En un anime Battle Royale, donde tienes varios personajes luchando —generalmente a muerte— por un único premio, como guionista tienes dos opciones: o dejas en claro quién es tu protagonista y muestras su proceso hasta la gloria (como Goku en Dragon Ball Super), o le das cierto protagonismo a varios personajes para enriquecer la experiencia. Aunque incluso estos dos ejemplos le dieron participación a los villanos u otros personajes secundarios, en Juuni Taisen tenemos un gran fallo: nadie es realmente protagonista.

Aunque tenemos indicios que se confirman al final, varios personajes insinúan cargar con el peso de la historia, solamente para aburrirnos con su pasado o morir pocos segundos más tarde. Hacerlo una vez está bien, pero ya cuando se vuelve la mecánica principal de tu anime, estás en un problema...

El pecado más grande de Juuni Taisen es su falta de tiempo. Sí, es extremadamente poético que una serie donde el número 12 es la clave, también tenga 12 episodios… pero luego tienes que saber contar la historia con el poco tiempo que tienes. La solución es que, justamente, cada episodio parece tener la misma plantilla: un flashback, una pelea —que a veces dura unos pocos segundos— y a otra cosa, que murió uno nuevo.

Si no te encariñas con nadie tienes pocos motivos para seguir viendo cualquier anime, y si encima las muertes son totalmente irrelevantes, ahí está el fallo de cualquier Battle Royale. Los representantes del búfalo, el tigre o el conejo son los que más destacan en esta historia, y aún así pasan sin pena ni gloria en comparación a otros animes y personajes del género.

El zodíaco chino es muy particular, y tiene una historia que se ha vuelto conocida para varios de nosotros incluso a través de animes como Fruits Basket. Básicamente, y según una de las interpretaciones, cada signo fue asignado a un animal según su orden de llegada a un banquete.

Si no te sabes la historia quizás no la puedas asociar al orden de las muertes, pero si además de saberte la historia te fijas en el orden que van apareciendo los personajes en el ending, alcanzan 3 o 4 episodios para notar algo… “raro”. Saber quiénes y en qué orden mueren no es malo si la historia vale la pena, pero ¿quién quiere descubrir el “cómo” cuando todo está contado de tan mala manera?

Después de varios episodios de luchas sin sentido y muertes extrañas, lo único que podía salvar a Juuni Taisen era un buen final… que, obviamente, nunca llegó. Es que el ganador de esta batalla tenía como premio el cumplimiento de un deseo, no importa qué tan imposible pudiera parecer. El ganador de esta batalla no se resolvió por los dotes para el combate, la inteligencia táctica o el siempre interesante juego de alianzas y traiciones de un Battle Royale; el ganador de Juuni Taisen tenía un poder muy superior a todos los demás, tanto que si se hubiese revelado desde un principio no habría por qué verse todo el anime.

El ganador es un protagonista unidimensional, totalmente falto de carisma y que, por si fuera poco, se aprovecha de un deus ex machina en la historia. ¿Entonces lo que lo salva es su deseo? ¡Tampoco! El último episodio está dedicado enteramente a hacernos creer que todo tiene una explicación filosófica y profunda, pero en realidad son solo palabras y escenas vacías, carentes de coherencia. No hay personajes desarrollados, la historia es obvia y el final es poco creíble y demasiado pretencioso… todas cosas que ningún Battle Royale debería evitar.