Tsukasa Mizugaki es un joven de 18 años que falló en los exámenes para entrar en la Universidad y poco después se las ingenia para conseguir un trabajo en Sion Artificial Intelligence Corporation, compañía que se encarga de crear unos androides llamados Giftias que son casi indiscernibles de los seres humanos pero poseen una vida útil de nueve años y cuatro meses, tiempo después del cual se los deja fuera de servicio.

Tsukasa trabaja en la Terminal de Servicio Uno, lugar que se encarga de discontinuar a las unidades de Giftias que llegaron a su tiempo cúlmine, es allí donde conoce a Isla, una giftia que se convierte en su compañera, posteriormente en su amiga y quizás también en algo más.

Esta serie tiene en común con Planetarian el contar con robots dentro de sus personajes, hacer hincapié en la interacción de estos con los humanos y en el carácter servicial que tienen los robots para con ellos. Isla tiene mucho en común además con Hoshino, ambas son infantiles, alegres y conviven con el hecho de que su vida útil está por agotarse.

Dimension W nos muestra un futuro cercano donde los humanos descubren la existencia de una cuarta dimensión y a una fuente infinita de energía dentro de ella. Con el fin de aprovechar esta energía se crean bobinas que se encargan de ello, pero para el año 2071 la nueva corporación de energía Tesla ha monopolizado a la industria, lo que conduce a la proliferación de bobinas ilegales.

Kyouma Mabuchi es un collector que se encarga de recoger las bobinas ilegales a cambio de dinero. En esta hazaña es que se topa con Mira Yurizaki, una robot conectada de alguna manera con el “padre” de las bobinas y con la que poco después se une en la misión de desentrañar el misterio que cae sobre la dimensión W.

Nuevamente se hace presente la interacción entre humanos y robots. En Planetarian, Hoshino Yumemi necesita de Kuzuya para arreglar el proyector, y Kuzuya requiere de Yumemi para que esta lo asesore sobre dónde encontrar los materiales necesarios, mientras que en Dimension W, Maabuchi y Yurizaki quieren descubrir qué ocurre en la cuarta dimensión que está ante ellos.

Eve no Jikan es un anime de Studio Rikka donde en su trama las tres leyes de la robótica prevalencen por sobre todo lo demás pero a pesar de parecer humanos, los robots son tratados igual que los aparatos de menor tecnología, como es el caso de los electrodomésticos, aunque también están los android simpatizantes.

Esta serie coincide con Planetarian en el hecho de que sitúa al espectador en una atmósfera futurista, donde, en este caso, los robots obedecen a los humanos. Entra en tela de juicio el tema de qué es lo que diferencia al hombre de la máquina: las emociones, cuestión que también se plantea Yumemi en Planetarian.

Tenkuu no Escaflowne es un anime producido por TV Tokyo y Bandai Visual, perteneciente al estudio Sunrise. En él, su protagonista, una atleta que también tiene visiones a través de cartas de tarot, es transportada en circunstancias extrañas al planeta Gaea, lugar donde un muchacho, Van Fanel, es príncipe en el reino de Fanelia.

Dicho planeta se encuentra bajo la amenaza del imperio Zaibach, el cual está en la cima de la edad industrial y tecno y desea obtener a Escaflowne, un fuerte guymelef a toda costa.

The Vision of Escaflowne vuelve a poner en escena la idea de un entorno fantasioso, alejado de la realidad, donde contamos con la presencia de robots y además los personajes trabajan en equipo en pro de algo, en este caso, combatir al imperio Zaibach.

Metropolis es una película en la que encontramos a una sociedad donde los humanos y robots conviven, pero la violencia aumenta día a día. A lo largo de los capítulos se exhibe la cuestión de cómo las decisiones de aquellos que tienen poder pueden conducir a la destrucción de una ciudad tal como se la conoce.

Esto último se relaciona con Planetarian y el Programa de Colonización Espacial, cuyo fracaso llevó a que el mundo se convierta en ruinas. Además el arte de ambas series tiene muchos puntos en común, como es el caso de la paleta de colores.

En Chobits, Hideki Motosuwa, un joven que se encuentra estudiando para ingresar a la Universidad, encuentra por la calle a un persocom abandonado –robots que son idénticos a los seres humanos- y al ver que este solo podía decir una palabra: “Chii” y que no posee la capacidad de poder guardar información en su disco duro, Hideki decide ser su propio tutor acerca del mundo.

Junto con sus amigos, Hideki comienza a evaluar la posibilidad de que Chii sea un chobit: una especie de unidad especial de robot que puede tener emociones y pensamientos de igual manera que los seres humanos. Esta condición que quizás posea Chii puede emparentarse con el personaje de Yumemi en Planetarian, el cual en uno de los episodios se pregunta cómo será sentir emociones, poder soñar y hasta derramar lágrimas.