Estar con un chico afortunado es lo ideal, y nadie mejor que Kiyoshi en este aspecto. Este bomboncito pareciera traer siempre consigo un amuleto de la fortuna, porque en los peores momentos es cuando mejor se desenvuelve. Probablemente su agudeza mental sea la clave de este don, más allá de que en muchas ocasiones él ni siquiera esté consciente de lo que dice. Siempre logra salir con astucia de las situaciones más incómodas, aunque también pareciera tener un imán para los malentendidos.

Al principio de la serie, cuando intentaba rescatar su teléfono —con el que sus compañeros intentaban grabar a las chicas en el baño— fue descubierto por Chiyo, pero como ella era bastante miope pudo ingeniárselas para hacerse pasar por Mayumi, su mejor amiga. Aunque ese incidente derivó en su detención, de no haber sido por la mala visión de Chiyo su relación con ella habría muerto en ese instante, algo que hubiera derrumbado moralmente a mi Kiyoshi. Del mismo modo, cuando él y sus compañeros estaban a punto de ser expulsados de Hachimitsu, logró convencer al director de darles una prórroga para probar su inocencia, esto mediante un discurso moralista mea culpa afín a la ideología del funcionario.

Desde chico, mi bomboncito fue tímido e inseguro, pero también amable y servicial. Aunque fueron sus compañeros los principales culpables de su ingreso a la prisión, Kiyoshi trató de defenderlos de los abusos cometidos por las alumnas del Consejo Estudiantil Clandestino, organización encargada de impartir el orden en la prisión de Hachimitsu. Aunque, en principio, su empeño por escapar de la prisión fue egoísta y complicó la situación de sus compañeros, él siempre hizo todo lo posible para salvarlos a todos de una inminente expulsión.

¡Su ternura y timidez son irresistibles! Amante de las chicas tiernas, este bomboncito suele aparentar problemas de autoestima y le cuesta relacionarse. Sin embargo, cuando la situación lo requiere, da todo por las personas que quiere y se convierte en una persona muy segura de sí misma; no descansa hasta cumplir sus objetivos, siempre con un inquebrantable sentido de responsabilidad y justicia. Definitivamente, ¡mi Kiyoshi es alguien en quien puedo confiar!

Más allá de que le fascinan las chicas, Kiyoshi siempre trata de pasar desapercibido. Al chico le cuesta mantener una conversación con una fémina, pero en su mente siempre hay lugar para la perversión. Cuando se enteró del plan de sus amigos para espiar a las chicas en el baño, él se opuso en primer momento, pero al ser su teléfono el seleccionado para la misión, terminó siendo él el único que logró ver a las jovencitas desnudas en el “paraíso”, como solía decirle al baño de mujeres. Sin embargo, logró ocultarle este incidente a Chiyo para mantener intacta su relación.

Ya en prisión, Kiyoshi trató de frenar los brutales castigos que infringía la vicepresidenta del Consejo Estudiantil Secreto, Meiko Shiraki, actitud que indignó a sus compañeros ya que ellos disfrutaban ser torturados por una hermosa chica. Luego, Kiyoshi también se unió al sadomasoquismo de sus amigos, sintiendo placer por los golpes que Meiko les daba y admirando su ropa íntima, constantemente expuesta bajo la diminuta falda de su uniforme. A pesar de su timidez, mi Kiyoshi siempre está dispuesto a hacer cosas sucias.

¡Uno de los rasgos que más me gustan de Kiyoshi! Cuando peor se pone la cosa, mejor actúa este bomboncito. Cuando todo parecía estar en su contra para perpetrar su escape, después de varios planes e intentos fallidos para poder cavar un túnel que le permitiera escapar, Kiyoshi decidió vestirse de mujer para pasar desapercibido como chica y poder salir sin mayores problemas de la academia. Aunque estuvo a punto de ser descubierto en el último instante por Mari Kurihara, debido a sus zapatos y la forma en que llevaba colgado su bolso, el chico logró mantener la compostura y salir airoso a su cita con Chiyo.

Luego, tras su regreso a prisión, hizo frente a la complicada situación desatada a partir del descubrimiento de su fuga, asumiendo toda la responsabilidad del caso y enfrentándose al director de la institución para evitar su expulsión y la de sus compañeros. A pesar de las intrigas y conspiraciones del Consejo Estudiantil Secreto, Kiyoshi pudo sobreponerse a la adversidad, poniendo incluso su vida en riesgo, como cuando fue apuñalado por Jouji Nezu al defender a Mari. Él siempre actuó con base en sus convicciones, seguro de hacer lo correcto.

Sin duda, lo mejor de Kiyoshi es su sentido de responsabilidad. Aunque pueda ser algunas veces cínico y mentiroso, lo cierto es que mi bomboncito es capaz de lo que sea con tal de cumplir con sus objetivos y no faltar a su palabra. El pobre se pasó semanas tratando de escaparse de la prisión de Hachimitsu solo para cumplir con su cita con Chiyo, y luego hizo lo imposible para evitar que él y sus compañeros fueran expulsados de la escuela. Aunque la medida estaba consumada, el jovencito nunca bajó los brazos hasta que pudo probar su inocencia.

Del mismo modo, a pesar de que su anhelada cita con Chiyo no terminó como esperaba, mi bomboncito cumplió con el encargo que su amigo Takehito Morokuzu (Gakuto) le había encomendado y por el cual lo había ayudado durante semanas a planear su escape. El mismo día de la cita, Kiyoshi debía comprarle a Gakuto la figura de Guan Yu y su caballo Sekitoba, juguetes de edición limitada que solo saldrían a la venta aquel día. A pesar de los pesares, Kiyoshi siempre cumple con su palabra. ¡Los hechos lo demuestran!