Apenas bastan unos segundos con ella para notar que Maika es un pan de Dios, amable, tierna, con una voz súper dulce y un aspecto que nos hace mordernos los labios. Para los amantes de este tipo de chicas, resistirse a los involuntarios encantos de Maika es una misión imposible, así que nos sentimos muy pero muy identificados con Dino. Puestos en su lugar, ¿quién no la seduciría constantemente? Bueno, obviando el acoso laboral, claro.

Si a su personalidad le sumamos ese traje rosa que usa en Stile el corazón nos late mucho más fuerte, con una falda súper corta y las medias por encima de la rodilla. De todas las camareras del café ella es por lejos la mejor, y nos alegramos de que sea la protagonista para poder verla mucho más tiempo en pantalla.

Si recién hablábamos de su aspecto aniñado y lindo, también tenemos que hablar de sus ojos, esos que tantos disgustos le han dado a Maika. Incluso cuando no tiene ni la más mínima intención, o hasta cuando está feliz y riendo, la fría y penetrante mirada de Maika se desata y le da escalofríos hasta al más valiente caballero. Entonces, ¿cómo convive Maika con esto y cómo ha reaccionado a las situaciones en que se ve envuelta?

Aunque reacciona de manera lógica y se hace visible su malestar, Maika nunca se victimiza ni se queja; al contrario, intenta seguir adelante sin pensar demasiado en ello. El dato es que a pesar de lamentarse por las oportunidades perdidas Maika siguió buscando trabajo y nunca se rindió, así que probablemente el mismo caso se haya dado en otros aspectos. Esto no hace más que demostrar la seguridad de Maika que tantos hombres admiran en una mujer, incluso si se trata de una pequeña adolescente.

Al terminar la secundaria, muchos estudiantes no tienen ni la menor idea de cómo continuar con sus vidas, ya sea por no saber a qué universidad ingresar o tampoco tener clara una vocación u oficio. Maika, por el contrario, siempre dejó en claro que su objetivo es seguir estudiando y perfeccionándose en el exterior, con tanta responsabilidad que hasta se busca un trabajo para ahorrar —algo ya de por sí difícil— y ser ella misma quien se pague los gastos de pasajes y estadía en otro país.

Otro caso donde vemos este rasgo valorable de su personalidad es en el propio Stile, donde da siempre el máximo para cumplir con su tarea. Aunque eso de ser una sádica nunca estuvo en sus planes y se le da bastante mal al principio, pronto se da cuenta que no es más que una actuación que sus clientes valorarán, poniendo el mayor empeño en sacar su lado más miserable y ruin… aunque no siempre tenga tanto éxito.

Que sea una sádica no implica que sea mala persona, ¿verdad? Si Maika es tierna y responsable, no debería sorprendernos que también sea en extremo solidaria, tanto con sus nuevas compañeras de trabajo como con su nuevo jefe. Eso sí, no siempre sale bien… como cuando ayudó a Mafuyu a preparar el parfait, confundiendo los ingredientes.

Claro, con Dino tan interesado en ella es difícil que no sea la propia Maika la que recibe un trato preferencial; incluso sus compañeras la ayudan en todo lo que pueden para adaptarse a su trabajo, pero Maika no se queda atrás en la reciprocidad. Quizás con más práctica tanto en su empleo como en la interacción con otras personas Maika logre mejores resultados, porque en lo que es con sus clientes, cada intento de ser servicial termina como un ejemplo más de su aparente sadismo.

Nadie quiere una novia con doble personalidad, a menos que esa otra faceta suya aparezca solamente en ciertos momentos… privados. En cuanto a Maika, su lado sádico es parte de su trabajo, pero no podemos más que imaginarnos cómo sería estar con ella en un roleplay; aunque claro, sí que existen los sumisos que de verdad querrían ser aplastados por sus tacones mientras los humilla de toda forma posible.

Si teníamos fantasías sobre su sadismo no podemos más que referirnos al cuarto episodio de Blend S, cuando tras el intenso entrenamiento por parte de sus compañeros, Maika se transforma en una fría pero muuuuy sexy dominatrix. Sean voluntarios o no, los arranques de sadismo de Maika nos ponen los pelos de punta, y soportaríamos cualquier cosa siempre que sea por pasar tiempo a su lado.