamados Sonic Saber (Retsu) y Magnum Saber (Go).

Este anime surge como publicidad de una línea de juguetes de la empresa Tamiya, por lo que, en su época, fue bastante popular y tenía a los niños conmovidos por ver en la pantalla los coches con los que ellos mismos podían jugar, y dándole por este motivo un tono bastante ligero para cautivar a ese público. Por esto, es más bien un anime recomendable para niños o simples aficionados a las carreras, pero poco disfrutable para paladares más exigentes.

Temprano en la lista tenemos que hablar de Speed Racer (mejor conocido en nuestro idioma como Meteoro), la serie más famosa en esto de las carreras de automóviles, y un anime que trascendió más allá del género. Todo el mundo ha escuchado hablar de esta serie y probablemente conozca a sus protagonistas, Meteoro (Gou Mifune) y su coche, el Mach 5, que deberán enfrentarse, entre otros, al misterioso Corredor X.

Sobra decir que las carreras son parte clave en la trama, aunque más bien suelen ser una excusa para tratar otros temas familiares, como la rivalidad entre Meteoro y el Corredor X y la implicancia de eso en el negocio familiar. Tratándose de un anime de hace 50 años, es lógico que la animación sea bastante rudimentaria y los guiones carezcan de cierto peso, aunque no recomendar esta serie sería un gravísimo error, teniendo en cuenta cuánto influyó en la inspiración para todas las otras que aquí figuran.

Con la velocidad con la que avanza la tecnología en el rubro automotor, la historia que presenta este anime bien podría ser totalmente cierta; en un contexto futurista donde las máquinas y la inteligencia artificial lo dominan casi todo, los pilotos de coches son algo virtualmente innecesario y hasta decorativo. Sin embargo, depender tanto de la tecnología podría ser un gran problema, y sobre todo cuando ésta falla.

La historia de eX-Driver se resuelve en torno a un grupo de conductores que tiene las habilidades necesarias para conducir un auto sin asistencia de una computadora, quienes no solo tendrán que evitar los accidentes causados por estos errores informáticos, sino que además se encargarán de investigar cómo y por qué se han caído los sistemas de conducción artificial. Si la trama te parece interesante, tener autos “reales” será un detalle todavía mejor, con presencia de coches Lotus Europa, Subaru Impreza, Lancia Stratos o hasta una Daihatsu Midget-II.

Recién hablamos de coches conducidos por inteligencia artificial, y esa es exactamente la misma situación que se vive en este otro anime. La diferencia, sin embargo, es que en este caso no se trata tanto de carreras o velocidad, sino de la posibilidad de tener un enorme Mecha para salvar a la humanidad.

Seis corredores, liderados por el pequeño Kakeru Todoroki, tendrán que enfrentarse a una temible corporación para evitar la dominación mundial, a bordo de estos autos capaces de transformarse en robots. Otra vez, los coches japoneses como Mazda o Nissan tienen cierto protagonismo más allá de la historia, que claramente está centrada en las batallas tanto entre autos como sus contrapartes Mecha.

Aquí tenemos el primer anime de la lista con un enfoque más realista, basado en la categoría de competición más conocida del mundo. F cuenta el viaje de Akagi Gunma, un héroe de la prestigiosa Formula-1 que cambió su vida como granjero para intentar cumplir su sueño de convertirse en el mejor piloto del mundo. Y, como es de esperarse, la cosa no fue nada fácil, teniendo que esforzarse al máximo para mejorar sus habilidades y anteponerse a los obstáculos de la vida.

El anime tiene un claro tono de comedia, aunque se pone mucho más serio cuando vemos escenas de competición. Si buscas constante adrenalina y solamente te interesan las carreras y la acción, F puede parecerte poco atractivo por momentos. De todas formas, es un muy buen anime a la hora de recrear la vida de un piloto casi amateur, no solo centrándose en los circuitos sino también en la motivación del protagonista y cómo lucha por sus metas.

A pesar de ser una película, la historia de Riding Bean merecía ser considerada entre las mejores que involucran autos, y particularmente las persecuciones. Aquí no tendremos deporte ni carreras, sino un cazarrecompensas que se verá envuelto en un grave problema del que tendrá que salir con ayuda de su amado coche.

Bean Bandit aceptará una misión de escolta que a priori parecería sencilla, para luego ser acusado de secuestro y consecuentemente perseguido por la policía y los criminales detrás del plan. Velocidad y mucha acción (con disparos, muertes y desnudos incluidos) son algunos de los puntos que hacen de este anime un clásico de su época. Y, además, si en algo destaca Riding Bean es en la forma que las persecuciones cobran parte vital en la trama, donde obviamente triunfa el icónico Roadbuster, vehículo conducido por el protagonista.

Cuando pensamos en carreras de autos, hay un tema que para muchos puede ser tabú: las corridas clandestinas en carreteras. Si bien lo que prima aquí es la competencia innata y la búsqueda por la perfección (tanto en la habilidad de conducción como en el vehículo en sí), competir en una ruta llena de camiones de gran porte y autos inocentes hace que la muerte esté a la orden del día.

Esto es lo que mayormente trata el anime Wangan Midnight, en el que un joven estudiante busca superar una derrota y abrirse paso en el mundo de las carreras clandestinas. El tunning es simplemente uno de los elementos presentes en esta serie, que a su vez retrata los reales peligros de esta actividad, y la adrenalina que supone poner tu vida y la de los demás en juego. De fondo, también veremos la rivalidad entre protagonista y antagonista, clásica en este tipo de animaciones, con el enfrentamiento directo entre un Nissan Fairlady Z y un Porsche 964 Turbo conocido como “BlackBird”.

Como era lógico y esperable, no podía faltar en un género deportivo la serie inspiradora de turno. Ese puesto le corresponde a Capeta, un anime que a través del automovilismo nos trae la clásica temática de la amistad teñida de rivalidad y las constantes demostraciones de superación por parte del protagonista. Todo comienza con un niño y su kart, para luego desarrollarse en la adolescencia de este personaje, Capeta Taira, donde dará su máximo esfuerzo por convertirse en un gran piloto de carreras.

Capeta es de esos animes que no tienen miedo a ser catalogados como “genéricos”, y que respetan la fórmula que ya ha demostrado el éxito. A pesar de eso, lo que destaca aquí son las carreras y el espíritu competitivo más allá de habilidades… y tratándose de un listado con los mejores animes de autos, bien ganado tiene este tercer puesto.

Compitiendo cabeza a cabeza por el primer lugar, el segundo puesto de la lista está ocupado por la gran franquicia Initial D, que cuenta con varias temporadas, conocidas como “stages”. El anime en cuestión intenta ser realista al punto de desarrollarse en lugares bien descritos de la prefectura de Gunma, y se centra en una de las principales aficiones y habilidades de los automovilistas japoneses: el drifting.

Los sinuosos caminos de la zona son el escenario ideal para estas técnicas de derrape y las carreras clandestinas, en las que compiten varios equipos y donde tendrá que participar el protagonista, Takumi Fujiwara. Él es el típico protagonista con habilidades innatas pero que reniega de su talento, aunque poco a poco aceptará su destino y dejará su vida como repartidor. Initial D es por lejos una de las mejores series para los amantes de los autos y las carreras, narrando una realidad que es más común de lo que parece para los jóvenes amantes de la velocidad.

Así como Initial D podría haberse quedado en el puesto #1 por su realismo, Redline es la mejor animación de carreras de autos y ciencia ficción, en un entorno lleno de acción, vértigo y extraterrestres. De hecho, el protagonista es uno de los dos únicos pilotos humanos compitiendo en el evento conocido como “Redline”, la más famosa contienda de velocidad en la galaxia.

Y aquí no se trata solo de velocidad y habilidad, ya que el principal problema son las reglas de la competencia, donde se permiten armas de todo tipo para eliminar a los rivales. A pesar de eso, y para demostrar todavía más las habilidades con las que cuenta, JP (el protagonista) está dispuesto a llegar primero a la línea de meta valiéndose únicamente de su talento y las condiciones de su vehículo. ¡Ah! Tampoco olvidemos que Redline se desarrolla en el planeta Roboplanet, donde la aversión por este tipo de carreras llevará a la milicia a disparar a cualquier vehículo sin contemplaciones.

Si hay algo que es realmente una ventaja es que Redline es una película, que se concentra solamente en un punto para dar lo mejor de sí. Y la premisa es simple; tan simple que nos impide perder tiempo pensando de qué va la cosa, dejándonos toda la atención puesta en las impactantes escenas de acción, explosiones y velocidad.