Este es un anime al cual le tengo un cariño especial, en primer lugar por ser el primer anime que vi en mi vida, justo cuando tenía 7 años. Sin saber que esta serie era un manga y mucho menos que pertenecía a la franquicia de Dragon Quest, y aunque solo fuera un spin-off, disfrutaba cada episodio de la aventuras del pequeño Fly —como se conoce al protagonista en latinoamérica. Siempre despertábamos temprano en fin de semana para ver los episodios de esta magnífica serie, que si bien no tuvo un gran número de fans como lo pudo ser en ese tiempo Los Caballeros de Zodiaco o Dragon Ball, es una serie que me siempre mantendré en mis favoritos, tanto por su trama, sus peleas, sus personajes, y sobre todo por los gratos recuerdos que me ha dejado de mi infancia.

En Dragon Quest: Dai no Daiboken seguimos la historia de Dai, niño que sueña con convertirse en un héroe, el cual vive junto con su abuelo en la Isla de los Monstruos, lugar que a pesar de tener un nombre terrorífico es una isla paradisíaca donde los habitantes conviven en armonía. Siendo Dai el único humano que vive en la isla, su abuelo se empeña en enseñarle a utilizar la magia, pero esto no le interesa mucho a nuestro protagonista y veremos cómo poco a poco se va convirtiendo en un héroe a través de los bloques en los que se desarrolla esta serie. A pesar que la historia pueda parecer genérica como cualquier otra de aventuras, tiene algunos giros argumentales que le dan cierto encanto. Sin agregar más, esta serie es obligatoria en la biblioteca de cualquier otaku.

Me adentré al anime con contenido más adulto con Death Note y hasta la fecha me parece una muy buena serie, pero no fue hasta que me tope con Paprika cuando el anime y el guión de las series se ganó un lugar especial en mi vida. Si bien ya teníamos a Akira y Ghost in the Shell, Paprika, al ser una película que se cimenta en el terreno onírico, le da una total libertad para poder trabajar el surrealismo, los sueños y sobre todo el tema de los onironautas, sin dejar de lado el misterio que envuelve al asesino que utiliza este medio para cometer sus crímenes. La esencia de esta película se enmarca en la primera escena, cuando se da la persecución y vemos un cambio de escenarios muy caótico, englobando la naturaleza del sueño. Siento que invertí bien cada minuto que pasé viendo esta película.

Debido al avance tecnológico la humanidad ha logrado crear los dispositivos conocidos como Mini DC, pequeños aparatos parecidos a diademas que permiten a las personas tener sueños lúcidos. Al ser dispositivos en fase de pruebas, estos tienen un problema: se puede navegar en los sueños de otras personas y moldearlos al gusto del invasor, cosa que sin duda lleva a diferentes dilemas morales y éticos sobre el uso que se le puede dar a los Mini DC. El tema de los sueños lúcidos y el surrealismo es algo por lo que desde siempre he tenido atracción, ya que me gusta todas la interpretaciones y segundas lecturas que se le puede dar a este tema.

La serie de OVAs de Fooly Cooly, es un anime que expele rebeldía: se experimenta con la animación, la paleta de colores que se utiliza es muy variada, y todo esto agregando el j-Rock que no para de sonar, ambientando ese espíritu adolescente que se deja sentir a cada momento. Me encanta la manera en que se maneja el absurdo en esta serie y lo disfruto cada vez que regreso a verla. Porque si es necesario que un mecha te coma para poder pilotar y después te defeque para poder salir del mismo, o el objetivo de una empresa maligna es alisar la superficie del planeta con planchas gigantes y las guitarras y bajos son utilizados como armas... con tanto absurdo, sin duda es una serie para mí.

Naota Nandaba es un joven estudiante de instituto que vive con su padre y su abuelo, ya que su hermano, a quien tanto admira, ahora vive en Estados Unidos. Naota pasa sus días con Mamimi, la novia de su hermano, en un contraste entre la personalidad madura de Naota y la actitud infantil de Mamimi. Sus días aburridos, en los que pasan hablando debajo de un puente, se verán interrumpidos cuando Haruko, una chica misteriosa e impredecible, atropelle con su motocicleta Vespa a Naota, ocasionándole un gran golpe en la cabeza, cambiando completamente la monótona vida de Naota y su familia. A pesar de todo, FLCL es una serie que retrata el proceso de crecer y sobre todo el romance.

Cuando estudié mi primer curso de programación, tenía una hora y media de tiempo libre, con el que podía hacer lo que me viniera en gana. Obviamente, entre mis distracciones se encontraba escuchar música, buscar información sobre informática y ver esporádicamente algún episodio de alguna serie... de esta manera fue como termine viendo Lain, y debo admitir que por un momento me pareció increíblemente lenta y hasta cierto punto aburrida, pero me llamaba la atención por la atmósfera opresiva y el tema cyberpunk. Después de verla completa y estar metido en la informática, comprendí por dónde iba la serie, agregando la teología, la psicología, la introspección y la reflexión sobre el avance de la tecnología, se volvió uno de mis referentes dentro del anime.

Después del suicidio de una compañera de escuela de Lain, los alumnos comienzan a recibir mensajes a través del Wired, la representación del internet como lo conocemos en la actualidad. Lain, quien hasta ese momento no se interesaba para nada en la red, decide conocer cómo funciona y con ayuda de su padre se arma una NAVI. Lo que comienza como un viaje de descubrimiento la hace recluirse y a socializar solo por la red, donde reside el dios omnipotente de este entorno. La inmersión de Lain en este nuevo mundo la hace avanzar rápidamente convirtiéndose en un ser famoso y perdiendo poco a poco su identidad, después de trastocar al dios de la red y su personalidad dentro y fuera de la red hasta el punto de preguntarse "¿Quién es Lain?". Un dilema que se vuelve muy real, y lo vemos mucho en la internet actual.

Evangelion me cayó en un momento clave de mi vida. La veía esporádicamente en mi infancia, pero debido a mi edad no comprendí el trasfondo de la serie en ese tiempo. Justo cuando comenzaba a cursar mi preparatorio, se me presentó la oportunidad de verla nuevamente... y vaya que fue una revelación completa. Una serie que trata los problemas de identidad de personas que se enfrentaban contra la divinidad, personajes rotos que solo buscan pertenecer y ser aceptados, todo aderezado con el simbolismo y el misticismo de la cábala judía, se vuelve una serie completa y compleja que termina con un mensaje bastante positivo sobre la aceptación.

A primera vista, la premisa de Neon Genesis Evangelion no es muy compleja. Después del segundo impacto en donde la luna negra que contiene a Lilith choca con la tierra, se funda la organización paramilitar NERV, con el fin de detener los ataques de los ángeles que quieren llegar al Geofrente para tocar a Lilith, quien se encuentra en el dogma central de las instalaciones de NERV, y de esta manera destruir el planeta. La humanidad cuenta con mechas conocidos como EVA, quienes son seres biológicos ataviados en una suerte de armadura para poder combatir a los ángeles. Los EVA se sincronizan física y psicológicamente con el piloto mediante el LCL, así la persona que está dentro del robot puede sentir el dolor de éste durante los combates. Evangelion es una serie a la que siempre vuelvo, leo las teorías que proponen los fans, veo la serie y las películas en busca de detalles. Sí tengo una serie favorita que va a estar ahí a pesar del paso del tiempo, de los animes clásicos y las nuevas temporadas, esa es Evangelion, una serie que ha logrado tenerme a la expectativa a cada segundo y que siempre dará de qué hablar.