Aunque La Princesa Caballero apareció en 1953, el manga que más gente piensa que es el origen de las Chicas Mágicas es Himitsu no Akko-chan, serializada en 1962, con una rivalidad interesante con Mahoutsukai Sally, serializada en 1966 solo porque Sally fue la primera que tuvo la suerte de ser animada. Pero curiosamente, ambas simbolizan las dos variaciones principales del origen de las Chicas Mágicas: Akko-chan es una chica de la tierra que, por su buen corazón y su respeto a todos los objetos a su alrededor, es premiada con poderes por parte de la Reina del Mundo de los Espejos. Sally, por el otro lado, es la princesa bruja del Reino Mágico que cae en nuestro mundo por accidente, y una vez que empieza a hacer amigos no quiere regresar a su propio mundo.

Esas tres series pusieron las reglas del género en piedra: El personaje principal es una chica cuya característica principal es la amabilidad hacia otros, sus poderes mágicos vienen de un objeto especial- Zafiro, en Princesa Caballero, tenía su corazón masculino al lado del corazón femenino, Akko tenía un espejo especial. Sally es la excepción, pero en ocasiones usaba su varita o su escoba- y finalmente, todas tenían un compañero mágico: Zafiro tenía a Tink, el ángel, Sally tenía a Dab Dab el gato, así como a sus hermanos Cab y Poron, y finalmente Akko tenía el espejo mismo que tendía a ser rudo con las lecciones que le daba. La última regla era que no podían mostrar sus poderes a ningún mortal o los perderían. Esto también muestra la principal inspiración que muchas de las primeras chicas mágicas tuvieron: el show americano Hechizada, pues era una de las reglas que Samantha tenía que seguir tras su matrimonio.

Estas series son la raíz del género, y por un tiempo todas las Chicas Mágicas seguían la misma receta. Conforme pasó el tiempo, se volvieron mayores y más coquetas – esto se nota más en Megu-chan, quien fue la primera Chica Mágica hecha para un público femenino y masculino. Sin embargo el argumento seguía igual: O era una chica con poderes dados como recompensa por su buen corazón, o una princesa enviada a la tierra para pasar pruebas para gobernar su reino.

Conforme las chicas mágicas evolucionaron poco a poco, de cualquier manera el tema principal siempre fue la amistad de la protagonista con otros personajes. Había subargumentos románticos, pero el objeto de afecto de las chicas siempre era inalcanzable por varias razones hasta el final de la serie, que era a veces la promesa de una boda en el futuro- una de las pocas excepciones era Hana no Ko Lun Lun donde ella tenía que casarse con alguien diferente, por lo que debe elegir entre la corona y su amado. Esos años fueron prácticamente el dominio de Toei Animation, por lo que no es de sorprendernos que el primer cambio real de la fórmula vino de ellos.

Cutey Honey, basada en un manga de Go Nagai, podría ser considerada la primera chica mágica shounen pues fue serializada en Akita Shounen. Sin embargo, a pesar de ser una historia para el público masculino , donde peleaba contra villanos que estaban matando gente – en lugar de solo intentar destruir la vida romántica de Honey- Cutey Honey llenaba muchos de los tropos de las chicas mágicas y fue una de las primeras en tener una secuencia de transformación en cada episodio, pues eran requeridas para que usara sus poderes. A pesar de el gran éxito de Cutey Honey, pasaría mucho tiempo antes de que Toei intentara una chica mágica guerrera de nuevo.

Por otro lado, Ashi Production creó Mahou no Princess Minky Momo en 1982, una mezcla de la princesa que venía a aprender a la Tierra, con transformaciones más obvias pues fue la primera cuyo poder era específicamente convertirse en una versión mayor de si misma con diferentes profesiones. Studio Pierrot también lanzó su sombrero al ruedo, y muchas de las versiones adultas de sus chicas mágicas eran cantantes, un tropo tan popular que incluso ahora tenemos historias similares como Full Moon O Sagashite, de Arina Tanemura. También influenciaron a quienes muchos consideran una versión americana de la chica mágica cantante, Jem, de Jem y las Holograms.

El siguiente cambio para las chicas mágicas llegó en 1992, con Sailor Moon de Naoko Takeuchi. Para estas alturas, el anime de las chicas mágicas se había vuelto algo predecible. Algunas tenían intereses románticos, otras tenían una princesa rival, pero en general todas seguían los mismos pasos hasta un final agridulce que normalmente incluía que perdieran sus poderes- y por tanto, de acuerdo a algunos críticos, mostraban la aceptación del final de la infancia de los televidentes. Sailor Moon vino a cambiar el juego al intentar un nuevo tipo de Chica Mágica Guerrera, esta vez hecha directamente para el público femenino.

Aunque las chicas mágicas que no pelean aún existen en nuestros días, Sailor Moon creó reglas nuevas que se volvieron las características del género: La chica mágica solitaria ya es algo raro –Corrector Yui y Card Captor Sakura son las más conocidas de la época- y fueron reemplazadas por equipos codificados por color que ayudan a la protagonista contra los enemigos; o simplemente para arreglar los problemas causados por la magia, como en el caso de Ojamajo Doremi, para dar un ejemplo de chica mágica que no pelea. El interés romántico inalcanzable también pelea, aunque es normalmente inútil comparado con las chicas. Sin embargo, la pelea final siempre será uno contra uno: la protagonista contra el mal.

Gracias a su éxito internacional, Sailor Moon se volvió el codificador para los televidentes del género. Muchas historias modernas creadas en occidente que caen en la clasificación de la chica mágica siguen la fórmula de Sailor Moon, como W.I.T.C.H. y Winx Club, pero en Japón siguieron una evolución clara, desde Magic Knight Rayearth –donde las chicas no están en la Tierra, sino en un reino de fantasía cuando usualmente es lo contrario con los ayudantes mágicos llegando a la Tierra-; Revolutionary Girl Utena, que es más cercana a La Princesa Caballero que cualquier otro título del género; Kamikaze Kaitou Jeanne que tocaba temas serios como la depresión, la muerte y la religión, así como programas para el público masculino como Mahou Shoujo Lyrical Nanoha.

Con la creciente popularidad del género, los autores decidieron empezar a jugar con la fórmula. Uno de ellos fue Junichi Sato, quien había dirigido Sailor Moon y Sailor Moon R, y entonces dirigió Ojamajo Doremi, para terminar con Pretear y Princess Tutu. Esas últimas dos eran una interesante mezcla de cuentos de hadas tradicionales - Blancanieves para la primera, El Lago de los Cisnes para la segunda- y el tropo de las Chicas Mágicas, dándole más importancia a la tragedia de ambas historias. Más recientemente el director Akiyuki Shinbo y el escritor Gen Urobuchi hicieron equipo con Studio Shaft para crear Puella Magi Madoka Magica, una cruel deconstrucción de cada regla del género que explora las consecuencias de usar jovencitas en una batalla sin fin. Aunque Madoka fue la primera –y la más cruel según muchos- otros manga le siguieron cambiando a la Chica Mágica de un símbolo de esperanza a una figura que debe ser temida.

A pesar de la competencia, y los temas maduros de otras Chicas Mágicas, Toei sigue siendo el nombre más grande en anime de Chicas Mágicas, no sólo por su pasado, sino también por la creación de la franquicia Pretty Cure, o Precure para acortar. Con ella, solucionaron muchos de sus problemas del pasado: Sin importar que tan interesante era la historia, tarde o temprano terminaba o la audiencia se aburría. Pero Precure tenía una forma interesante de solucionar eso: Cada año la serie vuelve a comenzar con nuevas chicas, nuevos aparatos mágicos, nuevas mascotas mágicas, enemigos y hasta los símbolos de sus poderes, haciendo cada una de ellas independiente, pero al mismo tiempo una marca reconocible para la compañía. La acción en la serie varía, las originales eran muy directas al golpear a sus enemigos, y Heart Catch Precure tenía peleas que parecían hechas para un anime shounen, peor por el otro lado Yes! Precure 5 y Maho Girls Precure! regresa a las peleas menos físicas y los poderes que son luces de colores.

Como parte final de la evolución, tenemos las parodias: usualmente con un personaje masculino teniendo que pasar por todos los aros y problemas que una chica mágica tiene que sufrir. Uno de los más populares, y posiblemente el más obvio en el material que parodia, es Cute High Earth Defense Club Love! creado por Kurai Umatani. Ahora, en Cute High Earth Defense Club, los chicos siempre son chicos, incluso cuando pelean por el amor y la justicia en trajecitos con encajes. Pero hay otras parodias, como Magical Change, donde los chicos se convierten en chicas, e incluso otras, como Mahou Shoujo Ore, donde la chica se convierte en un hombre musculoso.