Aunque no deja de ser una niña, la pequeña Akiho llega a Japón después de haber vivido muchos años recorriendo el mundo. Ella parece no tener contacto con su familia más que con su guardián, Yuna D. Kaito, por lo que uno de sus mayores pasatiempos se ha vuelto la lectura, aprovechando la enorme biblioteca con la que cuenta. Más allá de esto, su conocimiento del mundo también viene de primera mano, ya que su último lugar de residencia fue Hong Kong, pero también vivió en varios países de Europa, como Alemania, Francia, Italia e Inglaterra.

Quizás por esto de vivir prácticamente sola y tener contacto únicamente con su mayordomo y con su amigo Momo, Akiho se muestra muy formal y respetuosa con cada persona que conoce, algo muy diferente al resto de chicos de su edad. Esta relativa soledad se rompe una vez llega a Tomoeda y conoce a Sakura y Tomoyo, que rápidamente la integran al grupo con Syaoran, Yamazaki, Chiharu y Naoko.

Por más que tenga un mayordomo, muchas veces la vemos intentar devolver el favor, tratando a Yuna D. Kaito como un amigo o familiar en lugar de como sirviente, e incluso ofreciéndose a hacer ciertas tareas para aligerar su carga. Con los demás, Akiho es súper respetuosa y compañera, y nunca se niega a cualquier tipo de salida o reunión con sus amigos. Cuando invitó a Sakura y Tomoyo a su casa, además, se portó como una verdadera anfitriona, lejos de la imagen de malcriada que otros personajes tendrían en su situación.

Cuando llegó el momento de elegir un club escolar, Akiho obviamente contempló varias opciones. Aunque tiene varias aficiones, estas mismas opciones nacían de los clubes a los que ya concurren sus nuevas amigas, como por ejemplo unirse al equipo de animadoras con Sakura o al coro escolar junto a Tomoyo. Finalmente, su gusto por la música se hizo evidente y se animó a unirse al coro, para sorpresa y admiración de los demás. Por suerte para nosotros, pudimos escuchar a Akiho cantando en más de una ocasión, demostrando que ya tiene cierta práctica y que, además, cuenta con un don natural. ¡Mejor todavía es cuando podemos escucharla a dúo con Tomoyo!, de quien ya sabíamos también el talento para el canto.

No hay por qué evitar el elefante rosa: ¡Akiho Shinomoto es una belleza! A ver, es difícil destacar en un anime Shoujo donde cada personaje femenino tiene su encanto, pero con esos ojazos azules y esa especie de coletas onduladas que caen a ambos lados de su cabeza es raro que todavía no le aparezcan pretendientes. De modales refinados y con ropa a la moda, Akiho es de esas chicas del Shoujo que nos hacen ponerle los ojos encima y no querer alejarlos, especialmente porque se mantiene impecable donde quiera que vaya. El detalle que completa esta obra de arte es ese mechón de cabello que forma su ahoge... ¡¡Awwww!!

Momento. Haz una pausa, respira profundo y vuelve a leer punto por punto cada cosa que le hemos destacado a Akiho. ¿No lo ves? ¡Está al nivel de Sakura! No, no lo decimos para causar debate ni para que la gente se arranque el cabello por indignación, sino porque se hace evidente que Akiho es una versión casi calcada de lo que es nuestra tan amada Sakura.

Teorías sobre sus orígenes e intenciones hay miles por estos días, pero la verdad se mantiene aún envuelta en misterio. ¿Quién no quisiera ver a Akiho como una nueva Cardcaptor? O mejor aún, ¡¿quién no quisiera ver a Akiho como una digna rival —que no enemiga— de la propia Sakura?! Todavía nos queda mucho por descubrir antes del final de este arco argumental, pero pocos capítulos alcanzaron para poner a esta chica en un altar.