Pocas personas tienen la capacidad para tocar a la perfección uno de los instrumentos más complejos de todos, el violín. Kaori Miyazono, nuestra heroína prodigiosa, es una de ellas, y aunque en el anime es criticada por los jueces de los concursos gracias a que no cumple la totalidad de las partituras asignadas, ella siempre se mantiene firme en su convicción. Ya sabemos que los genios de la música suelen seguir sus propias reglas...

Dicho ideal se apoya en que la música es para disfrutarla, por ello nunca ha buscado la gloria máxima en los concursos, y en cambio trata de hacerles sentir a los espectadores lo mismo que ella con notas llenas de pasión y algarabía. ¡Es tan apasionada y talentosa!.

Su segunda característica asoma todo lo que cualquier ser humano debería siempre tener: amor, alegría y música en su corazón. La hermosa Kaori siempre se ha definido por su pasión musical y personalidad atrevida, esta última desde que se enteró de su estado de salud. Irónicamente fue su enfermedad la que impulsó su deseo de vivir y enamorarse de la vida, y más específicamente del mismo amor, aferrándose a su deseo por estar junto a su amado Kousei.

Su cariño y energía van más allá de su relación interna y personal con el pianista y protagonista del anime, ya que también ama, desde puntos de vista bastante subjetivos por el desarrollo argumental de la serie, a sus otros compañeros: con los cuales logra sintonizar una amistad que rompe fronteras. En el anime demuestra con más firmeza tal amor, cuando decide no revelarle sus verdaderos sentimientos a Kousei porque sabía que después de su partida él quedaría aún más destrozado.

Cuando pensamos en una doble personalidad, inmediatamente se genera en nuestro pensamiento el concepto de bipolaridad, pero en este caso y para mi hermosa Kaori, es diferente. Su personalidad natural siempre ha sido introvertida, cosa que no le había permitido hacer muchos amigos ni atreverse a concretar sus grandes sueños, entre los que está formar parte de la vida musical de Kousei.

Sin embargo, y como ejemplo de vida, nuestra protagonista decide darle un cambio a esa faceta poco sociable para transformarse en una risueña y fuerte señorita, capaz de sobrellevar con madurez y fortaleza su enfermedad y los problemas emocionales de su enamorado, además de permitirse a ella misma disfrutar de lo que todo adolescente debería, la juventud y el amor no correspondido.

Kaori es toda una muralla al momento de enfrentar las situaciones más adversas, por ejemplo, cuando se enteró que estaba enferma y era inevitable su partida. En ese momento, en vez de entristecerse y caer en depresión, ella tomó las riendas de su vida y le dio un giro de 180 grados, adoptando una personalidad de ganadora, repleta de alegría y entusiasmo.

Podemos ver un poco de su fortaleza mental y física cuando se quebranta, debido a su estado de salud frente a Kousei, pero sus fieras ganas de mantenerse en pie la vuelven a levantar a pesar del dolor que sentía en su interior, pues no podía permitir que su enamorado, quien necesitaba de ella, viera como su pilar emocional se derrumbaba sin pelear la batalla.

A pesar de tener 14 años, demuestra una madurez e inteligencia superior, además de su fortaleza física y mental. Estas características permiten que pueda ser un apoyo para otras personas, demostrando cómo enfrentar a la vida aunque se esté al borde de la muerte. Su capacidad para soportar todo el dolor dentro de sí misma, evitando la compasión de otros, hacen que pueda detectar los problemas de sus semejantes y así brindarles su ayuda.

¿Dijimos ya que Kaori Miyazono es toda una poeta e intelectual? Es cierto, en el anime podemos escuchar repetidas veces cuando le da consejos y palabras de aliento muy profundas a Kousei para que él vuelva a retomar su antigua vida como músico y su espíritu se reafirme a los ideales que tenía antes de la tragedia familiar. Pero eso no es todo, ya que Kaori se empeña en ser buena y transmitir alegría a otros compañeros, como Tsubaki.