El arte japonés cambió drásticamente después de la Segunda Guerra Mundial, el momento en que el anime comenzó a adaptar el estilo occidental. Un buen ejemplo son las animaciones basadas en las obras de Osamu Tezuka, el Dios del Manga. Vamos a abrir (o ver) una de sus creaciones más famosas: Kimba, el león blanco (Jungle Taitei), publicado por primera vez en 1950. Tezuka adoptó la estética no sólo de Disney, sino también el sabor de las escenas cómicas con animales de apariencia inocente. Décadas más tarde, hubo una controversia con El Rey León de Disney, aunque la versión oficial afirma que las similitudes entre ambas historias eran una coincidencia. Tezuka también obtuvo inspiración de Betty Boop para crear sus personajes femeninos expresivos y de suaves curvas.

En fin, otro gran ejemplo es Sazae-san de Machiko Hasegawa, que ha sido una serie de anime en curso desde 1969. A pesar de que la figura de Sazae no coincide con lo que podríamos llamar "el look de anime mono", el formato de cómic (similar a los clásicos americanos como La familia Bungle) y la historia de una mujer moderna e independiente, nos dan una visión de una mezcla cultural progresiva con potencial para atraer al mercado occidental. Por lo tanto, Japón recuperó su economía ayudado por su poder blando, pero un subproducto fue el estilo adoptado por Tezuka, que asociamos con el anime de hoy: los ojos grandes, brillantes y soñadores. Si un personaje se dibuja con ojos más grandes, es más fácil entender sus emociones y su personalidad. Además, se otorga al personaje un aspecto más lindo. ¿Qué individuo sin alma no se siente atraído por lo mono? Por lo tanto, los ojos tipo anime se convirtieron en una marca comercial conocida para Japón en todo el mundo.

En la década de 1960, las obras de Tezuka fueron las primeras emitidas en la televisión pública estadounidense, seguidas de otros títulos. Cortes frecuentes y adaptaciones de diálogo se realizaron con el fin de evitar referencias culturales que el público en general no podría haber sido capaz de entender. Series consideradas para toda la familia o de comedia eran preferidas por sobre las filosóficas, ya que los dibujos animados se consideraban adecuados únicamente para los niños. Esto limitó las opciones de anime para el espectador estadounidense promedio.

El anime también ha sido visto de manera negativa por grupos conservadores políticos y religiosos, especialmente desde los años 80, cuando se presentaron animes considerados violentos, como Dragon Ball. Pero nos preguntamos, ¿con qué están de acuerdo estas personas de todos modos? No obstante, los fans del anime siguieron aumentando y una variedad más diversa de animes lentamente comenzó a conquistar el mercado en los años ochenta y noventa, hasta el punto de que Disney Pixar lanzó oficialmente varias de las películas de Studio Ghibli. También debemos mencionar que Hayao Miyazaki ganó un Oscar por El viaje de Chihiro. Y ¿qué hay de la tendencia actual de hacer dibujos animados para adultos en Estados Unidos, como Los Simpson o Padre de familia? Podemos ver en estas señales que los Estados Unidos está reconociendo la influencia japonesa en su cultura.

Con estos antecedentes, llegamos finalmente a la oposición al estilo anime en clases de arte occidentales. De inmediato, se puede argumentar que el público en general ya tiene prejuicios en contra de este, pero vamos a ver de cerca el currículum de la clase de arte, ¿de acuerdo? Se compone de cuatro unidades principales:

- Producción del arte: definición del arte, clasificación y técnicas para crear obras de arte.
- Historia del arte: el estudio de los grandes artistas y su contexto histórico.
- Crítica de arte: percepción, apreciación, interpretación y evaluación de una obra de arte.
- Estética: el estudio de la belleza y su papel en las artes.

Si bien hay escuelas que eligen una definición abierta del arte y favorecen la libertad creativa de los artistas, las instituciones son otra cosa. Tengamos en cuenta que la mayoría de ellas dependen de patrocinadores políticos y económicos conservadores. Su capacidad para aceptar el cambio es lento. Debemos tener en cuenta que el arte occidental tiene raíces profundas en el estilo grecorromano, que comenzó a ser deconstruido sólo en el siglo 20, cuando el impresionismo apareció en Europa. Recordemos también que las lecciones de dibujo comienzan con el uso correcto de los instrumentos básicos como lápiz y carbón, seguido de la copia de objetos reales, anatomía... En suma, el arte comienza con lo básico. Por lo tanto, un profesor de arte podría molestarse si ve la marca de anime (esos ojos grandes y brillantes) en lugar de un dibujo de un animal real o persona.

Por desgracia para etapas posteriores de la educación artística, también tenemos que admitir que el estilo del anime mainstream no ayuda, ya que da la idea de falta de originalidad. El anime mainstream tiene limitaciones por falta de presupuesto, plazos y normas impuestas por los estudios, productores y el staff. También hay una tendencia a repetir fórmulas exitosas tanto en el argumento de la historia como en el estilo, que es precisamente la razón por la cual los ojos grandes se han vuelto tan inherentes al anime. No olvidemos que el anime mainstream existe principalmente por razones comerciales.

Así es como llegamos a la dura verdad: el anime todavía es visto como un hobby limitado a un mercado aún pequeño por la mayoría de la gente en Occidente. Es difícil convencer a alguien (especialmente un profesor de arte con una profunda admiración hacia, digamos, Rembrandt) que el anime es genial y puede ser considerado como una obra de arte en su máxima expresión. Es difícil obtener el reconocimiento de un museo o galería de arte que depende de patrocinadores ricos que prefieren algo más ampliamente aceptado como arte. Además de eso, es difícil hacer el caso para el anime como arte si lo primero que se muestra en una búsqueda en Google es una imagen Ecchi los protagonistas super deformados de Lucky Star.

Recordemos que las reglas para que una obra sea plenamente reconocida como arte también se pueden aplicar al anime, extraídas de la pintura, literatura y cinematografía. Tiene que haber coherencia (y lógica) en el argumento y el estilo. ¿Qué hay de la originalidad? ¿Tensión? ¿El ritmo? Además, una verdadera obra de arte trasciende tiempo y lugar. Así, podemos ver cómo el anime mainstream nunca será comparable con Ghost in the Shell o Ergo Proxy... que tampoco son conocidos por la mayoría de los profesores que aman a Rembrandt.

Por otra parte, las obras de arte que antes se consideraban como de baja calidad o esencialmente anti-arte han ganado reconocimiento a través del tiempo. Por ejemplo, el arte pop nació en Gran Bretaña a mediados de la década de 1950, pero fue ampliamente adoptado en Estados Unidos por la década de 1960, debido a su fuerte relación con la publicidad y otras formas de artes menores. De un modo similar, hay un artista de renombre en todo el mundo llamado Takashi Murakami, que crea personajes similares a anime de colores brillantes, esculturas de tamaño natural inspiradas en anime, y similares. Sus obras han sido expuestas en galerías de arte y museos en los Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Francia y Alemania. Por lo tanto, vamos a mantener una actitud positiva. Al menos el anime no ha sido tan lento como el graffiti, que ha existido desde los días de las primeras civilizaciones y todavía tiene un largo camino para ser reconocido plenamente como una obra de arte.

Es precisamente Murakami quien nos está dando la clave para invertir lentamente la máquina. En primer lugar, un otaku educado es el mejor otaku. Si nosotros mismos vemos anime fuera de las tendencias principales y aprendemos a evaluar sus características artísticas de manera objetiva, vamos a ser capaces de convencer a los demás de darle una oportunidad más fácilmente. También hay que recordar que, si nos gusta mucho dibujar e incluso hemos pensado en ello como una futura carrera, debemos aprender todas las técnicas y estilos que podamos. Los artistas profesionales o bien son ampliamente versátiles o crear un estilo único, como lo hizo Murakami. Por lo tanto, vamos a considerar que tal vez muchos profesores no se oponen precisamente el estilo anime, sino que tratan de transmitir los conocimientos básicos para crear arte. Especialmente en el ámbito profesional tan competitivo, una persona que no aprende los conceptos básicos difícilmente alcanzará el éxito.

Otro punto a considerar es el objetivo de una clase de arte específica. Si tratamos de poner anime en todo sólo porque sí, sin seguir las reglas para una tarea, sólo vamos a crear más resistencia. Así que, en lugar de entregar fotografías de figuras de anime, ¿qué tal una sesión de estudio de cosplay bien planeada? A veces, todo depende del objetivo de la tarea en particular. Por lo tanto, si trabajamos junto con el maestro, primero escuchamos y hacemos sugerencias, puede que ambas partes puedan llegar a un punto medio cómodo. Además, el profesor también puede aprender una cosa o dos. El arte es un viaje de descubrimiento, después de todo.

También puede haber casos en los que el profesor no cambie. Mis queridos otakus, no se desesperen. Existe evidencia de que la auto-educación en artes visuales y técnicas artísticas es beneficiosa para los adolescentes y adultos jóvenes, especialmente si la educación es grupal. También hay evidencia de que el arte generado por ordenador (hecho a través de software como Photoshop) y el modelado 3D son una forma eficaz de terapia de arte. ¿Qué podría ser mejor que liberar el estrés dibujando anime? Por lo tanto, si a su profesor de arte realmente no le gusta el estilo del anime, ¿qué tal formar un grupo de arte tipo anime? 🙂 Además de eso, si realmente quieren estudiar el estilo del anime en los EE.UU., hay algunas opciones. Algunas instituciones educativas superiores tienen cursos sobre teoría y técnicas de anime, incluyendo a Harvard y Carnegie Mellon.