Sentimientos mediante la música

La música ha acompañado a la humanidad desde siempre, y desde un comienzo ha servido para transmitir sentimientos y emociones que no son capaces de expresarse mediante otro tipo de arte. Esto se debe a la gran cantidad de matices que se pueden exponer en una sola pieza musical; una sola canción puede llevarnos a sentir tristeza, felicidad, nostalgia y varias otras emociones. La música es una parte esencial de cualquier medio audiovisual, tan fundamental que incluso durante la época del cine mudo era necesario ambientar la película para lograr una inmersión completa del espectador.

Se entiende a la música como el único lenguaje universal, ya que la música escrita puede ser interpretada por cualquier persona que tenga los mínimos conocimientos musicales. Las diferentes notas tienen un solo significado, que al estar sobre el pentagrama simbolizan una nota que puede ser tocada en cualquier instrumento. Si hablamos de pistas musicales, pueden ser disfrutadas por todas las personas, pudiéndose dar un valor personal a las canciones que nos gustan, volviendo esto el arte subjetivo más comprendido del mundo.

¿Cuáles son los elementos para considerar a la música como una OST?

Cualquier canción puede funcionar como una banda sonora, ya que su meta es ambientar las escenas, los escenarios o las acciones de los personajes de un videojuego. Además, se puede contemplar dentro de la definición a cualquier sonido o canción que se utilice dentro de un medio audiovisual o interactivo, pero el OST enmarca las piezas musicales que se crearon únicamente para un videojuego y los sonidos característicos que suenan al momento que realizamos alguna acción.

Dentro de los videojuegos, el OST son todos los sonidos que envuelven el juego y se utilizan para acentuar las acciones que realiza nuestro personaje en los diferentes escenarios. Gracias a esta música y sonidos tenemos el ambiente en el que desarrollamos dichos movimientos, ya que cada escenario suele tener una ambientación musical distinta, buscando resaltar las emociones a cada momento. Existen bandas sonoras que han llegado para quedarse y la más famosa es el tema de Mario Bros, ya que siempre silvaremos esta tonada cada vez que la escuchemos, independientemente de la edad que tengamos.

La complicada tarea de componer un OST para videojuegos

A diferencia de las películas, elegir una banda sonora para un videojuego conlleva un reto extra, ya que dentro del ámbito cinematográfico, el espectador únicamente se limita a ver el metraje y resulta más sencillo poder adaptar los sonidos y música a las escenas o incluso componer piezas para las secuencias de una película en específico, ya que se cuenta con las personas que nos prestaran su atención. Es por esta razón que es más fácil asociar las bandas sonoras al cine, ya que muchas de ellas se han apropiado de las canciones que se han utilizado durante la película.

Dentro del videojuego, el jugador interactúa con el entorno y es libre de explorar los mapas o el contexto, pero también cabe la posibilidad de que simplemente el jugador pause el juego y la banda sonora se detenga, dejando de lado todo aquello que se trataba de expresar mediante la música. Podríamos ambientar una batalla grandiosa con una banda sonora fuerte que acentúe lo épico de la pelea, pero no sabemos cuánto tiempo va a durar el jugador en esa etapa como para que termine dejando en segundo plano la ambientación musical... o puede que simplemente el nivel resulte muy difícil y la banda sonora pueda resultar monótona e incluso molesta después de reintentar el nivel en varias ocasiones.

La importancia de la sincronización de la banda sonora

La sincronización de la banda sonora con los videojuegos sin duda es compleja, especialmente debido a la naturaleza tan cambiante que significa la interactividad de los juegos de videos. Por esta razón es necesario que la banda sonora tenga sincronización y coherencia con las escenas o la emoción que se trata de mostrar, ya que de otra manera resultaría chocante la disonancia de lo que estamos jugando con lo que estamos escuchando, incluso pudiendo romper nuestra concentración al momento de realizar alguna tarea o misión.

Por ejemplo, en Hotline Miami podemos ver el peso que tiene la banda sonora al momento de marcar los ritmos en el juego, con una OST de pocas canciones originales pero donde solo nos bastan los primeros minutos de gameplay para saber que la música que suena es un refuerzo de la violencia que está por venir. Cada uno de los sonidos nos incita a llevar la matanza a cabo y al final de cada misión se corta de golpe, acabando también con la emoción que sentíamos mientras nos deshacíamos de los enemigos al ritmo de la música. En otro contexto, también podemos resaltar la obra original de Akira Yamaoka, quien se encargó de la ambientación y música de Silent Hill, otro juego donde podemos darnos cuenta de cómo el poder de la música tiene tanto peso al momento de transmitir, en este caso, el terror.

Sinceramente, podríamos mencionar cientos de juegos y referirnos a su OST, pero aún así nos quedaríamos cortos en ejemplos y argumentos. Si nos limitamos al consenso, debemos destacar los casos de Castlevania, Metal Gear Solid, Bastion, Journey o varios títulos —casi todos— de la saga Sonic. Como se trata de arte y emociones, apreciar una banda sonora es algo extremadamente subjetivo, pero eso solo agranda más la figura e importancia del OST en un videojuego.