Nagoya es la mascota de Haru Yoshida. Sus características físicas son parecidas a las de cualquier gallo: ojos negros, cresta y barbilla roja, plumas blancas y un pico amarillo; pero lo que lo hace distinto es el gran cariño que generó en varios de los personajes de la serie. En un principio tuvo varios hogares. Cuando Haru lo encontró un día cerca de la carretera, decidió llevarlo a la escuela, ocultándolo, y lo descubrieron.

Como resultado le prohibieron tenerlo en el establecimiento, y entonces Sasayan se ofreció a cuidar de él. Pero hubo un pequeño inconveniente: el gato de la casa se asustó mucho al ver a Nagoya y este lamentablemente otra vez se quedó sin tener adonde ir. Más adelante, Saeko Ninomiya tuvo la genial idea de que el gallo viviera en los terrenos de la escuela (con el debido consentimiento de la institución) y construyeron entre todos un gallinero. A partir de eso, Haru todas las mañanas lo visita y alimenta, y Nagoya parece ser realmente feliz.

Pen Pen es el pingüino más cool que podrían llegar a conocer, no sólo por su original atuendo sino también por su divertida personalidad. Él vive con su dueña Misato Katsuragi. Nació gracias a una serie de investigaciones genéticas que realizó el padre de Misato, y pertenece a una especie inteligente que tiene la habilidad de sobrevivir en aguas cálidas.

Tiene también algunos gustos curiosos y malas costumbres que copió de su dueña, tal como beber cerveza, comer curry y pasarse horas en la bañera. Respecto a esto último, Pen Pen protagoniza una escena muy graciosa que se da cuando Shinji, quien acababa de mudarse a lo de Misato, intenta darse un baño y se lleva la sorpresa de ver al pingüino relajado dentro de la bañera.

El chico sale corriendo desnudo hacia Misato y, luego de que esta lo tranquiliza, se retira sonrojado. Más adelante ocurre una escena similar con Asuka, pero ella en lugar de avergonzarse le lanza una patada voladora a Shinji por verla desnuda.

Botan es una jabalí bebé muy bonita que emite constantemente un sonido muy particular: “puhi-puhi” y acompaña las escenas más divertidas de la serie. Ella es la mascota de Kyou y adora pasar tiempo con su dueña, hasta incluso a veces intenta ingresar al instituto de forma clandestina para verla.

Pero no le pasa lo mismo con la gemela, Ryou. Botan le teme porque un día trató de meterla en la bañera con agua caliente y creyó que la quería cocinar. De hecho, en la serie, muchos bromean con comerla para provocar a Kyou.

La jabalí tiene una serie de habilidades ultra efectivas. Puede, por ejemplo, ponerse rígida para parecer un peluche, o enroscar todo su cuerpo como una bola para ser utilizada como proyectil, e incluso también hacerse suavecita para que su dueña la pueda usar como almohada. No sólo es adorable, sino que es realmente útil.

Vean a Muco, una perra marrón con manchas blancas y orejitas rosas, que vive en la montaña junto a su dueño Komatsu. Ella disfruta mucho de la vida, comiendo y jugando, hasta volverse por momentos traviesa y desobediente.

Es muy expresiva con sus sentimientos y a veces se enoja y cela a Komatsu. Nosotros podemos acceder a sus pensamientos dado que todo el tiempo manifiesta lo que le pasa o sucede alrededor de ella. Se van a encontrar con muchas situaciones graciosas y disfrutarán todas las aventuras en las que se encuentra involucrada esta perrita tan tierna.

Jiji es un gato negro muy sabio que le enseña a caminar por la vida a su compañera Kiki, una joven bruja de trece años. Es una mascota graciosa, sarcástica y de lengua bastante afilada, aunque por momentos puede volverse un tanto pesimista. Entre él y la niña existe una conexión muy especial que les permite entenderse.

Ambos se criaron juntos y están unidos bajo un lazo muy fuerte. Este gato tan genial funciona como consejero de su dueña. Le da las advertencias necesarias para ayudarla a independizarse y a tener la habilidad de desenvolverse sola en la ciudad, relacionándose sanamente con otras personas. A partir de muchas aventuras y aprendizajes, Jiji ayuda a Kiki a crecer y a madurar.

Las mascotas pueden contarse entre las criaturas más inocentes que podamos encontrar. Aunque no siempre, la mayoría de las veces son seres indefensos que confían en nuestra protección y cuidado y que, a cambio, se entregan en cuerpo y alma a nosotros. Por eso mismo, el hecho de que pueda ocurrirles algo trágico es una de las mayores injusticias que existen en el mundo. Pero algunas personas pueden ser seres muy oscuros carentes de respeto por la vida, y cuando se topan con una criatura inocente, buscan corromperla y descargar su frustración en ella.

Lamentablemente, eso es lo que le ocurre a la mascota de Lucy en Elfen Lied. De niña, Lucy era una chica solitaria que, a causa de sus cuernos de diclonius, se sentía muy lejos de los demás chicos y pasaba la mayor parte de su tiempo en soledad. Pero al encontrar a un cachorrito indefenso eso cambió. Él llegó a transmitirle el calor que las demás personas no podían darle. Lucy lo mantuvo en secreto hasta que se hizo difícil cuidarlo por su cuenta.

Entonces le confió el secreto a una compañera de orfanato. Fue un gran error. Los desalmados chicos que disfrutaban molestando a Lucy se enteraron, y llevaron a cabo delante de la niña una escena brutal que provocó que ella perdiera toda su inocencia y parte de su cordura. Luego eso, todo rastro de luz se perdió en su vida durante mucho tiempo.

En esta gran serie clásica futurista, se van a asombrar al ver a Ein, un perro Corgi Galés, con una inteligencia fuera de lo normal (incluso es probable que su nombre tenga que ver con Einstein).

Un laboratorio reforzó su inteligencia y lo transformó en un perro de datos. Tiene muchísimas habilidades que te sorprenderán, tal como conducir, atender el teléfono y hasta ciertos conocimientos de hackerismo. Es incapaz de hablar pero creó un lenguaje propio para comunicarse con Ed, su compañera, a partir de ladridos.

Ladra una vez para si y dos para no. También le encanta jugar partidas de ajedrez con ella y a veces se mete en situaciones graciosas como, por ejemplo, aquella vez en la que comió setas y empezó a caminar de a saltitos. A todos nos gustaría que nos acompañe este perro fuera de serie que por momentos muestra expresiones y sentimientos humanos.

En esta serie veremos a Chi, la gatita adorable y sentimental que todos desearíamos tener. Ella es la protagonista de la historia y les aseguro que los va a conquistar. En el comienzo del episodio vamos a verla caminando feliz por las calles acompañada por su familia, pero en un momento se distrae y se pierde.

Entonces busca por todos lados a su mamá, sintiéndose muy desamparada. Cuando está por perder toda esperanza, un chico la encuentra en la plaza y la lleva a su casa. Se encariña mucho con Chi, pero en el apartamento no admiten mascotas y tiene que buscarle un nuevo hogar. A lo largo de la serie se encontrarán con las divertidísimas peripecias de esta gatita que les generará no sólo risas sino grandes dosis de ternura.

Raigomaru y Jibeta son dos gallos que viven en los terrenos de la escuela a la que asiste Shinichiro Nakagami, y no podrían ser más distintos entre sí. El primero, de color oscuro, pasa sus días fuera del gallinero y mirando al cielo, anhelante. Por eso mismo Isurigi Noe, una chica extraña e imaginativa que pasa gran parte de su tiempo junto a ellos, le dice a Shinichiro que está convencida de que Raigomaru desea y puede volar, y que sólo está esperando el momento justo para hacerlo. Y que Jibeta, de color blanco, es simplemente un pollo del montón que no hace más que permanecer dentro del gallinero y preocuparse por las cosas que están en el suelo.

Shinichiro va conociendo mejor a Noe y llega a entender lo mucho que esos dos gallos representan para ella, pero entonces ocurre algo trágico: Raigomaru aparece muerto por el ataque de un animal, mientra Jibeta sigue vivo y a salvo por quedarse dentro del gallinero.

En cierto momento, Shinichiro crea para Noe una historia ilustrada que habla de los dos gallos. En ella (que, por cierto, se puede ver por separado en el especial True Tears: Raigomaru to Jibeta no Monogatari) narra una historia de ficción en donde Raigomaru desea volar pero es adelantado por Jibeta, quien toma su idea y se lanza al aire frente a los demás pollos en busca de reconocimiento. Pero no lo logra y se estrella contra el suelo. Entonces Raigomaru descubre que sus verdaderos motivos para tocar el cielo no tienen nada que ver con la fama, sino con algo que está arraigado en su corazón. Y se tira desde el acantilado con las alas abiertas.

En esta serie de tan solo cuatro capítulos, hecha por Makoto Shinkai basándose en su corto que lleva el mismo nombre, van a ver la vida de dos compañeros inseparables. La historia está contada desde el punto de vista de Daru, el gato. En un principio narra cuando ambos ya son grandes y Miyu, la protagonista, busca otro trabajo desesperadamente para poder afrontar sola los gastos del apartamento.

Más adelante vamos a ver la historia de Daru, desde que era un bebé y fue adoptado por la mamá de Miyu, hasta que crece y se convierte ya en un gato adulto. Daru tiene una empatía natural hacia su dueña, puede sentir el vacío que ella padece más allá de que hablen lenguajes diferentes. Él la ama y es su compañero fiel. En esta serie se ve un mundo injusto, cruel, en el que por más que uno se esfuerce siempre va haber dificultades, pero Miyu tiene la fortuna de tener una mascota que la cuida y la ayuda siempre, y que se la pasa velando por el mundo interno de su dueña. Además de una preciosa historia de amor incondicional, crecimiento y camino hacia la madurez, también van a poder apreciar una bellísima animación.