Diría que Kaiji es un bebé y un llorón, pero realmente sabe meterse en serios problemas, y la verdad que no llora por cosas menores. Kaiji es un vago que no deja de acumular deudas con la gente equivocada. Su única salida son las apuestas, que claramente no hacen más que traerle más problemas.

Como resultado, solemos verlo llorar a la mitad de una apuesta mientras escuchamos los escalofriantes zawa zawa (tensión) de fondo. Su más grande y patético llanto fue cuando estaba por perder su dinero y su libertad con la máquina de pachinko gigante, llamada El Lodazal. Yo también hubiera llorado la vida en esa situación.

Murasakibara es ese muchacho inmenso e intimidante que se ve tan fuerte y temerario que simplemente no nos lo imaginamos llorando. El chico es un auténtico monstruo, está permanentemente serio, jamás ríe y no parece importarle nada más que ganar (y los dulces). Incluso dice odiar el básquetbol.

Por supuesto, sin importar qué tan duro sea, podemos darnos cuenta desde temprano que él en realidad no odia el básquetbol. De hecho, al final del encuentro entre Yosen y Seirin, Murasakibara entra en la zona, cosa que sólo pueden lograr los jugadores más apasionados y talentosos. Luego de perder, este gigante de 2,08m larga un gran llanto, demostrando a todos cuánto le importa en realidad el básquetbol.

El 3er episodio de SAO es un tanto de relleno, pero de uno muy poderoso. Kirito conoce a Sachi y a los Gatos Negros de la Luna Llena. Él comienza a sentir cosas por ella, pero no por mucho tiempo. El grupo cae en una trampa y Sachi junto con el resto mueren en frente de Kirito.

Como buen héroe, Kirito se culpa a sí mismo por su muerte incluso después de varios meses. En Nochebuena sin embargo, él recibe un mensaje de Sachi diciéndole que su muerte era inevitable, liberándolo de su culpa. Esta es una escena muy conmovedora en la que Kirito simplemente no puede evitar quebrarse, tal y como cualquier otro lo haría.

Aquella escena en la que Lelouch pierde a Shirley debe ser una de las más trágicas y tristes del anime. Se siente tan real, Shirley intentando despedirse y expresarle cuánto lo ama, mientras que él se pone como loco y le ordena no morirse. Como si en verdad pudiera hacer eso.

Amo esta escena. La encuentro muy poderosa y realista. Así es como cualquiera debería reaccionar a la muerte de alguien querido; poniéndose histérico, irracional y desatando una lluvia incontrolable de lágrimas.

Luego de dejar el basketball, Hisashi Mitsui se convirtió en un chico problemático al que le encantaba meterse en peleas. Cuando se metió con el equipo de Shohoku, no esperaba terminar llorando como niña.

Resulta que el profesor Ansai era muy querido y respetado por Mitsui. Tanto así, que verlo en el gimnasio de Shohoku lo hizo darse cuenta de la escoria en que se había convertido. Después de recibir una paliza por parte de los ingresantes de Shohoku, Mitsui le rogó al profesor Ansai por una oportunidad para jugar en el equipo. Se lo pidió de rodillas, con un mar de lágrimas y sangre saliendo de su cara.

Una vez cada tanto, podemos ver algo bastante raro e inesperado en Naruto, eso sería Naruto llorando. Como el valiente guerrero ninja que es, no es normal que muestre su lado más suave. Sin embargo, él es tan noble que no puede evitar reaccionar así cada vez que no logra salvar a alguien.

Las muertes de Sasuke y Gaara tuvieron inmensos impactos en Naruto. La escena en la cual llora luego de la muerte de Gaara es muy fuerte. Su llanto es probablemente el más masculino que haya visto. Sí, a pesar de que sus lágrimas brillen como bellos diamantes.

Todos conocemos a Clannad como ese maldito animé que nos hace llorar hasta que se nos salen los ojos. Pareciera que el mero propósito de esta serie es hacerte miserable. Está lleno de momentos emotivos que van a hacer que quieras encerrarte en tu habitación a llorar por días.

Una de las escenas más conmovedoras a mi gusto es aquella en la que Okazaki le comenta a Ushio sobre Nagisa, en el tren. A medida que comienza a recordar, lágrimas empiezan a caer de sus ojos. Antes de darnos cuenta, Ushio lo sigue y luego de pronto todos (incluyéndote a ti) lloran desconsoladamente.

Cualquiera que haya visto FMAB sabe de las terribles cosas que pasan en el cuarto episodio. Nadie nunca esperó tal atrocidad, así que entendemos qué tan dolidos estaban los hermanos Elric en el capítulo siguiente.

Allí podemos ver a Edward sentado en unos escalones, deprimiéndose y llorando hasta el alma bajo una fuerte lluvia, muy en sintonía con la atmósfera. Encuentro este momento muy poderoso y especial porque es la primera vez que llegamos a conocer el lado más humano y sensible del personaje principal, que se encuentra totalmente impotente ante la situación.

Todos sabemos lo miedoso y llorón que es Yuki. Lo único a lo que no le tiene miedo es a admitir lo cobarde que es. Probablemente ha llorado más veces que cualquier protagonista masculino en la historia del animé. Pero tiene una escena de llanto en particular que me parece tan única y original como perturbadora.

Estoy hablando de esa escena en la que mata a sus propios amigos mientras llora. Yuki está tan consumido por la locura de Yuno que va tras la número 8 y no pretende dejar que lo detengan ni siquiera sus más cercanos amigos. Así es como les va disparando de a uno a medida que se interponen en su camino, mientras llora como el bebé que es. Un bebé psicópata con un arma.

El último episodio de Tokyo Ghoul √A estuvo lleno de acción y emociones fuertes. Pocas escenas me hicieron llorar tanto como la reunión de Kaneki y Hide en Anteiku en pleno ataque del CCG. Fue hermoso verlos reunidos aunque sea por un minuto antes de que el lugar se caiga a pedazos.

Kaneki termina llorando sobre su agonizante amigo. Antes de desvanecerse, Hide le dice a Kaneki “vámonos a casa”, lo que nos toca muy dentro, ya que resulta bastante evidente que no saldrá con vida. Para hacerlo incluso más dramático, las lágrimas de Kaneki en su ojo ghoul están teñidas de sangre. Ese sí que es un llanto muy cool.