Bukiyou na Silent tiene como protagonista a un chico de instituto llamado Satoru Toono, quien desde temprana edad no ha podido expresar en su rostro las emociones que tiene. A pesar de estar enamorado de Tamiya Keigo, un estudiante de grado superior que juega en el equipo de béisbol de la escuela, dicha situación le hacía guardar distancia y se conformaba con mirar desde la ventana del aula de su club de arte; sin embargo, el destino decidió que fuera el mismo Tamiya quien, después de la escuela, se le confesara a Satoru y le pidiera empezar a salir juntos.

En un inicio, y como consecuencia de la falta de expresiones de Satoru, la relación parece unilateral, causando enormes malentendidos y distanciamientos. A medida que la relación de ambos chicos se va profundizando, Tamiya comienza a entender los mínimos gestos de su pareja, así mejora su relación. Este es un manga altamente romántico y divertido, que te hará sonreír sorpresivamente y que, seguramente, te dejará deseando ver un anime de tan adorable pareja.

Arimura es un trabajador promedio que, durante sus días de instituto, fue parte del equipo de béisbol. Además, con objetivo de proteger a su hermana todo lo posible se da a la tarea de buscar por sí mismo a un profesor particular para ella, pero las cosas dan un giro inesperado al toparse con que el tutor de su hermana fue su kohai del equipo de béisbol, Itou.

Inicialmente, Arimura no recuerda al joven a quien defendió en el instituto, pero Itou siente algo más que solo admiración por él y lo recuerda vívidamente. Ambos tendrán que enfrentarse a los tabúes de la sociedad hacia los gays y a una complicada relación, en la que el amor que sienten puede que no sea del mismo tipo.

Sayonara Game y su secuela, Change World, nos relatan románticamente los obstáculos que Arimura e Itou han de sobrellevar para consumar su amor, donde los celos y los prejuicios no solo llegarán por causa de personas fuera de la relación. Es un manga corto pero satisfactorio que sabe dejar en ti un poco de sus personajes, y muchas ganas de ver animadas varias de las escenas dramáticas del manga.

Ai to Yokubou wa Gakuen de presenta a una variedad de parejas con gustos, fetiches, apariencias y edades diferentes, pero que convergen en un instituto especializado en el sexo. En vista del incremento general de intereses en la industria sexual, la competitividad entre quienes desean ser parte de la vida nocturna ha aumentado gradualmente, fundándose una institución masculina que tiene como objetivo entrenar a sus alumnos en el arte de proporcionar y recibir placer.

Pocas reglas rigen a esta escuela, y una de ellas es que está completamente prohibido para los alumnos el enamorarse de los profesores. Es esta la premisa que nos conduce a la pareja principal del manga, compuesta por Ion, un joven que decide educarse en el sexo para pagar las deudas familiares y Asagi, instructor que se empeña en ser quien le de clases prácticas de sexo.

Entre los capítulos de este manga podemos encontrar parejas melosas, sádicas, con embrollos políticos, presencia de extranjeros… y más, siempre con escenas sensuales dignas de grandes representantes en la industria del sexo. Si eres de emocionarte por este tipo de tramas que se topan con el Smut frecuentemente, seguramente rezaste y continúas rezando para que se anuncie un anime de esta obra.

Tomoharu Ueda es un policía honrado y amable que lleva una vida común, hasta que aparece Aki Gotouda, un joven de peinado llamativo, sonrisa traviesa y ropa con colores y estampados chillones. Aki se le confiesa a Tomoharu apelando al amor a primera vista, pero el noble policía solo atinó a preguntarle quién es; es que la noche pasada él se vio persiguiendo a un ladrón de ropa interior, pero terminó sin nada por culpa de un chico lindo y avergonzado que salió huyendo de escena del crimen.

Después de recordar la escena, Tomoharu le quita a Aki las gafas oscuras y descubre que él es el chico lindo de los calzoncillos robados… y que también es un yakuza con todas las de la ley. Con ese planteamiento, Honto Yajuu te mantiene atento a la relación amorosa y prohibida entre un policía y un criminal, con personajes secundarios que conseguirán encontrar la felicidad gracias los protagonistas.

Satou es un típico padre soltero que evita meterse en problemas innecesarios. Un día, y junto a Rintarou, su hijo pequeño, es espectador de una pelea amorosa entre dos chicos, resultando uno de ellos ser su vecino Takahashi, quien resulta golpeado por su ex pareja. Satou parece decidido a no inmiscuirse en “asuntos de gays”, pero su hijo parece tener otros planes al hacer más que evidente que deben ayudar a los heridos.

Después de un silencio incomodo entre ambos, Satou y Takahashi comparten sus experiencias amorosas fallidas y terminan entablando una extraña amistad. Takahashi se muestra capaz en la cocina y en el cuidado de los niños, acoplándose perfectamente a las vidas de sus dos vecinos, pero lastimosamente empieza a desarrollar sentimientos hacia Satou, mismo que no lleva mucho tiempo divorciado y parece no querer involucrarse en relaciones tabúes; pero es innegable para ambos que existe una atracción física entre ellos.

Teniendo en cuenta que en los mangas Yaoi fuera del Omegaverse no es posible que una pareja tenga un hijo, Rintarou viene a avivar en muchos momentos la relación de su padre y Takahashi; de hecho, en su secuela podemos ver la propia historia de tan tierno chico. Por la ternura que se desprende en este manga, definitivamente nos gustaría ver Koishite Daddy en formato anime.

La trama sigue la inexistente vida amorosa de Higuchi Rikiya, un estudiante universitario que acepta su homosexualidad y desea fuertemente un novio tierno y atento. No pudiendo conseguir uno en su cotidianeidad, opta por unirse a una página de citas en línea, y poco después de su ingreso recibe un mensaje de un chico interesado en ser su amigo.

Higuchi acepta hablar con él y, luego de un par de semanas conociéndose, el chico del mensaje le invita a verse y salir en una cita. Higuchi acepta temeroso y se lleva una agradable sorpresa al conocer a dicho chico, quien resulta ser amable, atento y muy guapo… aunque de pronto Rikiya se siente débil y pierde el conocimiento. Al despertar, se encuentra en un cuarto de un hotel, rodeado de cámaras y listo para ser devorado por el supuesto chico de la cita. Tratando de escapar, Rikiya se aferra desnudo a una pared con un extraño símbolo de invocación, por el cual sale un extraño joven que asegura ser un demonio. ¿Se salvará la virginidad de Higuchi?

Sin lugar a dudas, Konya mo Nemurenai nos cuenta una historia divertida con elementos sobrenaturales y personajes pícaros, que no podemos dejar de leer y releer. Somos muchos los que quisiéramos ver al demonio Endo molestar al inocente y tímido Higuchi o a los inexpertos Verde y Gorou, quienes protagonizan la secuela Kimi to Kore Kara, iniciar torpemente una relación a vivo color en una serie. ¡Aún hay esperanza!

En una noche de luna llena, Nonami permanecía inmóvil y herido en el suelo. De pronto, una figura blanca y pequeña se acercó a tratar todas sus heridas, aunque no pudo hacer mucho en primera instancia. Nonami preguntó su nombre pero, por falta de fuerzas, cometió el error de confundir el apellido del doctor Uzuki, y al día siguiente se presentó en el hospital en busca de una tal Suzuki...

El médico se dio cuenta de inmediato y, tratándose de un yakuza, pensó que lo mejor era dejar ese malentendido por el bien propio... pero después de sobornar al director del hospital, Nonami pudo investigar a sus anchas. Después de atar cabos, el aterrorizado conejo Uzuki fue acorralado por el tigre Nonami, y así inicia la historia de ambos.

Usagi Otoko, Tora Otoko no solo es un manga con una trama tierna y una pareja principal que se acopla perfectamente, sino que además cuenta con escenas sumamente románticas y cómicas, donde ambos protagonistas son sustituidos por sus respectivos animales representativos. Es muy difícil no imaginar cómo sería ver a Uzuki retroceder aterrado o sonrojarse hasta lo inimaginable en un capítulo de anime, y seguramente nos haría sentir doblemente satisfechos.

Rintarou es un estudiante de instituto que siempre termina envuelto en situaciones cómicas por su extrema torpeza, como el que su bicicleta resbale por una cáscara de plátano o haberse puesto al revés la ropa. Rintarou siempre recibe burlas y miradas penetrantes por parte de su profesor particular, Kaede, un estudiante universitario de élite, tremendamente atractivo. Así, Rintarou empieza a sentir extraños latidos al estar cerca de su tutor, haciéndose consciente de su enamoramiento hacia el mayor. ¿Qué le esperará a Rintarou si Kaede decide mostrarle su lado sádico y celoso?

Lo que la mayoría de nosotros recuerda de Katekyo! son las sensuales expresiones de ambos protagonistas, el increíble estilo de dibujo y los colosales celos de Kaede, una combinación que resulta en perfección y frescura, y que nos ocasiona risas nerviosas durante cada capítulo de sus 4 partes. Podemos asegurar que todos quienes leen esta obra ansían ver un anime con la calidad indiscutible que pone Moegi-sensei en cada viñeta.

Hablando de placeres culposos, la relación de amistad entre Shunpei y Fumi es fuertemente sacudida cuando Fumi le dice a su compañero de juegos que piensa que podría ser gay. Shunpei se pone nervioso al creer que podría haber estado pensando en él de “esa” forma, pero sus preocupaciones son ahuyentadas al enterarse que su amigo ya tiene pareja. Conforme van pasando los días, Shunpei empieza a sentirse incómodo por ya no ser el centro de atención de Fumi, quien ahora sale en citas y se queda en la escuela a esperar a su novio.

“¡¿Por qué no puedo ser yo?!”. Esa es la pregunta que ahora resuena en la cabeza de Shunpei, y sin darse cuenta termina por confirmar que está enamorado de su mejor amigo. Ahora se siente agobiado por haber perdido al otro y no notar sus sentimientos antes, pero después de una serie de situaciones Fumi le confiesa que siempre ha estado enamorado de él… pero claro, no todo será tan fácil para ambos.

Toba se muda a un pueblo remoto de Japón para tomar el puesto del anterior doctor, que ha fallecido recientemente. Tanto los pobladores como el ambiente del lugar son confortables y agradables para con el recién llegado, pero Kazuhiro, el habitante más rico y solitario del lugar, parece renuente a aceptarlo del todo… y esto se torna peor cuando se decide que Toba viva con Kazuhiro hasta que la clínica esté lista para ser habitada.

A lo largo de los días, Toba se va percatando del porqué de las actitudes del arrogante chico, de sus miedos y fortalezas que tanto esconde de todos, de cómo parece creer que tiene que comprar el cariño y la calidez de las personas. Con cada cosa que aprende del contrario, los latidos de ambos parecen empezar a sincronizarse dulcemente. ¿Podrá Toba sanar las heridas no físicas de Kazuhiro?

A pesar de la corta duración de Kiraboshi Dial, encariñarse con los personajes principales o secundarios toma mucho menos de lo normal, puesto que todos nos muestran su lado más humano y la empatía no tarda en invadirnos. Aunque se vea como algo lejano o imposible, así como Toba esperó pacientemente a que Kazuhiko sanara sus heridas, nosotros seguiremos esperando una adaptación animada de ellos.