En una realidad alternativa, durante la Segunda Guerra Mundial, el mundo estaba bastante más preocupado por otro tipo de amenazas. Vale, que gran parte de los países del planeta estén en guerra unos con otros es temible y peligroso, pero que nos invada un ejército extraterrestre debe ser todavía peor. Con los humanos disminuidos, la única esperanza es recurrir a las brujas, y así seguimos la vida de un escuadrón de hermosas lolis mágicas, incluso con una trama política más rica de lo que podríamos esperar.

Strike Witches nos presenta a la raza Neuroi, que ya ha tenido algunos intentos de eliminar a los habitantes del planeta para drenar más fácilmente nuestros recursos. Esta raza destaca por su organización —incluso con jerarquías y funciones claras —pero, además, por su forma de ataque, en base al miasma corrosivo y tóxico que desprenden; si no fuera por la resistencia de las brujas, los humanos no tendrían ninguna chance de sobrevivir. Por si fuera poco, la avanzada tecnología de los Neuroi les ofrece bastantes ventajas, pero esta raza se convierte en una de las mejores por, incluso así, ser más “realista” gracias a sus debilidades. A decir verdad, los Neuroi fueron eliminados varias veces antes, pero lo que nada garantiza que no volvamos a saber de ellos…

Viajamos 35 años al pasado para visitar un anime clásico. A decir verdad, quizás muchos hayan visto, leído u oído hablar (según las edades) de los famosos Zentradi, una raza alienígena que se enfrentó en una espectacular guerra contra las fuerzas de la Tierra. A decir verdad, bastante podríamos hablar de ellos, pero resulta todavía más interesante hablar de la Protoculture (“proto cultura”), la primer civilización humanoide de la que se tiene registro y quienes, a su vez, controlan a los Zentradi.

Justamente, los Zentradi son seres que adoran la batalla, por lo que resultan una herramienta muy interesante para quienes sepan domarlos… o mejor aún, clonarlos y modificarlos genéticamente. Otra inteligente movida de estos seres fue impedir la reproducción sexuada de los Zentradi, ya que como todo macho necesitaban una hembra: las Metlandi. Aunque la Protoculture se considera extinta, podemos aprender mucho de ellos en base a la información que aparece en la saga Macross, dando mucho más peso y profundidad a este fabuloso anime.

Houkago no Pleiades es uno de esos animes que se basan en una teoría para, a partir de ella, crear una mitología enteramente propia. Sí, podríamos resumir la historia como una aventura de chicas mágicas en versión espacial, con la típica mascota extraterrestre; sinceramente, no estaríamos tan lejos, pero la aventura del Pleyadiano tiene todo un trasfondo ufológico, que le da otro nivel de comprensión a este anime original.

La trama deHoukago no Pleiades nos habla de Subaru, una chica que se une a otras para intentar devolver a un extraterrestre al cúmulo estelar de las Pléyades, donde se encuentra su planeta de nacimiento. En el anime, el Pleyadiano (que corresponde tanto al nombre de la raza como al personaje en sí) es una especie de bola verde con 8 pequeñas y redondeadas extremidades, así como 2 orejas de forma similar y un rostro levemente definido… nada que ver al concepto real del Pleyadiano. Para los entendidos en ufología, los Nórdicos —otro nombre de los Pleyadianos— son humanoides pálidos, muy altos, capaces de interactuar con los humanos gracias a su avanzada tecnología y evolución; no en vano se los llama “elfos”. Como personaje, el Pleyadiano del anime no tiene nada que ver con ellos, pero bien vale la pena descubrir los misterios que guarda su llegada a la Tierra.

En astronomía, un sistema binario se refiere a dos cuerpos que se orbitan uno al otro; justamente eso ocurre en Betelgeuse, el planeta de donde viene la raza elegida para el séptimo lugar. Space Dandy es otro de esos animes que se ubican en el espacio y, por ende, es lógico que nos muestre gran cantidad de razas extraterrestres, una más “rara” u original que la otra. Si bien conocimos varios personajes a lo largo de sus 13 episodios, la raza elegida es la de Mymyamo —el popular Meow—, uno de los protagonistas.

El apodo de este ser hace referencia, obviamente, al parecido que tiene con un gato, desde el punto de vista terrestre. Además, que su raza sea el gentilicio de todo un planeta cae en otro cliché bastante común, como cuando hablamos de “terrícolas” para referirnos a los humanos, siendo que en el planeta también habitan otros cientos de especies. Más allá de Katie, Meow y su familia son los únicos de esta raza a los que podríamos analizar, pero parecen ser una mezcla perfecta entre los hábitos de un gato (reacios al agua, haraganes y muy curiosos) y un humano, específicamente porque a Meow le encanta ver chicas —o pornografía—, tiene alma de otaku y siempre está con su “smartphone”... o al menos, la versión betelgeusiana de un smartphone.

Si ya tuvimos una raza extraterrestre que se parece a los gatos, entonces tampoco sorprende mucho una raza que se parezca a las ranas, ¿o sí? A simple vista, los Keronianos, son unos pequeños y simpáticos seres, pero su visita a Pekopon (como ellos llaman a la Tierra) no es tan simpática y se trata de una colonización a cargo de una organización espacial proveniente el 58º Planeta del ficticio Sistema Planetario Gamma. ¡La visita de Keroro y sus compañeros es el principio del fin! O bueno, al menos lo sería si Keroro no resultara tan inofensivo.

Además de Keroro tenemos otros Keronianos, como Dororo, Kururu, Tamama o Giroro. ¿Notan cierta particularidad a la hora de elegir nombres? Por si fuera poco, esta es una raza que, a su vez, tiene buenas relaciones con otra: los Angolianos, habitantes del planeta Angol (visto en la relación de Keroro y Angol Mois, por ejemplo). Otra de las cosas que sabemos de esta raza es que pueden vivir cientos de años, lo que explicaría la tranquilidad con la que toman Keroro y los suyos la misión de conquista.

Con esto de ser el único planeta con vida que conocemos, es fácil caer en que todos los extraterrestres quieran venir a conquistarnos; algunos por la fuerza, como los Zentradi o los Neuroi, mientras que otros apelan a su ternura y aspecto adorable, como los Keronianos o los Puchuu. En Excel Saga encontramos a estos pequeños aliens con antena que bien podrían pasar por muñecos de peluche, con un marcado interés en hacerse de nuestro planeta. Una característica de estas criaturas es que cumplen otro cliché bastante extendido, pero que todavía no teníamos en la lista: el nombre de su raza nace del único sonido que son capaces de producir.

Así como los pokémones siempre repiten los mismos sonidos y de allí salen sus nombres, lo único que estos personajes pueden decir es “puchuu”, aunque con diferentes entonaciones, tal como cuando una persona habla con otra. Además, se da a entender que “puchuu” es simplemente lo que a nuestro nivel intelectual podemos captar, pero que su lenguaje es más profundo y realmente logran comunicarse de manera compleja. Otra seña de su nivel es que se dividen en jerarquías, siendo los típicos Puchuu amarillos los de más bajo rango, mientras que los de clase militar (teniendo una división similar a la de las abejas) muestran más cambios, tanto en el pelaje como en los gestos de su rostro.

Los Gauna son unos seres terroríficos que llegaron a la Tierra y arrasaron con ella, al punto de no conformarse solo con los humanos sino con todas sus formas de vida; lo interesante en ellos es que, a diferencia de otras razas que hemos visto hasta ahora, sí pudieron demostrar su superioridad ante los terrícolas, obligándolos a huir del planeta. Lejos de intentar enfrentarlos, los humanos construyeron naves que permitieran albergar vida hasta que, alguna de ellas, encuentre un lugar habitable fuera de la galaxia, donde continuar con la especie lejos de los peligrosos Gauna.

Hoy no nos importa hablar de lo que sucede en el anime, por lo que si quieres conocer qué pasa con la nave Sidonia y sus habitantes, te tocará ver los 12 episodios de la serie. Lo que sí diremos es que los Gauna son temibles no solo porque únicamente pueden ser destruidos por un arma llamada Kabizashi (atravesándolos como lanzas), sino porque su morfología consta de un núcleo y una placenta que los rodea, capaz de transformarse o convertirse virtualmente en cualquier cosa. Así, los Gauna pueden cambiar su apariencia para mimetizarse con otras razas o literalmente convertirse en armas vivientes, que por si fuera poco son altamente resistentes, puesto que la placenta los protege en todo momento. Sin dudas, estos depredadores son casi perfectos, y pondrían en peligro a cualquier otra raza de extraterrestres que hayamos visto hasta ahora.

A pesar que ya habíamos disfrutado de Goku en Dragon Ball, no es hasta Dragon Ball Z que tenemos más información sobre la raza Saiyajin, guerreros por naturaleza que fueron despojados del planeta Vegeta hasta su virtual extinción, puesto que no se conocen guerreras Saiyajin mujeres —en el Universo 7, al menos— para mantener la especie 100% pura. Aunque son casi iguales a un humano común, lo más evidente en ellos es su cola, similar a la de un mono, que en noches de luna llena les permite transformarse en un gorila gigantesco… y claro, ¡también su poder de pelea!

Dentro de la raza, se extendía el mito sobre un Super Saiyajin, capaz de aumentar todavía más su fuerza; con el tiempo, eso ya nos parece hasta común, siendo que Goku, Vegeta, Trunks, Gohan y el resto ya alcanzan la fase de Super Saiyajin normal, con Goku y Vegeta incluso llegando al poder de los dioses y venciendo fácilmente a Freezer, verdugo de la raza. Otra característica destacable de ellos, aunque aparentemente abandonada, es la del zenkai, método por el que cualquier Saiyajin próximo a la muerte multiplica su fuerza exponencialmente. Evidentemente, la raza Saiyajin no tiene límites en cuanto a poder, pero por suerte pasaron de conquistadores de la Tierra a máximos defensores del multiverso.

A pesar que ya habíamos disfrutado de Piccolo en Dragon Ball, no es hasta Dragon Ball Z que tenemos más información sobre los Namekianos… esperen un momento, ¡¿me estoy repitiendo?! Sí, es cierto, Dragon Ball Z no solo nos mostró más sobre la raza de uno de nuestros personajes favoritos, sino que ¡nos llevó a su planeta! Por lo menos en la parte del planeta Namek que pudimos ver, los Namekianos viven en casas similares a un iglú, apartados unos de otros en lo que parece un desierto, pero rodeado de ríos y pequeños árboles de hojas azules. Además, basan su jerarquía política en la figura del Gran Patriarca... o al menos la basaban, antes de su muerte.

En la serie, los dos Namekianos más reconocidos son Piccolo y Dende, que dejan claro que existen —al menos— dos tipos de Namekianos: los guerreros, con un increíble poder de pelea, y los místicos, con capacidades curativas y más vinculados a la protección de las Esferas del Dragón; de hecho, los Namekianos del Clan del Dragón son los creadores de las esferas. Otro aspecto que resalta en estos humanoides con antenas es su habilidad para estirar sus brazos y piernas, e incluso regenerarlos cuando los pierden en combate. Además, su dieta consiste únicamente de agua, y su reproducción prescinde del sexo femenino; por suerte, esta raza está recuperándose lentamente, ahora habitando el planeta Nuevo Namek.

Llegamos al primer puesto y nos quedamos con los mejores, quizás no por su popularidad o habilidades, pero sí por su historia y esa extraña sensación de ser científicamente posible. Los Terraformars son una raza extraterrestre, pero siendo precisos, son una mutación de las cucarachas terrestres. Todo comienza cuando, en un intento por crear un ambiente habitable en el planeta Marte para luego colonizarlo, se envió a dicho planeta una carga de musgo y cucarachas; lo que no se esperaba era que estos insectos evolucionaran tanto, al punto de convertirse en humanoides tan peligrosos como asquerosos.

Aunque son uno de los animales más resistentes y admirables en la historia de nuestro planeta, las cucarachas no dejan de ser uno de los bichos más odiados y temidos por muchos… ¡y más si son de las que vuelan! Ahora bien, las cucarachas terrestres son inofensivas y pequeñas, pero las marcianas podrían acabar con un humano normal en cuestión de segundos. Por si fuera poco, la evolución no solo implica su cambio a monstruos musculosos de 2 metros de altura, sino que su inteligencia se multiplica al punto de generar líderes y estrategias, con una inteligencia que continúa en crecimiento. Si tenemos que elegir, no caben dudas que los Terraformars son una especie mucho más creíble que otras… aunque si todas van a querer conquistarnos, es todavía peor si vienen de uno de los planetas más cercanos a la Tierra.