Una de las cosas que notarás primero en Hotaru son sus hipnóticos ojos, que si bien son celestes sobresalen especialmente por tener una espiral (o círculos concéntricos, según el momento). Si bien ella es una chica activa, alegre y muy educada, con esa mirada que tiene también nos deja en claro que puede llegar a asustarnos. ¡Pero no hay nada que temer! Aunque su mirada pueda infundir miedo, también son esos ojitos los que complementan un rostro de ensueño, tan dulces como la más empalagosa de las paletas de la compañía Shidare.

Tratándose de la hija de un empresario de las golosinas, uno podría pensar que estaría asqueada de comer tantas porquerías, pero nada más lejos de la realidad. Como podemos ver en las dos temporadas de Dagashi Kashi, si hay algo que a Hotaru le gusta es llenarse la boca con golosinas, pero por más que come, come y come —y nunca la vemos realmente comer cosas saludables— su cuerpo sigue como el de una modelo.

manteniéndose a base de azúcar ya podría tener varias enfermedades o incluso se le podrían haber caído los dientes. Ya, quizás eso es lo que Saya querría, pero por ahora no sucede. Lo bueno es que conquistar el corazón de esta señorita no parece tarea difícil, pues alcanza con unas monedas y buen criterio para elegir snacks.

El pueblo donde se desarrolla este anime es extremadamente tranquilo, con pocos habitantes y casi sin lugares que llamen la atención. Pero en cualquier pueblo chico, la sola presencia de una citadina podría ser un espectáculo. Cuando Hotaru llega causa un gran impacto en todos los que la conocen: Kokonatsu se vuelve loco con su belleza y Saya no puede creer su personalidad. Igualmente, quien seguro se llevó la mejor impresión fue el hermano de Saya, Tou, que al llegar a su casa y entrar al baño la encontró totalmente desnuda… ¡y a ella no le importó y le agradeció la gentileza!

Con algo así en el primer episodio ya podíamos augurar lo que vendría después, y la verdad es que cada vez nos sorprende más. Consciente o no, su relación con los dulces y con Kokonatsu es increíblemente extraña, frecuentemente creando confusión en cuanto a indirectas y dobles sentidos. Sí, esta es una de esas mujeres que queremos junto a nosotros, y que hagan de cada día una nueva aventura.

Es entendible que, aspirando a ser la líder de la dulcera más famosa del mundo, tenga un gran conocimiento sobre sus productos, sin embargo, no deja de sorprendernos la cantidad de datos extraños o inútiles que Hotaru memoriza. Por cada dulce que come, Hotaru lanza una frase o nos cuenta la historia del producto y su impacto en la gente, haciéndonos creer que realmente estuvo estudiando.

Por suerte, e inesperadamente, todos esos datos sí que se vuelven necesarios para varias situaciones que ayudan a Kokonatsu, incluso cuando lo dejan perplejo. Vale, quizás después de un tiempo resulte insoportable tener a una chica que nos aburre con sus datos y estadísticas sobre caramelos, helados, dulces, galletas, paletas y demás.... pero si ese es el precio que hay que pagar por estar en su compañía, ¡que venga!

Sumando los puntos número 2 y 3, referentes a la figura de Hotaru y cómo sobresale entre los demás pueblerinos, lo que más marca estas situaciones es la ropa con la que siempre la vemos. Mientras los demás están más cómodos y casuales, ella lleva una pollera corta cual oficinista, tiradores y una blusa con volados y un moño rojo. Hay que decir que esa blusa está súper apretada, haciendo que las oppais se vuelvan algo imposible de no mirar…

El accesorio que la completa es su vincha con una rosa negra y unos lazos, terminando ese look semi-formal y con aires de lolita gótica. Sí, nos encantaría verla con ropa más cómoda y “normal”, ¡pero no podemos negar que nos cautiva por lo sexy!