Nuestro andar comienza con otra historia ambientada en el período Edo, con una trama que tiene como eje un disparatado trío que incluye nada más y nada menos que a dos samuráis en sus filas. Mugen y Jin son dos experimentados samuráis que se detestan a radiar, pero sus destinos irremediablemente les unirán en un maravilloso viaje que cambiará sus vidas. Fuu Kasumi termina siendo la clave para engranar este insospechado trío errante, ya que ella les salva la vida y, a cambio, les obliga a ayudarle en su búsqueda del mítico samurái “que huele a girasoles”.

Cada protagonista de Gintama tiene su espejo en Samurai Champloo: Mugen es el samurái con un pasado oscuro, el antiguo mercenario, al estilo Gintoki; Jin, por su parte, hace las veces de Shinpachi como el guerrero intelectual (con gafas) que siempre quiere aprender algo nuevo para mejorar; Fuu ocupa, por defecto, el rol de Kagura como la chica del cofre. Además de estas similitudes, ambos mangas usan un irresistible humor casi idéntico en cada capítulo, manteniendo siempre al lector ávido del próximo número.

Avanzamos con una historia en donde, al igual que en Gintama, el protagonista enmascara en su personalidad hilarante un pasado bastante perturbador. Daichi Shinagawa es un joven conflictivo dentro de su preparatoria; él simplemente quiere que lo dejen en paz, ya que realmente es un peligroso delincuente apodado "Yankee-kun". Sin embargo, con el tiempo las cosas cambiarán para el bien de Daichi, quien termina convirtiéndose en representante estudiantil de su escuela para velar por el bienestar de sus compañeros.

Se puede decir que en estos mangas tenemos protagonistas en rehabilitación, ya que tanto Daichi como Gintoki cambian radicalmente su personalidad en pos de ayudar a sus amigos, quizás —¿por qué no?— para limpiar sus conciencias de las culpas del pasado. No obstante, esta metamorfosis no implicará dramas sino todo lo contrario, pues podemos reír sin parar con las ocurrencias de ambos y las aventuras en las que terminan envueltos. Yankee-kun to Megane-chan es, definitivamente, un Shounen con una trama extremadamente agradable y convincente que, fácilmente, puede complementarse con Gintama para amenizar tu día.

Takashi Horimachi es un típico estudiante de quinto grado de primaria a quien una inesperada llegada le cambiará la vida por completo. A su clase arriba un nuevo estudiante proveniente de otro planeta, pero solo él descubrirá la verdadera procedencia de su flamante compañero. Taro Tanaka es el nombre del referido estudiante, un extraterrestre que ha venido a la Tierra con intenciones aún desconocidas. Los dos chicos se convertirán en amigos cercanos, pero el pobre Takashi llevará siempre las de perder en esta controvertida amistad.

Las similitudes entre Uchujin Tanaka Taro y Gintama radican en la presencia protagónica alienígena (aunque con roles radicalmente opuestos) y en su estilo de comedia fresca y distendida. Básicamente, su concepción del ridículo es el gancho de la trama, ya que siempre hay expectativas de encontrar una situación más absurda en cada capítulo, pero siempre evitando la monotonía de lo meramente circense.

En Binbougami ga! el poder de la felicidad es el equilibrio del mundo, la clave de todo. Esta gran responsabilidad está en manos de Ichiko Sakura, una hermosa jovencita de 16 años que irradia alegría; su caudal de energía es impresionante, pero solo puede hacer felices a los demás absorbiendo su energía. Por ello, el mundo ha sufrido un grave desequilibrio que ha alertado a los dioses, y es Momiji, la deidad de la pobreza, quien opta por tomar cartas en el asunto para restablecer el equilibrio despojando a Ichiko del preciado don que, hasta ahora, no ha podido controlar.

El toque sobrenatural, las aventuras excéntricas y el humor irreverente en ambas historietas son bastante parecidos, más allá de su distancia argumental. La exageración y las parodias y referencias culturales a granel en cada volumen hacen de la obra de Yoshiaki Sukeno un Shoujo bastante funcional para el paladar de los fanáticos de la comedia con el sello Gintama.

Una comedia bastante hilarante, sin duda, es Boku to Majo no Jikan, la cual se centra en Enji Tsuzuri, un aprendiz de adivino a quien la muerte lo sorprende en “su día de suerte”. Distraído camino a su escuela es atropellado por un camión y es una semana más tarde que recobra la conciencia... pero ahora se halla atrapado en el laboratorio de una extraña jovencita llamada Hakuu quien, presuntamente, quiere analizarlo con detalle. ¿En qué parará todo esto?

Aunque no posea un argumento para nada profundo, las divertidas situaciones incómodas que viven los protagonistas son bastante similares en ambos mangas. El ímpetu de Enji por hacer las cosas bien y encontrar una nueva aventura cada día es similar a la forma como Gintoki lleva su negocio independiente en Gintama, ya que el antiguo samurái coloca todo su esfuerzo en hallar nuevos trabajos para él y su grupo a pesar de los pesares. En ambos mangas, las bromas irreverentes son el gancho para enamorar a los lectores con sus ocurrencias.

En este manga se cumple la inexorable ley de que las apariencias engañan. Seiichirou Kitano es nuestro protagonista, un chico que se convierte en el terror de su escuela apenas llega; ídolo de todos los matones gracias a su rostro demoníaco, la pesadilla de todos los que le rodean por su habitual expresión de alma poseída. Sin embargo, él realmente es un ángel con un espíritu tan bondadoso que le impide darse cuenta de la maldad que le rodea.

Debido a su carácter, es prácticamente imposible predecir en qué lío se meterá Seiichirou en cada capítulo, por lo cual Angel Densetsu es una historia extremadamente entretenida y desconcertante. Aunque la trama luce radicalmente opuesta a la de Gintama, la verdad es que los protagonistas terminan envueltos en situaciones particularmente ridículas que guardan un estrecho parecido, ya que el sentido de la comedia de estas historietas roza constantemente lo absurdo con la oscuridad que rodea a sus personajes principales, quienes hacen lo posible por obviar su realidad y encarar sus vidas con la mejor disposición posible. Sí eres fan de Gintama, es imposible que no ames Angel Densetsu.