Si de amores frustrados se trata, nada mejor que Kuzu no Honkai. Acá tenemos la clásica historia de un romance por conveniencia, o un perfecto ejemplo del adagio “un clavo saca a otro clavo”. Hanabi Yasuraoka y Mugi Awaya son los protagonistas. Hanabi, de 17 años, es una chica tierna y cariñosa que solo vive para admirar e idolatrar al amor de su vida, Narumi Kanai, su vecino y amigo de la infancia. Mugi, por su parte, es un jovencito muy reservado que solo tiene ojos para su amiga y tutora académica, Akane Minagawa.

Al comenzar la preparatoria, ambos chicos descubren que sus respectivos amores se gustan, por lo que Hanabi y Mugi deciden hacer lo propio y comenzar una relación para sanar su dolor. Como en Citrus, tendremos un controvertido romance entre los protagonistas y una trama en la que las apariencias lo son todo. No importa si se les desgarra el alma, para estos jovencitos lo importante es verse bien y ocultar su desgracia. Del mismo modo, disfrutaremos de relaciones intensas y episodios calientes, todo aderezado con amores no correspondidos.

Nuevamente nos topamos con una serie Yuri, en este caso también estelarizada por una chica de cabello rubio y otra de cabello negro. Yuma Okasaki y Hotaru Mizushina han sido amigas desde la infancia y, al comenzar la preparatoria, descubren que su vínculo va más allá de la amistad. Ambas tienen novios, aunque Hotaru tiene más experiencia y Yuma acude a ella en busca de orientación.

Sin embargo, la tutoría amorosa se va por otro lado y el romance entre amigas es inevitable, dejando a sus respectivos novios (Takeda y Fujiwara) en jaque. Al igual que en Citrus, las cosas se pondrán picantes por un amor prohibido, ya que para todos los que las conocen, Yuma y Hotaru son como hermanas. Escenas de sexo mesuradas, dramas y un toque de suspenso no faltarán en estas series en las que los romances de alto voltaje entre chicas dictan el curso de la trama.

Strawberry Panic posee un argumento muy similar al de Citrus. Una de sus protagonistas, Nagisa Aoi, acaba de ser transferida a una escuela solo para chicas en donde imperan el Sistema Étoile y el orden católico. Nagisa, vivaz, intrépida e inexperta en el amor, será rápidamente cautivada por Shizuma Hanazono, una de las líderes de su escuela. Conforme avanza la trama florecerá un acalorado romance entre ambas, a la par que se van conociendo detalles del oscuro pasado de Shizuma.

Además del amor lésbico, el drama juvenil y el ambiente escolar, ambos animes tienen un tono Yuri casi idéntico en cuanto al manejo del erotismo y el sentido del romance. Al principio, Shizuma juega con los sentimientos de Nagisa, de modo similar al cómo Mei se aprovecha de su hermanastra mayor, Yuzu. Con el tiempo no habrá nada que hacer para estas jovencitas más que entregarse a la pasión; eso sí, todo con bajo perfil, con el dulce aroma de lo prohibido.

Con una trama un poco menos sombría que Citrus (acá no tenemos hermanastras que tienen sexo), Sasameki Koto es una buena opción para los amantes del Shoujo Ai, una historia en la que también predomina el romance entre dos amigas. Sumika Murasame está enamorada de su mejor amiga, Ushio Kazama, pero ella no corresponde sus sentimientos ya que, para Ushio, de momento solo existe el amor con chicas lindas, y Sumika no encaja en ese estereotipo.

Además del drama y el tono realista, estas series se abocan de lleno a explicar los cambios emocionales que experimentan las adolescentes, claro está, desde la perspectiva del amor lésbico. La trama de Sasameki Koto se adentra en la relación entre Sumika y Ushio, quien poco a poco aprende a valorar a las personas más allá del físico; algo similar a lo que ocurre en Citrus con las hermanastras Yuzu y Mei. Ambas historias tienen el toque tierno y crudo que nos ha cautivado en el Yuri.

Si de historias de amor realistas se trata, Aoi Hana es un marco de referencia obligatorio. Ambientado en la preparatoria, una academia exclusiva para chicas, este anime narra el romance entre dos viejas amigas que se reencontraron después de mucho tiempo, con sus sentimientos intactos. Fumi Manjoume recién ha ingresado a Matsuoka para comenzar sus estudios, pero no le es fácil adaptarse debido a su timidez.

Cuando Fumi ve a Akira Okudaira, su amiga de la infancia, sus esperanzas renacen y encuentra en ella la posibilidad de superar su última decepción amorosa. Igual que en Citrus, tenemos romance lésbico del bueno, chicas hermosísimas y un drama genuino tratado con delicadeza por la trama. A pesar de la timidez de Fumi, la llama de la pasión arderá rápidamente, a la par que Akira asume el rol protector en la relación, similar al papel de Yuzu en Citrus.

Cerramos nuestra lista de sugerencias con Paradise Kiss, un anime en el que, al igual que en Citrus, tenemos una combinación de romance prohibido con diversión banal, todo enmarcado en una trama detallista con personajes muy bien pensados. Si Yuzu Aihara es fan de la moda, ¿qué decir de los estudiantes instituto de artes Yazawa, liderados por George Kouzumi y Miwako

Sakurada? Estos chicos viven por y para estar al día con las tendencias glamorosas, y a ese mundo arrastran a Yukari Hayasaka, al equipo ParaKiss.

Yukari solía ser una auténtica nerd, pero con sus nuevos amigos descubrirá todo lo bueno y malo que ofrece el mundo del modelaje. Yukari dejará de lado sus prejuicios y poco a poco terminará inmersa en una espiral romántica y banal que la cambiará para siempre. Ambas series tienen una alta dosis de romance, sexo, drama, y amores no correspondidos, todo ello enmarcado en tramas que destacan por su realismo y crudeza.