Si hablamos del espacio tenemos que expandir un poco nuestros horizontes, ¿verdad? Por eso, no se preocupen por el estilo de dibujo: vean la obra maestra que hay detrás.

La historia empieza con un muchacho, Kaiba, que se despierta en un planeta extraño sin ningún recuerdo. El joven, buscando respuestas sobre su identidad, logra salir hacia el espacio e inicia una serie de viajes hacia distintos planetas en donde conoce y ayuda en sus problemas a muchas otras personas que se vieron perjudicadas por el avance de la tecnología. Es que en el universo en el que la serie transcurre, la memoria de las personas puede ser descargada en contenedores digitales, separándola de su cuerpo original: el hecho mismo de tener un cuerpo está reservado para los ricos o para los suertudos. Para emprender una búsqueda tan grande hay que tomar fragmentos de diferentes mundos y conocerlos a fondo en el proceso para entender por qué todo es como es, y el papel que uno como individuo juega en eso. También, claro, ¡hay que cuidarse de no perder el cuerpo en el camino!

Dicen que el espacio es la última frontera. Para recorrerlo de verdad, hace falta que logremos ser más rápidos que la luz. En Outlaw Star, la humanidad tiene la suerte de descubrir el secreto que permite hacerlo estudiando un mineral que cae desde el espacio, y eso da lugar a toda una nueva época de exploración y viajes interestelares. Entre quienes se lanzan a conquistarlo, como no podía ser de otra manera, se encuentran también algunos asesinos, piratas y gente sin ley que busca alcanzar los límites del cosmos para ganar poder y riquezas. Uno de ellos es Gene Starwind, que viaja a bordo de la nave pirata Outlaw Star junto a su grupo de rebeldes, visitando distintos mundos y aceptando una serie de trabajos extraños mientras escapa de la ley y las banderas. ¡Toda una aventura, con el espacio en la palma de la mano!

En el cosmos se aventuran personajes de todas las clases, ¿cómo no iba a haber lugar para uno de los tipos más cool que existen? Dandy se abre paso a través de un montón de planetas buscando extraterrestres extraños y difíciles de encontrar para registrarlos por una recompensa. En su nave espacial Aloha Oe hay lugar para más de una extravagancia: lo acompaña en sus aventuras el robot aspiradora QT y un alienígena con apariencia de gato, Meow, adicto a la tecnología, el móvil y las redes sociales.

El Universo no tiene esquinas, y en él hay espacio suficiente para albergar un montón de extravagancias. A lo largo de sus viajes en busca de nuevas especies, Dandy y su grupo se ven enfrentados a una serie de situaciones rarísimas: alienígenas que pueden tomar la forma de cualquier criatura, seres que pueden controlar mentes, bucles de tiempo en el que el mañana nunca llega, universos alternativos y hasta viajes al futuro más lejano. Dandy parece tener presencia hasta en los confines más lejanos del tiempo y el espacio. En él, según quienes lo persiguen, se oculta la llave para controlar el cosmos. No nos queda más que seguirlo en sus aventuras para descubrir junto a él verdades inalcanzables para cualquier mortal.

Ya nos estaba haciendo falta: es impensable hablar de la conquista del espacio en el anime sin tener en cuenta a los Mechas. Es que tenemos una obsesión por las batallas épicas de proporciones monstruosas, ¿no? Y algo así de colosal va perfectamente de la mano con el tamaño del espacio exterior. Silencioso y frío, se deja iluminar por el choque de las máquinas. En Gundam, los Mobile Suits son entregados a cinco jóvenes pilotos a quienes entrenaron desde pequeños para luchar en la guerra entre la Tierra y las Colonias Espaciales, y en la serie vamos a seguir el curso de sus acciones.  

Hay muchas opiniones encontradas respecto a cuál es la mejor serie de Gundam. Wing es una de las más populares en occidente, pero muchos la acusan de palidecer en las escenas de acción si la comparamos con los demás animes de la franquicia. Sea así o no, más allá de todo, Wing tiene a su favor un muy buen desarrollo de los personajes y su psicología, además de traer a la pantalla una serie de nociones filosóficas acerca de la guerra y de la paz: el tono calmo de las reflexiones políticas hace de contraste al choque de metales en las batallas.

Una canción para ganar la guerra. Existen pocas escenas tan hermosas como la que protagoniza Linn Minmay en la primera serie de Macross: al verla, es inevitable que se nos erice la piel. Mientras se da una batalla violenta y sin tregua entre los humanos y los Zentradi, la dulce voz de la chica resuena en el espacio, preguntando a quienes combaten si aún recuerdan el amor.

Macross Frontier rescata ese sentimiento hermoso y lo suma a una calidad y una acción inugualables. Empecemos por el principio: la humanidad estuvo al borde de desaparecer después de que los Zentradi, una raza alienígena de gigantes, invadiera la Tierra. Pero muchos lograron escapar a bordo de flotas de proporciones inmensas, buscando encontrar un lugar en la galaxia. Pasaron casi cincuenta años, y la poblada flota número veinticinco, conocida como Macross Frontier, recibe la visita de la cantante Sheryl Nome, se prepara para dar un concierto. Es entonces cuando las cosas empiezan a descontrolarse, y nuevamente la pureza de una voz angelical es acompañada por el choque de los metales y las explosiones. Destrucción y ternura, otra vez, resonando en el espacio vacío.

Cuando uno escala el monte más alto de la Tierra, tan sólo le queda aventurarse en el espacio en busca de una experiencia todavía más increíble. Eso es lo que les ocurre a los dos expertos montañistas Saruwatari Gorou y Jack “Lostman” Woodbrige. Ambos se conocieron mientras subían el Monte Everest. Sintiéndose un tanto insatisfechos luego de haberlo logrado, se desafían mutuamente a atravesar el basto espacio exterior y llegar a la Luna antes que el otro.

La historia se da en un futuro cercano, en donde la tecnología progresó un tanto más allá pero sin embargo los peligros de la exploración espacial continúan siendo los mismos. La NASA crea el Proyecto Nexus que busca transportar energía útil a la Tierra. Enlazados al mismo, la serie sigue el camino que Gorou y Jack recorren para hacer realidad su sueño. Moonlight Mile es una hermosa historia de superación y de amistad. Muestra que no existen barreras para aquellos que de verdad desean despegar del suelo.

Es hora de hablar de una batalla tan intensa y enorme como la misma Vía Lactea en la que se desarrolla. Desde hace más de un siglo y medio, el Imperio Galáctico y la Alianza de Planetas Libres llevan a cabo una guerra sin tregua. Con batallas interestelares que hacen uso de miles de naves espaciales e incontables soldados, sin lugar a dudas Legend of the Galactic Heroes es una de esas series que hay que ver sí o sí.

Ambos bandos cuentan con el liderezgo de dos genios estrategas bélicos. Para el Imperio, Richard von Lohengramm, el león dorado, que busca liberar a su hermana tomada como concubina por el Káiser y, posteriormente, llevar a cuestas las riendas de la galaxia. Y para la  Alianza, Yang Wen-Li, un joven aspirante a historiador que para pagar los costos de la carrera decidió unirse a la Flota Estelar, sorprendiendo a todos al alcanzar fácilmente objetivos considerados imposibles prácticamente sin bajas. Ambos ascienden de rango muy rápido gracias a sus habilidades tácticas excepcionales, y se convierten en grandes rivales que se respetan mutuamente.  

Con una pulida trama política y personajes profundos e intensos, además de batallas repletas de acción y vueltas de tuerca, Legend of the Galactic Heroes es algo que cualquier fanático del espacio debe conocer.

Dejémonos de temores infundados: en Knights of Sidonia el planeta Tierra fue destruido junto al Sistema Solar. Sí, esta vez de verdad. Fue obra de una extraña raza alienígena llamada Gauna: seres tan hambrientos de sangre que, no contentos con haber destrozado un Sistema completo, aparecen para perseguir a los últimos supervivientes humanos que escaparon a bordo de gigantescas naves espaciales. Pero no lo van a tener tan fácil: los tripulantes de la nave Sidonia logran crear a los Morito, armaduras de combate con el poder suficiente como para hacerles frente.

Un joven ladrón llamado Nagate Tanizake, se vuelve piloto de Morito e intenta defender con toda su voluntad a los remanentes de su especie. Pero los Gauna son grotescos: además de parecer imparables, son crueles y disfrutan de la destrucción y del derramamiento de sangre. Tal vez no exista lugar en el Universo en donde la humanidad pueda esconderse.

Knights of Sidonia tiene una calidad envidiable. El estilo de dibujo y la animación son sorprendentes, sí, pero es principalmente el apartado sonoro el que lo hace único. Desde la banda sonora hasta los ruidos ambientales y las voces: todo es perfecto, nos hace sentir tal como si fuéramos nosotros quienes son perseguidos por bestias voraces a través del espacio.

¿Qué queda por mostrar después de haber pasado por alienígenas colosales, batallas interestelares y exploradores del cosmos? ¡Recolectores de basura espacial! Sí, en serio. Es que, piensen en esto: con la cantidad de satélites abandonados y fragmentos de naves y estaciones espaciales que orbitan alrededor de la Tierra, tarde o temprano tenía que haber un problema. Un choque de alguno de estos elementos con una nave tripulada puede terminar en caos y muerte innecesaria.

Estamos en el año 2075 y la humanidad ya colonizó la Luna y formó grandes corporaciones en las cercanías del Sistema Solar. Los viajes interplanetarios son ahora cosa de todos los días. Para que todo ocurra sin problemas, los miembros de la Sección Debris de la corporación Technora se encargan de mantener limpio el espacio, lidiando con un grave problema de falta de presupuesto y desvalorización de su trabajo. Planetes está orientado hacia algo que podría suceder realmente. No busca cruzar el puente antes de dar el primer paso: los confines del cosmos permanecen aún sellados, pero la humanidad hizo el primer movimiento hacia afuera, asegurando la estabilidad y el control antes de aventurarse más allá.

Sí, la lista tenía que terminar con broche de oro. Señoras y señores, con ustedes un clásico que se hizo con su propio peso un hueco en la historia espacial.

A quienes no lo hayan visto sólo queda decirles que lo hagan corriendo ni bien terminen de leer este artículo: nos lo van a agradecer. Pero antes les vamos a contar un poco de qué va la cosa: Spike Spiegel es un Cowboy, es decir, un cazarrecompensas independiente que navega a bordo de la nave Bebop junto a su pragmático colega Jet Black y un grupo de descarriados junto a los que intenta a toda costa encontrar un trabajo que al menos les pueda dar de comer. Al verla asistimos a una gran historia con personajes profundos y un trasfondo logradísimo. Si bien muchos capítulos siguen un formato autoconclusivo, algunos están orientados únicamente a que conozcamos las historias de los integrantes del grupo de vaqueros espaciales. Nada está fuera de lugar, todo está en su justa medida. En Cowboy Bebop, el espacio es el nuevo lejano oeste, y su exploración alcanza el mismo nivel de sentimiento que una pieza de jazz apasionada.