¿Te imaginas estando a tus 30 años, y de un día para el otro decidir que renunciarás a tu empleo? En Japón, como en tantos otros países, no es que el mercado laboral te de muchas opciones, por lo que la mayoría de las personas están penando por el desempleo o por las maratónicas jornadas de trabajo a cambio de sueldos que no son nada de otro mundo. Sin importarle lo que la sociedad piense de ella, Moriko se juega por sus sentimientos y renuncia, entregando su vida a los videojuegos.

En parte por vicio y en parte por su mencionada determinación, no pasaron muchas horas entre que Moriko crea a Hayashi y que consigue llevarlo a un nivel decente, especialmente para no sentirse inferior a sus nuevos amigos del clan. ¿Quieres todavía más ejemplos de determinación? ¡Solo hace falta ver el cambio que le da a su imagen cuando se le presenta una cita!

¿Por qué hablamos de “2 formas”? Porque no es lo mismo ver a Moriko cuando está de entrecasa, con ropa vieja, sin maquillaje y con tremendas ojeras por quedarse jugando largas madrugadas, que cuando la vemos vestida con su uniforme de trabajo. Lo que importa aquí no es la apariencia exterior —que la tiene y de sobra— sino que nos enamora con su simpleza, incluso cuando la vemos nerviosa por ir a la tienda.

En persona no parece una persona muy extrovertida, pero cuando vemos su relación con LIly en el videojuego podemos notar la ternura en sus palabras. De paso, esa misma ternura se refleja en cómo shippea a Hayashi y Lily, incluso aunque no se le pasa por la cabeza shippear a las personas que controlan esos avatares. A veces dicen que el maquillaje es gran parte de la belleza de una mujer, pero en el caso de esta señorita queda clarísimo que es bella por dentro, por fuera, y hasta en el mundo virtual.

Esto quizás tiene mucho que ver con el punto número 1, pero no podemos obviarlo tampoco. Moriko Morioka no es la primera protagonista mujer en un anime de videojuegos, y mucho menos es la primer otaku… pero quizás sí es la primer mujer que abandona una vida relativamente tranquila para seguir su corazón y su pasión. En una sociedad conservadora, Moriko es “todo lo que está mal”: una mujer solterona, sin empleo, desarreglada y, por si fuera poco, que no sabe cocinar, no se preocupa por su hogar, no tiene hijos y dedica todo su tiempo a viciarse en un juego online.

En Japón es bastante vergonzoso demostrarse públicamente como otaku, por lo que muchas personas mantienen su verdadera pasión por los videojuegos en secreto. ¿No has notado la vergüenza que siente Moriko en la tienda cada vez que compra dinero virtual para su juego? Así todo, lentamente se va soltando y aceptándose, por lo que seguro tendremos un final feliz para ella… y seguro Yuuta Sakurai y Lily tengan mucho que ver en eso.

En un juego online, hay varios tipos de jugadores. Uno de esos tipos son los que juegan en team, algo que no solo implica saber jugar en equipo sino que va un poco más allá, ya que siempre juegas con un grupo fijo o en compañía de cierta persona. Cuando vemos a Hayashi, siempre está en compañía de su clan, pero a la hora de jugar, nada es lo mismo si no está junto a Lily. ¿Y por qué esto es valioso? Porque desde el punto de vista de un jugador, es mucho más fácil acostumbrarse a la forma de jugar de una única persona.

En cualquier juego online se valora a las personas como Moriko y Yuuta, que van en pareja potenciando sus habilidades y transfiriendo esa sinergia al resto del grupo, en el que generalmente se encuentran Lilac, Kanbe y Pokotarou. Quizás Net-juu no Susume podría mantener su trama incluso si Moriko fuera totalmente manca y dependiera de los demás —porque tampoco es que se muestre mucho del juego en sí—, pero por su ritmo de leveo y el empeño que pone, hay que aplaudir sus habilidades.

Una de las cosas que más nos gusta en Moriko es verla enamorada, algo que va más allá del “amor” en sí. cada vez que Hayashi y Lily pasan tiempo juntos, Moriko no deja de imaginarse escenas y diálogos románticos como si fueran una pareja totalmente enamorada, cosa que a veces se le va de las manos y la hace decir cosas embarazosas. Tirada en la cama y fangirleando es toda una belleza, que nos hace delirar y suspirar de imaginar que somos su pareja y proyecta sus historias románticas en nosotros mismos.

Ya en la vida real, también fantasea con Koiwai y Sakurai, aunque ponga ciertos límites para no sentirse apenada. Cada vez que se sonroja se pone más linda, y no es hasta momentos más tarde que entiende cada gesto romántico de sus compañeros, como el escoltarla del lado de la calle para que no ocurra un eventual accidente, o las charlas en el bar. Sin dudas, Moriko es una mujer que apreciaría cada detalle romántico que tengamos con ella, motivándonos a tener todavía más de esas actitudes.