Si hay algo fascinante en Japón (y, como fanáticos del anime, sabemos que tiene miles de cosas que nos fascinan) es el hecho del cómo los nipones viven la religión. Demás está decir que, siendo nosotros consumidores de la cultura del país, directa o indirectamente estamos expuestos a sus creencias. ¿O quién aquí no recuerda célebres personajes como Shaka de Virgo en Saint Seiya, Miroku en InuYasha o los siete malvados que encarnaban los pecados capitales en Fullmetal Alchemist?
Ahora, la siguiente pregunta sería: amados lectores y lectoras, ¿tienen idea cuáles son las creencias en el archipiélago oriental? ¿Algunos no? Entonces, acompáñennos en este breve artículo editorial a ver si logramos quitarles las dudas. ¿Otros sí? No importa, vengan igual con nosotros para verificar si lo que sabían era cierto. ¡Todos son bienvenidos en este templo de Honey´s Anime! Con la bendición de los dioses, comencemos el tema de hoy.
Nacer sintoísta, morir budista.
Como cualquier país que tiene cientos de años de edad, Japón posee varias etapas en el desarrollo de su historia. En lo que a religión compete, comenzaremos con la original y más tradicional: el Shinto. El nombre significa literalmente “camino de los dioses”, y es una de aquellas religiones viejas que solían explicar los fenómenos naturales (lluvias, inundaciones, sequías) por medio de acciones divinas. Es así como los japoneses primitivos, desde el siglo IV a.C., creían que los kami (seres superiores y espirituales) se alojaban en los bosques, en los ríos, las montañas, o a veces en lugares más elevados, por ejemplo, el cielo.
La cantidad de dioses en esta religión varía según la época y las regiones. Se dice que los mismos habitantes de la isla son los descendientes de estas deidades. Los sintoístas tampoco poseen muchos textos sagrados, reglas o valores establecidos; lo que sí poseen es gran cantidad de templos y festivales, los cuales aún prevalecen en la actualidad. ¿Alguno de ustedes recuerda aquella especie de puerta, como un marco rojo, que puede estar en el ingreso de los templos o en medio del agua? Bueno, ese elemento se denomina Toori, y es lo que marca el límite entre suelo sagrado y suelo profano. Este arco rojo pertenece a la religión sintoísta, por lo tanto, cada vez que lo vean en un anime ya saben a qué dioses les estarán rezando.
La siguiente religión con mucho peso en Japón es el Budismo, proveniente de la India y China; esta creencia se dice que comenzó a hacer presencia alrededor del año 250 d.C. Con el paso del tiempo, fue ganando peso hasta llegar a compartir protagonismo con su antecesora. Las ramas del Budismo son muchas y sería un tanto difícil explicarlas aquí, pero en general todas se basan en el concepto de la búsqueda de la iluminación y la paz por medio de la meditación y la reflexión. Su mayor representante es Siddharta Gautama (Buda), que más que un dios es considerado como un maestro para el género humano.
Si bien hay miles de japoneses que profesan particularmente una u otra religión, por lo general, ambas suelen ser profesadas al mismo tiempo. En sí, las personas en Japón no tienen muchos problemas de mezclarlas y vivir bajo el precepto de las dos. Es por ello que es famoso el dicho: “Nacemos como sintoístas, pero morimos budistas”. O sea, al nacer lo hacen bajo los preceptos del Shinto (por ejemplo, relacionan el momento del dar a luz con la naturaleza, y suelen concurrir a todas las celebraciones en los templos), pero mueren con los rituales budistas (especialmente, por la reencarnación).
El último dogma importante para nombrar que nos ha quedado sería el Cristianismo. Probablemente, el más popular en occidente, las bases recaen en la creencia de un único dios, creador del universo junto con todo lo que hay dentro de él. El cuadro se completa con santos y santas, más la imagen de su encarnación en Jesucristo. Los japoneses adoptaron este credo allá por el siglo XVI, cuando los jesuitas pisaron la isla. Entre idas y vueltas (hubo en cierta época alguna que otra ejecución de cristianos y prohibición de profesar esta fe), el Cristianismo logró ubicarse en la tercera posición de las creencias niponas. ¡Meri Kurisumasu!
Sin dudas hay otras religiones como el Islamismo o el Judaísmo, que hoy en día conviven, aunque con una mínima cantidad de seguidores, sin problemas con las ya nombradas más arriba. Para ser sinceros, el japonés nunca llega a ser un fanático religioso; hasta podríamos tildarlo de desinteresado por todo este asunto. Claro es que visitan los templos, hacen ceremonias y se casan de traje (en los últimos años, muchísimas parejas niponas ha elegido llevar a cabo el ritual cristiano por sobre el típico shinto), pero su forma de pensar está más ligada al cuidado de la naturaleza y la aceptación del otro que en fomentar una sola religión la cual – supuestamente – profesa la palabra de un ser superior, ignorando o desvalorando las otras. El japonés promedio vive todas estas las religiones como una, y las que no entran en su abanico de fe, las respetan. Como es de esperar, estos muchachos son educados en todo.
Ajá, y todo esto… ¿Qué tiene que ver con el anime, eh?
Pues, si no es todo, mucho. Que la gente en Japón no ande vestida de sacerdote o sacerdotisa por la calle no significa que las enseñanzas de la religión no estén implantadas en su forma de pensar diaria. Veamos un ejemplo: tenemos el típico estudiante de secundario perseguido por los exámenes; aparte de estudiar, ¿qué puede hacer para asegurar su éxito? Pedir fuerza a los dioses por medio de un omamori (talismán) que se consiguen en los templos shinto, como sucede en Koufuku Graffiti (Gourmet Girl Graffiti) cuando en el capítulo 11 Ryou le da a Shiina un amuleto para reforzar sus estudios. También hay infinidad de mikos (sacerdotisas shinto) que aparecen en muchas historias: Kagome en InuYasha, Rei en Sailor Moon, Kaho Mitsuki en Card Captor Sakura, entre otras.
Por el lado del Budismo, se explota mucho las leyendas. Sin ir más lejos, Goku de Dragon Ball no es sino una versión del rey mono que viaja hacia el oeste para recuperar los sutras budistas. O podemos tener un Sanzou Genjou, el cual es un monje budista –un tanto violento, pero monje al fin– en Saiyuki.
Del catolicismo, lo primero que se nos viene a la mente son las escenas de navidad. Series como The Big O, Sword Art Online o Toradora! tienen capítulos completos que suceden en esta festividad. Inclusive, hay emisiones especiales referidas al nacimiento de Jesús: Love Hina Christmas Special Silent Eve, Gintama Christmas Special o Tendo Family Christmas Scramble en Ranma ½.
Estos son solo algunos ejemplos, los más notorios, del cómo las religiones se imponen en el día a día de la población nipona, y también cómo aparecen en los animes que nosotros vemos. Terminado este miniresumen sagrado, vamos a dejarles tres títulos para que disfruten de esta herencia sacra intercalada en los guiones de anime.
1. Tezuka Osamu no Buddha: Akai Sabaku yo! Utsukushiku
[Inglés: BUDDHA]
- Episodios: 1
- Emisión: mayo 2011
De la mano del maravilloso Osamu Tezuka, tenemos esta historia que lisa y llanamente nos relata la vida del joven príncipe Siddhartha Gautama. De cuna real, el apuesto noble es recibido con mucha alegría y con la esperanza de que él será quien ilumine a la raza humana con su sabiduría. Criado con lujos y excesos, Siddharta se alejará de todo ese mundo mundano para ir en búsqueda del camino que lo lleve a descubrir el fin de la miseria humana.
Para los que se encuentran interesados en títulos como este, también les comentamos que posee una secuela denominada Tezuka Osamu no Buddha: Owarinaki Tabi (BUDDHA 2), emitida en febrero de 2014. Esta película continúa con la historia de la primera, con un Siddhartha más adulto y enfrentando un escenario de guerra.
2. Junketsu no Maria
[Inglés: Maria the Virgin Witch]
- Episodios: 12
- Emisión: enero 2015 a marzo 2015
Virgen, pero también bruja, esta María dista bastante de la santa madre de Jesús. Joven que vive junto a su familia en la Francia de la Guerra de los Cien Años, podríamos hacer un paralelo más con Juana de Arco que con la Virgen en sí. Cansada por las guerras incesantes, María toma la determinación de utilizar su magia para intentar terminar con tanta matanza.
No obstante, no le será tan fácil hacer lo que desea. Cuando todo parecía estar decidido, hace su aparición Michael (quien no es otro que el famoso arcángel), el cual le prohíbe terminantemente intervenir en ninguna batalla, y menos utilizando magia. Para evitar que María lo desobedezca, Michael la maldice con un hechizo que hará desvanecer todos sus poderes si ella llega a perder su virginidad. Con intervenciones de la iglesia y figuras militares, Junketsu no Maria es un divertido título de acción para los amantes de la magia y el Seinen.
3. Noragami
- Episodios: 12
- Emisión: enero 2014 a marzo 2014
Yato es un dios un poco inferior. En sí, es una porquería de dios, una deidad menor que no tiene ni siquiera un templo para que lo adoren, el sueño de Yato es conseguir millones de fieles que lo alaben y, al menos, un mísero lugar que lleve su nombre. Para ello decide trabajar como ayudante en lo que sea. Si se te ha perdido tu mascota, él la busca; si tienes que entregar comida a domicilio, él lo hace; si se te han olvidado tus cuadernos en el colegio, él los buscará por ti. Cualquiera de estos trabajos tienen el costo de 5 yenes… una moneda que, para que se imaginen, no sirve siquiera para comprar un caramelo.
Aparte de Hiyori y Yukine, quienes lo acompañan en sus aventuras, Yato se verá forzado a cruzar su camino con dioses más elevados que él. Ellos son los Shichifukujin (los siete dioses de la buena suerte): Ebisu (deidad sintoísta), Daikokuten, Bishamonten y Benzaiten (del hinduismo) y Hotei, Jurōjin y Fukurokuju (todos budistas). Todos ellos traerán, directa o indirectamente, dolores de cabeza a Yato, el cual continuará con sus planes de grandeza para así demostrarles al resto de las deidades lo que es capaz de lograr.
Palabras Finales
La cantidad de personajes en anime que tienen relación con las religiones son casi innumerables. Lo importante a recalcar es el cómo los creadores de estas historias utilizan elementos de estas creencias para terminar logrando un relato fantástico que, a veces, suele alejarse casi del todo de su origen. Animes como Saint Seiya, basados en mitologías que años atrás han sido cultos religiosos, o comedias más actuales como Hataraku Maou-sama! (The Devil is a Part-Timer!) que tan solo explotan imágenes divinas, en este caso, la de Satán, son series que tienen estos ingredientes sacros a los cuales estamos tan, pero tan acostumbrados, que hasta solemos olvidar de dónde han venido. Pero no todo es respeto en este mundo, y hasta tenemos un anime que pone a Jesús y Buddha viviendo juntos, llamado Saint Young Men. ¿Cuál de todos es tu favorito?
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