Algo que notamos a primera vista es la forma en que Kino se expresa ante lo que la rodea, incluso cuando “expresarse” va mucho más allá de hablar. Especialmente cuando dialoga con Hermes, lo que destaca en este personaje es su análisis de las situaciones y su participación, generalmente imparcial pero a la vez fundamental.

Cada viaje es una enseñanza y cada episodio de Kino no Tabi tiene una moraleja, la cual siempre va acompañada de una reflexión de Kino y Hermes. Claro, son pocas las veces que esto se hace evidente o de forma directa, pero si prestas atención puedes notarlo y sumarte a las reflexiones de Kino, dándote un momento para pensar cómo se aplica cada nueva enseñanza a tu vida.

Kino, como personaje, puede describirse fácilmente con una metáfora: ella es como un libro abierto, en donde cada nuevo país que visita es una hoja en blanco esperando ser escrita, pero con varias páginas ya completas y llenas de aprendizajes. Sería fácil pensar que Kino siempre es quien desencaja en cada lugar que visita, pero eso es simplemente una postura que elige para mejorar su experiencia.

Su conocimiento del mundo no es solo literal, ya que ha viajado por varios países y continentes, llenos de paisajes y culturas diferentes; Kino también sabe cómo cuidarse a sí misma y a su motocicleta, motivo por el que ha llegado tan lejos. Por más que tiene dos fieles armas, Cannon y Woodsman, Kino aprendió a darse cuenta cuándo y cómo usarlas para sacar provecho… y para evitar que la vean como delincuente. Sin dudas, ¡siempre podrías pedir un buen consejo a Kino!

Kino solo viaja con lo puesto, y eso ya es un mérito. Ponte a pensarlo, ¿podrías abandonar tu vida ya mismo y marcharte sin nada material? En el mundo de hoy sería bastante difícil, y seguro no pasaría mucho hasta que extrañes tu móvil, por decir algo. Gracias a esta condición, Kino aprendió a dar mucha más importancia a cada momento que vive, sin pensar en qué comprarse o cómo podría ser más feliz con tal o cual objeto.

Conocer gente nueva, compartir su día a día con Hermes, comer el plato tradicional de cierto país o simplemente tirarse a descansar en el pasto. Claro que Kino también lo ha pasado mal y se ha visto envuelta en situaciones que no quisiera, más de una vez al borde de la muerte, pero también es parte de las experiencias que la hacen crecer como persona.

Si solamente viste episodios sueltos de Kino no Tabi tal vez no entiendas mucho este punto, pero déjanos explicarlo rápido y simple: aunque parecen hechos aislados, en más de una ocasión pudimos ver a Kino recordando viajes anteriores, o específicamente a la persona que la inició en esto de los viajes. Obviamente, ella siempre se refiere a los motivos que la convirtieron en viajera como algo “traumático”, pero no por eso olvida todo lo bueno que pasó.

Que sea nostálgica y optimista no significa que vaya por ahí con una enorme sonrisa y abrazando a todo el que se cruza, sino que prefiere ver el lado bueno de las cosas y seguir adelante con sus viajes. Si esto no fuera así, estaría aterrada y “sobreviviendo” en alguno de los países que visitó, ¿no crees? ¡Kino no es conformista! No obstante, Kino aprendió a ver el dolor y la tristeza como algo inevitable pero útil. Después de todo, sin lo malo tampoco existiría lo bueno.

A ver, es cierto que para muchos este detalle es lo que mata el “realismo”, pero en este mundo más de un objeto o animal tiene la capacidad de hablar. Además de Hermes, aparentemente otras motocicletas pueden hablar, como vimos en uno de los episodios. ¡También hay perros que hablan, como Riku! Igualmente, hablemos ahora del coprotagonista de la serie.

Hermes es una motocicleta Brough Superior SS100, y acompaña a Kino en todos sus viajes. Con la capacidad para hablar y viajar largas distancias, ¡Hermes es el compañero de viaje ideal! Tienes buenas conversaciones, te traslada sin esfuerzos y hasta puede protegerte si se da el caso… ¿qué más se puede pedir? Vale, quizás suene muy interesado de nuestra parte, pero Hermes le da un valor agregado a lo que ya sentíamos por esta chiquilla viajera. ¡No nos culpen!