El enfrentamiento entre Inuyasha y Naraku es el arquetipo entre el bien y el mal, nacido de dos entes de naturaleza similar. Ambos semidemonios buscaban una joya en posesión de la sacerdotisa Kikyo para volverse más poderosos... sin embargo, Inuyasha, de buen corazón, acabó enamorado de ella, mientras que Naraku ideó un maligno plan para que ambos pensaran que se traicionaron mutuamente y acabaran peleados. No es de extrañar este comportamiento, ya que Naraku es la unión del bandido Onigumo con un grupo de demonios, con el objetivo de obtener un nuevo cuerpo en lugar del dañado y casi inútil que tenía antes, para obtener la Perla de Shikon y a la sacerdotisa.

Durante su viaje con Kagome, la reencarnación de Kikyo que le liberó del sello al que se encontraba sometido, Inuyasha conoció al cruel Naraku y pudo observar la terrible huella que éste había dejado a su paso, trayendo miseria a todos, comportamiento que no cambió en el tiempo en el que siguieron peleando para recuperar los fragmentos de la joya repartidos por todo el país. Esta enemistad encarnizada acabó en un temible y épico combate final entre ambos, Inuyasha como mitad demonio y Naraku como un demonio completo gracias a que la joya estaba en su posesión, en la que el protagonista se alzó con la victoria.

La enemistad entre Ikoma y Biba no se hace evidente hasta poco después del momento en el que se encontraron, sin embargo, a partir de ahí —siendo la chispa de este conflicto las enseñanzas que ha transmitido el mismo Biba a la compañera de Ikoma a lo largo de los años— puso de manifiesto que estos dos personajes no acabarían nada bien, a pesar de los engaños de este villano vengativo.

El motivo que llevó a Biba a enemistarse con Ikoma fue simplemente el obstáculo que éste suponía para sus planes, y como tal, se encargó de eliminar al valiente protagonista. Utilizó tanto métodos físicos como psicológicos, incluso llegando a acabar con gente importante para él delante de sus ojos, dejando una marca aún mayor y que eventualmente los llevó a un trágico y muy épico combate final, donde uno de ellos perdió la vida y el otro salió libre aunque muy malherido.

La enemistad de estos dos personajes se originó a raíz del amor de una mujer y de un choque de personalidades que nació cuando ambos estaban en el Sindicato del Dragón Rojo, donde ya se llevaban mal, y donde eran ambos notables criminales con posibilidades de ascender a ser líderes. Vicious adquiere una relación romántica con Julia en ese tiempo, pero ésta se enamora poco después de Spike, lo que enfureció aún más a Vicious y le llevó a truncar el intento de huida de ambos y chantajear a Julia para que matara a Spike a cambio de conservar su vida.

Spike había acordado con Julia que se verían en un cementerio, pero ella, incapaz de matarlo, decidió huir para salvar la vida de ambos, lo que dejó a Spike con el corazón roto en pedazos. Desde ese entonces, Spike se asocia con su amigo Jet (y más adelante otras personas) y se embarca en la nave Bebop trabajando como cazarrecompensas. Sus aventuras continúan, pero Spike sigue persiguiendo la sombra de Julia cada vez que escucha sobre ella, lo que lo guía a lo largo de la serie hasta el combate de desenlace contra Vicious, algún tiempo después de la muerte de Julia.

Aquí no es solo una rivalidad; el enfrentamiento entre estas dos grandes mentes se convirtió poco a poco en una forma de vida para ambos. Light (conocido como Kira a raíz de sus asesinatos), en posesión de la Death Note se sentía como un justiciero. Su posición como hijo del jefe de policía y su gran intelecto fueron corrompiéndole poco a poco, hasta que en lugar de buscar un mundo mejor, su objetivo pasó a ser convertirse en el dios del nuevo mundo. Sin embargo, había alguien de intelecto similar y recursos muy superiores que suponía un gran peligro para él, el detective L, que ocupaba el puesto de uno de los mejores del mundo, incluidos otros puestos ocupados con seudónimos suyos.

Desde el punto de vista de L, el caso de Kira empezó siendo solo un trabajo más, pero a medida que los hechos se desenvolvieron, algo surgió entre L y Light... ¿quizás amistad? Nadie lo sabe con certeza, pero L parecía realmente contar con la ayuda de Light para atrapar a su archienemigo, el misterioso y sobrenatural Kira. Tras hacer pasar a Light por muchísimas pruebas y penurias, L acabó cayendo a manos de su temido rival; sin embargo, esto no era el final para ninguno de los dos, ya que L no se iría sin presentar pelea una vez más para derrotar al dios maligno en el que Kira planeaba convertirse, aunque fuera mediante sus sucesores, Near y Mello.

Para todos los fans de Yu-Gi-Oh!, la relación de Seto Kaiba y Atem, el faraón, es conocida de sobra: no se odian a muerte, pero no perderán ningún intento de desafiar y vencer al otro, sea cual sea el momento. Sin embargo, Seto no parece tener una rivalidad tan marcada con Yugi Muto como con su alter ego egipcio. Durante la película que recientemente se estrenó, se vio un comportamiento egoísta más allá de los límites, pero no tan raro en Kaiba. Él busca montar de nuevo el Puzzle del Milenio, perdido al final de la serie original, con el objetivo de traer al faraón de su descanso eterno y retarlo a un duelo para por fin reclamar la victoria que tanto ansía.

El faraón Atem encontró durante la serie no solo un rival poderoso, sino a la reencarnación de un antiguo sirviente de la época antigua en Seto Kaiba. Aún así, en cada oportunidad que tuvo aceptó sus retos de duelo y ganó, aunque fuera de maneras a menudo “extrañas“ (internet está lleno de bromas sobre Yugi y sus “trampas locas”...), siempre demostrando ser un duelista respetuoso, calmado y —sobre todo— muy habilidoso. Si bien en la película apareció solo unos segundos, fue capaz de desmontar la jugada del enemigo final, y más tarde se preparó para lo que sería su último y más épico combate contra su eterno rival.

El argumento de Dimension W gira en torno a dos personajes que tienen relativamente poco que ver con estos dos rivales, pero la interacción de Julian Tyler Smith y Haruka Seameyer fue la responsable de la gran mayoría de problemas que ocurren durante la historia. Aunque al principio de la serie el ladrón Loser parecía ser un don nadie sin más, eventualmente sus motivos e intenciones se hicieron claras. Julian Tyler es un hombre movido por la venganza, y fue al final donde obtuvo su ansiado encuentro con el desquiciado Seameyer.

Haruka Seameyer fue en su comienzo un científico que trabajaba en pos del bien común, sin embargo, sus ideas se fueron volviendo eventualmente más y más peligrosas, al punto de ser expulsado del laboratorio en el que trabajaba con la energía de la dimensión W. Las cosas no acabaron ahí, y este personaje continuó creando caos a su alrededor, y más tarde asesinó a gente sin miramientos con el objetivo de perfeccionar un invento todavía no probado... entre esas víctimas, la esposa de Julian, causando así la enemistad entre ambos y la desfiguración del pobre Loser.

Pocas enemistades trascienden la muerte como la de Hashirama Senju y Madara Uchiha. Madara era un niño Uchiha, un clan de ninjas dotados con el poderoso Sharingan, que tuvo que vivir una época de guerra y penurias por los enfrentamientos con el clan Senju. Ambos se conocieron y se hicieron amigos durante el tiempo en el que estuvieron juntos sin revelar su apellido, sin embargo, cuando se descubrió que eran Uchiha y Senju, Madara decidió romper la amistad para poder luchar sin reparos cuando se encontraran en el campo de batalla. El tiempo pasó y ambos llegaron a ser líderes de su clan, momento que Hashirama intentó aprovechar para crear una tregua entre ambos clanes... sin embargo, la cosa no sería tan fácil.

Hashirama siempre fue pacífico y soñaba con la paz entre los clanes, más allá del legado de guerra y muerte que les precedía desde muchísimas generaciones atrás. Por desgracia, cuando ambos pusieron en debate sus ideas sobre obtener la paz, una lucha por el control se desató, y ésta acabó con la muerte de Madara. Sin embargo, no todo es lo que parece... Madara tenía muchos planes que no se descubrieron hasta mucho más adelante, cuando su discípulo Obito le trajo de entre los muertos para pelear una vez más. Allí pudo llevar a cabo gran parte de sus siniestras intenciones a la par que volver a enfrentarse a su acérrimo rival Senju, tanto en la vida como en la muerte.

La rivalidad de Dio Brando y los Joestar es muy conocida, tanto por la fama de la serie como de Dio, un villano bastante carismático. A diferencia de otros puestos de la lista, esta es una enemistad que no ocurre solo entre 2 personajes, sino que se extiende a toda la descendencia de ambos, un odio tan profundo que afecta a todos los que están alrededor, como una maldición. Jonathan era un joven de familia adinerada que un día se vio obligado a aceptar al joven Dio como hermano adoptivo, quien resultó ser malvado como pocos y empezó a ejercer su venenosa presencia desde el comienzo, volviendo miserable la vida de nuestro protagonista.

Cuando Dio se hizo con un poder oscuro y vampírico a raíz del sacrificio de su padre adoptivo, creó en Jonathan a su mayor enemigo, un guerrero que no pararía hasta erradicar su mal del mundo. Tras muchas penurias y sangre, Jonathan logró derrotar a Dio... o eso se creía, ya que hasta el último momento tuvo compasión de su maligno enemigo, y esto permitió a Dio obtener el cuerpo de Jonathan, despertando un poder dentro de sí, y por consiguiente dentro de los descendientes de Jonathan, que llevaría sus futuros enfrentamientos con Jotaro, el nieto de Jonathan, a un nivel mucho más espectacular y extraño.

Freezer es el primer enemigo que recuerdan muchos fans de Dragon Ball Z cuando piensan en esta serie, y es que, aunque realmente hubieron otros muchos antes, Freezer simplemente marcó un antes y un después con sus crueles acciones en todo el grupo. Aa fin de cuentas, fue él el causante de que Goku despertara su poder como Super Saiyajin, ¿no? Goku es un saiyajin criado entre humanos, que a raíz de la llegada de su hermano biológico se entera de la existencia de temibles enemigos de su misma raza, y es gracias a éstos que conoce al que sería su mayor rival a lo largo de los años venideros, el tirano galáctico Freezer.

Freezer era ya por ese entonces un luchador terriblemente poderoso, pero aunque primero despreciaba a Goku, al final, antes de su muerte, llegó a respetarlo y a temerlo como el gran guerrero que realmente es. Durante los sucesos de Dragon Ball Super Freezer retorna de entre los muertos y adquiere una nueva forma capaz de enfrentarse al inmenso poder que Goku ha conseguido durante el paso de los años (y diversos enemigos). Tanto se conocen uno al otro que con solo intercambiar puños son capaces de casi hablar telepáticamente y de anticipar los movimientos del otro sin problemas. Por desgracia para Freezer, cometió un grandísimo error de cálculo que le arrebataría la victoria de sus manos cuando tenía a su archienemigo contra las cuerdas, que procedió a devolverle al mundo de los muertos.

Pocas enemistades son tan marcadas como la de estos dos personajes. Originalmente, era una amistad lo que los unía, cimentada en respeto y camaradería, sin embargo, el egoísmo desmedido de Griffith le llevó a abusar de la amistad de Guts y, más tarde, a perderlo todo a raíz de sus acciones apresuradas para hacerse con el poder. Aún así, herido y traicionado, Guts no pudo dejarlo atrás e hizo todo lo posible junto a sus amigos de la Banda del Halcón para salvar a su ex líder y amigo de la prisión en la que fue torturado durante años por su osadía.

Lo que desató la enemistad más encarnizada de esta lista fue el “Eclipse”, un suceso de orígenes demoníacos en el que los demonios devoraron a todos los integrantes de la Banda del Halcón, sacrificados por capricho de Griffith para volverse algo parecido a un dios. Su plan no fue perfecto, ya que Guts —con un brazo menos y lleno de rabia ardiente que le perseguiría en los años venideros— y Casca, su novia —que fue violada ante sus ojos durante el fatídico evento— sobrevivieron. Para más inri, el bebé que surgió de tal evento acabó siendo el portal que usó Griffith para volver a este mundo, en una forma angelical que ocultaba la aberración que era realmente. Sin embargo, ningún disfraz puede apaciguar la sed de sangre y venganza de nuestro siniestro protagonista, que no parará hasta destruir al Halcón Blanco y a los demonios que le apoyan.