Con el ataque de los Scoopers, Harajuku es uno de los últimos bastiones de la humanidad, y por lo tanto el gobierno decidió poner una “burbuja” que separa esta zona del exterior, donde yacen las ruinas de lo que los alienígenas destruyeron. Para Mari, esa burbuja representa la sociedad entera, donde ve siempre la misma gente, haciendo las mismas cosas y con los mismos resultados.

Como marcan su personalidad y su pasado, Mari siempre está buscando “ir más allá”, cosa que la mejora como persona y como “figura”, si se quiere. En cada escape al exterior del domo de Harajuku Mari no puede evitar maravillarse con lo que ve, a veces imaginando historias sobre los objetos o edificios que encuentra a su paso. Por más que la historia tiene un espíritu mucho más divertido e inocente, estos momentos son los que nos hacen reflexionar sobre la vida, y todo gracias a Mari.

Para una niña de los suburbios, ser alguien reconocido tal vez no sea un sueño factible, y menos cuando la competencia es mucha. Mari Shirako, sin embargo, nunca deja de tomar decisiones que van hacia un único objetivo: transformarse en la persona que ella quiere ser, y no conformarse con lo que las circunstancias la llevan a ser. Hoy en día, Mari es una relativamente exitosa diseñadora con cada vez más fama entre las amantes de la moda, pero eso no siempre fue así…

La imaginación y talento de Mari no tienen límites, tanto que cualquier material le sirve para crear sus diseños, o para disparar nuevos conceptos e ideas. Como la vemos, es una hermosa chica que adoptó la moda lolita como suya, ¡y crea sus propios vestidos! Ciertamente, es fácil ser preciosa cuando tienes dinero para maquillaje y ropa nueva, pero tiene un sabor todavía más especial cuando ese look fue creado por tu propio ingenio y habilidad.

¡Tranquilos, tranquilos! Eso que la vemos tomando en una copa, de color violeta y en una botella sospechosa no es vino ni otra bebida alcohólica. Sí, que a Mari le gusta pretender que es una señora de la aristocracia con su delicada copa de vino, pero en realidad solo se trata de la soda de uva que tanto le gusta.

¡Se ve tan linda y lo único que hace es tomar un jugo! Bueno, no es todo lo que hace, porque uno de sus hobbys es comer cualquier tipo de snack que se vea bien. Galletitas, helado, pasteles… y no nos olvidemos de la tienda de crepes. Para alguien que come tantos dulces y bebe tanta graciosa, la figura se mantiene sexy y perfecta.

Si bien siempre da lo mejor de sí para ayudar a sus amigas a vencer a los Scoopers, hay algo que debemos tener en cuenta: a Mari no le importaría que los aliens dominen el mundo, siempre y cuando la dejen en paz. En más de un caso podemos ver sus reacciones incluso sobre sus amigas, cuando a veces su apatía le juega una mala pasada. Otra vez los aires de diva tienen mucho en común, pero más temprano que tarde siempre termina entrando en razón y haciendo lo correcto.

Así como Kotoko es la estratega y Rito hace el trabajo sucio, la tarea de Mari dentro del equipo es dar el golpe final, poniendo fin de una vez por todas al grupo de enemigos en cuestión. Sin embargo, en lugar de defender Harajuku o hacer de cuenta que todo está bien, lo único que Mari prefiere por sobre la moda y la tienda es salir a investigar las ruinas de la ciudad, buscando “tesoros” e imponiendo sus propias reglas. Quizás eso es otra demostración de su necesidad de escapar a todo lo establecido, ¿no? Aunque por suerte sigue peleando contra los aliens, porque si ellos ganan se quedará sin el pan y sin la torta.

Por si no lo han notado, la personalidad de Mari Shirako es la de toda una líder, algo a lo que sus amigas ya se han acostumbrado. Ella es la encargada de dar la bienvenida a los clientes, atenderlos con las mejores recomendaciones y poner su mejor cara al momento de despedirlos, dejándolos con ganas de volver pronto y seguir comprando. Es que esta chica tiene un aura envidiable, que la convierte en una incipiente idol.

Su mayor fan parece ser la propia Kotoko, ya que mientras Rito está un poco por fuera del asunto, la pequeña rubia vive llenándola de elogios tanto por sus diseños, sus gestos y frases o cualquier cosa que valga la pena mencionar. Definitivamente, a Mari le encantaría ser una idol famosa y amada por todo el mundo, y salvarlos de una invasión extraterrestre parece un buen comienzo. ¿Quién no tendría como ídolo a la persona que salvó a la humanidad? ¡Y encima es una bellísima lolita y talentosa diseñadora!