Daikichi, es un hombre soltero, en plena treintena, dedicado exclusivamente a su trabajo. Al asistir al funeral de su abuelo, se encuentra con una pequeña niña de nombre Rin, la cual resulta ser una hija ilegítima del fallecido. Al morir su padre y sin una madre presente, la pequeña Rin ha quedado huérfana y es considerada una vergüenza para el resto de la familia. Ante esta situación, Daikichi se indigna y decide hacerse cargo de la pequeña, por lo que ahora comenzará una nueva vida como padre soltero.

Entre Amaama to Inazuma y Usagi Drop, se refleja un claro nexo, ya que ambas tratan de un padre, que se enfrenta con las vicisitudes de criar a una pequeña niña. Además, ambas series muestran el lado realista de la crianza, donde a pesar de que los niños pueden ser un amor, siempre existen altibajos y eventos inesperados a los que un padre debe enfrentarse, haciendo un hecho la frase que dice “no existe un manual para ser papá”.

Kippei Katakura, se puede catalogar como el típico Don Juan del instituto, todas las chicas caen a sus pies y él solo disfruta la vida sin tomársela en serio. Pero un dia su vida dará un gran vuelco, ya que con la intención de que siente cabeza y aumente su sentido de la responsabilidad, su familia ha decidido que deberá hacerse cargo de su pequeña prima Yuzuyu, de tan solo 5 años y que ha sido abandonada por su madre. ¿Que hará Kippei ahora?

Cuidar de un niño pequeño no es tarea fácil y más cuando este echa en falta a un ser querido. Tanto en Amaama to Inazuma como en Aishiteruze Baby, las pequeñas protagonistas han perdido de una forma u otra a sus madres. Estos animes, reflejan la falta del elemento femenino en la crianza de una pequeña niña, razón por la cual las figuras masculinas a cargo, se ven obligados a aprender diversas tareas para compensar dicha falta.

Ryo Machiko, es una chica con habilidad para cocinar, pero siente que su comida tiene un gran defecto, se ve mejor de lo que realmente sabe y no haya cómo mejorar esta situación. Es entonces cuando se decide que su prima lejana Kirin, deberá a quedarse a dormir los fines de semana en su casa. Esta, junto a una amiga de Ryo llamada Shiina, en medio de la amistad y la comida, le harán entender a nuestra protagonista la verdad tras la sazón que le hacía falta a su comida.

Koufuku Graffiti y Amaama to Inazuma, comparten un punto y estilo importante, la combinación del factor Moe, junto a la trama referente a la comida. En ambas series se recalca la importancia de cocinar para aquellos a quienes realmente amas y el sentimiento de felicidad que se siente al comer y hacer la comida junto a esas personas que quieres tanto. Por último te advertiremos que comas o tengas unas botanas a la mano cuando veas estas series, porque si algo te dará de seguro son ¡ganas de comer!

Yuuta Segawa, es un estudiante universitario que fue criado por su hermana mayor ya que sus padres murieron cuando era pequeño. La tragedia golpeará su vida nuevamente, cuando su hermana muere en un accidente de avión junto a su esposo, dando como resultado que Yuuta quede a cargo de las tres hijas del matrimonio Sora, Miu y Hina. Su vida dará un giro de 360° al ahora enfrentarse a la ardua tarea de ser una especie de padre para estas chicas. ¿Que hará Yuuta al respecto?

Contrastando estas historias, nos encontramos con el elemento de un hombre teniendo que hacerse cargo de una niña o en el caso de Papa no Iukoto wo Kikinasai! un grupo de niñas pequeñas. Estos animes, reflejan ese sentimiento de nostalgia ante la pérdida de un ser querido y la batalla por salir adelante en la lucha de seguir viviendo a pesar de la falta de estos.

Tal como recitan las leyes de física “toda acción produce una reacción”. Este fue el caso de Seishu Handa, un joven y reconocido calígrafo, al que se le volaron los tapones y golpeó a un crítico de su trabajo, razón por la cual su padre le impuso un castigo ir a la Isla Gotō, cerca de Kyūshū y meditar sobre sus acciones. Es allí donde se encuentra con la pequeña Naru, quien a través de travesuras y diversión le enseñara unas cuantas cosas acerca de la vida.

Los niños de una forma u otra cambian la vida y la forma de pensar de los adultos. Este concepto se refleja ampliamente tanto en Barakamon como en Amaama to Inazuma, donde la sabiduría y moraleja se concentra en la intervención de las pequeñas Naru y Tsumugi, al interactuar y con su modo tan inocente de ver la vida, modificar conductas y romper esquemas de los adultos más cercanos, en este caso Seishu y Kohei respectivamente.

Miyu Kōzuki, por motivos ajenos a su voluntad, termina viviendo en el templo Saionji, propiedad de un amigo de sus padres. Como si esto no fuera suficiente, deberá vivir con Kanata Saionji, un chico de su misma edad, ligón y pesado e hijo del dueño del templo. Finalmente, para coronar el pastel, ambos se encuentran un dia con un pequeño bebé extraterrestre, al que deberán cuidar. Este bebé vino a trastocar sus vidas.

La presencia de un niño saca a flote las obligaciones, el peso e incluso las culpabilidades que se pueden llegar a sentir al ser responsable de la vida de alguien más. Este hecho se muestra tanto en Daa! Daa! Daa! como en Amaama to Inazuma, las cuales se conectan, ya que muestran las facetas del cuidado de un niño, tanto lo bueno como lo malo, pero enfocándose mayormente en el lado divertido y bello de la crianza.