5 razones por las que Zeno-sama (Dragon Ball Super) es la versión anime de Kim Jong-un

En el anime estamos acostumbrados a enormes demostraciones de poder, frecuentemente por parte de personajes de presencia imponente y un aura tan carismática como heroica —salvo que sean villanos, cambiando lo heroico por lo maligno. Zeno-sama es todo lo contrario, en especial cuando lo vemos así pequeño y gordito en comparación a Goku o Vegeta. Sumado a eso, el “rey de todo” es lo menos intimidante que hemos visto en la historia de Dragon Ball… y así todo, hemos visto lo que es capaz de hacer.

En política pasa algo similar; con líderes como Vladimir Putin o Barack Obama en su momento, Kim Jong-un parece estar en una categoría totalmente diferente. De hecho, por más que muchos se burlen de Donald Trump podemos reconocerle que tiene cierta presencia a la hora de aparecer en cámaras o dar discursos. El mandatario norcoreano quizás no nos generaría nada si tuviera otro cargo o fuera un ciudadano común, pero son pocos los que osarían burlarse de él en su propia cara.

Vale, tanto Zeno como Kim son respetados por lo que pueden hacer e incluso podríamos decir que han dejado muy en claro que no hay que meterse con ellos, pero en ambos casos hablamos del respeto que nace del miedo y no tanto de la admiración real. En el caso de Dragon Ball Super podemos notarlo claramente cuando Bills y Whis advierten a Goku sobre cómo comportarse frente al rector supremo y claramente podemos distinguir el pavor… más importante aún cuando viene de un ángel y del propio dios de la destrucción.

Por el lado de Corea del Norte tenemos exactamente lo mismo, siendo que incluso cuando este país prescinde de las buenas relaciones y varios otros lo condenan por sus actos nucleares o cómo tratan a sus habitantes, nadie parece animarse a tomar medidas reales ni siquiera ante las leyes internacionales más estrictas. Es difícil tratar con personajes tan inestables e impredecibles...

Otra característica común entre Zeno y Kim es que, con todo el respeto que nos merecen estos dos, no dejan de parecer dos niños que viven en su propia realidad, sorprendidos por todo lo que pasa a su alrededor. Seguramente el rey de todo tiene miles de millones de años y aún se sorprende por las peleas, explosiones y luces brillantes; en el caso de Kim, Corea del Norte se ha transformado casi en un medio para su propio entretenimiento.

Las pruebas nucleares le divierten, más allá que le sirvan como defensa, pero lo más “gracioso” sobre Corea del Norte es cómo sus habitantes están aislados del mundo que los rodea y creen cualquier noticia que los medios de prensa les dan… como esa vez que descubrieron una cueva de unicornios, o cuando Kim Jong-Il —padre del actual líder— había roto un récord de golf, ¡sin olvidarnos de la participación de Corea del Norte en el mundial de fútbol! Aquí cortaron un partido a la mitad para evitar la vergüenza de perder 7-0 con Portugal, de paso inventándose que el equipo luso terminó como campeón para minimizar la humillación.

Hablamos de poder inmenso, hablamos de vivir separados de la realidad… ¡y cuánto peligro que hay en eso! Lo peor de todo es que ninguno de estos dos personajes es consciente totalmente sobre su situación, y si es que alguno de sus colaboradores los mantiene contenidos, lo hacen sin hacerlo demasiado evidente. A Zeno lo cuida el gran sacerdote, Daishinkan… o más bien, él nos cuida a todos nosotros de lo que pueda hacer Zeno-sama, por más que muchas veces simplemente lo deja salirse con la suya.

Kim Jong-un se mantiene entre algodones tanto por el propio gobierno norcoreano como por las entidades internacionales encargadas de mantener la paz. Hablar de sensatez o inteligencia es algo subjetivo, porque tampoco podemos pasarnos al lado de los inocentes e ingenuos, pero lo de Kim es cuando menos curioso. Muchos de sus actos son amenazas de guerra ante los ojos del mundo, y si hablamos de la hipotética Tercera Guerra Mundial, Corea del Norte siempre parece estar en la conversación. No parece ser el mejor escenario, ya no solo para nosotros, sino para los habitantes de su propio país.

Lo hablamos un poco en el tercer punto, pero ahora nos metemos de lleno con su personalidad y apariencia: Zeno y Kim son dos niños en cuerpos de adultos… o lo que sea que veamos en Zeno-sama. El rey de todo está continuamente jugando y descubriendo sus alrededores, siempre en busca de algo con qué entretenerse… aunque eso suponga destruir planetas o eliminar universos. Por eso es también que Goku tiene acceso directo a él, para cuando tenga ganas de “jugar” con su amigo.

En cuanto a Kim, vale decir que tiene apenas 35 años recién cumplidos. Además de su aspecto físico, lo que nos recuerda más a un niño es verlo en las fotos que se hacen públicas del mandatario, a veces en las situaciones menos pensadas. también es cierto que los presidentes no dejan de ser personas, por lo que más de una vez se dio algún gusto. Realmente los memes de Kim abundan, pero eso no lo detiene cuando se trata de pasarla bien...