Viktor, a sus 27 años, ya es considerada una leyenda viva en el mundo del patinaje artístico, y tiene como norte y lema personal siempre sorprender a los espectadores y al jurado con cada uno de sus programas. No obstante, ese ímpetu de sobresalir e innovar durante sus presentaciones hace que se olvide de su responsabilidad, dejando a un lado, en muchas oportunidades, la opinión de su entrenador. Su talento y creatividad lo pone en práctica durante la realización de coreografías, en las cuales él mismo realiza su propio programa y elección de tema musical. Tiene un gran nivel para realizar aterrizajes perfectos en saltos difíciles, siendo el toe salchow su firma personal.

Si hay algo que no puede faltar en todo buen patinador es tener seguridad en las acciones realizadas, y esto, definitivamente lo exuda Viktor por todos los poros de su piel. Desde su primera aparición en la serie lo vemos convencido y con una gran confianza de su trabajo, lo cual le permite tomar decisiones impulsivas sin tomar en consideración otros factores. Esa misma seguridad y determinación es la que lo lleva a embarcar en el primer vuelo Rusia-Japón para conocer a Yuuri y ofrecerle sus servicios como entrenador y creador de sus coreografías y programas, transmitiendo apoyo incondicional y seguridad que el japonés necesita reforzar, convirtiéndose en su pilar de apoyo.

De principio hasta el final de la serie podemos ver todo lo apasionado que es Viktor, tanto en el mundo profesional como en el personal; por ello, cada vez que avanza más el anime se puede sentir su disyuntiva entre las dos cosas que ama: el patinaje y Yuuri. Su carrera como patinador profesional le ha proporcionado grandes temporadas de satisfacción y gozo, sin embargo, el precio por una carrera llena de premios y logros es que se descuiden otros aspectos importantes de la vida.

Durante su hiato laboral, Viktor comienza a entrenar a Yuuri movido inicialmente por la curiosidad, que posteriormente va creando lazos emocionales cada vez más fuertes, llegando al punto de sentirse completamente apasionado y extasiado de ver el trabajo realizado por Yuuri para ganar las competencias eliminatorias hacia el Grand Prix.

Aunque Yakov le considera una persona egoísta y que solo tiene cabeza para pensar en sí mismo, los hechos demuestran que Viktor puede llegar a interesarse de otra persona. Sin saber la influencia de muchos patinadores, una vez que inicia su carrera como coach de Yuuri, es capaz de sacar a relucir esa faceta de motivador que tenía oculta.

Mientras las competencias de clasificación para el final del Grand Prix se realizaban, el papel de Viktor como entrenador tiene un gran significado para los logros obtenidos por Yuuri. Esto se debe a que contaba con su total apoyo y respaldo, así como sus constantes felicitaciones y muestras de cariño que le impulsan a ser cada día muchísimo mejor.

Si hay una palabra que englobe en un todo la completa esencia de Viktor Nikiforov, esa palabra es ikemen, un hombre hermoso, sensual pero que a la vez es tan caballeroso que logra calar muy profundo en los corazones de las demás personas. Su personalidad es tan atrayente que muchos otros patinadores tienden a gravitar a su alrededor, siendo admirado no solo por su talento, sino también por su calidad humana.

Viktor es muy expresivo, la mayoría de sus emociones se ven reflejadas en su azul mirada, además de transmitir sensualidad por todos los poros de su piel, es una persona muy cariñosa que no teme expresar de manera sincera su opinión sobre algún tema o situación y casi siempre lo hace teniendo una hermosa sonrisa en los labios.