Un factor que resultó bastante utilizado en el anime es la etapa de los personajes en un orfanato. En el caso de Atsushi Nakajima, por ejemplo, supone una serie de traumas que forjaron su personalidad al mismo tiempo que justifican algunas acciones o decisiones del presente, por más que nunca realmente vemos el desarrollo sostenido en este entorno. Su baja autoestima y compasión por los demás son resultado del abuso sufrido en esta institución, donde tuvo que soportar malos tratos no solo de sus compañeros sino de sus cuidadores, obligándolo a ver todo desde una perspectiva bastante más altruista.

En cuanto a sus verdaderos padres, poco o nada se sabe; esto es algo que se repite en varios otros protagonistas de esta lista, y que resulta ideal para que cada espectador pueda imaginarse su propia historia… por más que siempre nos gustaría conocer más datos que se confirmen como canon. Si la separación de sus padres fue voluntaria —por abandono— o no cambia bastante el cómo vemos su forma de ser, pero independientemente de ese hecho, de más está decir que la infancia de Atsushi en el orfanato fue horrible… especialmente cuando se descubrió que podía transformarse en un tigre blanco ante la luz de la luna.

A menudo las historias de huérfanos nos hablan de superación, y el caso de Augus Mikazuki tampoco es muy diferente. No mucho se sabe de la vida pasada de este chico, pero criarse solo no es nada fácil y es allí donde los amigos resultan la clave; su amistad con Orga Itsuka se desarrolla a lo largo de la saga, y así vemos la evolución de ambos hasta convertirse en parte importante de la trama política y militar. Obviamente, este pasado como niño huérfano y perdido en la vida le añade valor al objetivo, más que nada como algo emocional.

Tras aprender a manejarse en las calles y sobrevivir día tras día, Augus cayó en la unidad militar conocida como CGS y lentamente se transformó en uno de los mejores pilotos, no sin antes sufrir para conseguirlo y soportar los implantes. Así mismo, las habilidades al mando de los Gundam son inversamente proporcionales a sus habilidades para socializar, por lo que esa infancia solitaria frecuentemente le juega malas pasadas con sus compañeros. Como muchas unidades militares han comprobado a lo largo de la historia, el mejor soldado es aquél que no tiene una familia que perder, pero tiene valores y afectos por los que luchar…

Mikaela es uno de los varios niños huérfanos que eran criados como rebaño por vampiros, junto a Yuuichirou, uno de los líderes de la revuelta en su intento de fuga. En el universo de Owari no Seraph, un extraño virus amenaza la vida de todos los mayores de 13 años, y los vampiros son quienes salieron de las sombras para dominar el nuevo mundo; con esa trama, fácil sería pensar que mostrar a los protagonistas como huérfanos sería suficiente excusa, pero Mikaela tiene un pasado, y en el anime llegamos a conocer parte de su historia.

Llegó al orfanato Hyakuya cuando sus abusivos padres se cansaron de su propio hijo y lo lanzaron desde su coche, para nunca más volver a verlo. Con el tiempo, Mikaela y sus hermanos, quienes comparten el apellido en honor a la institución, comparten un lazo tan fuerte que este chico sacrifica su vida para que los demás escapen… aunque el plan fracasa y es únicamente Yuuichirou quien corrió con suerte. Mika terminó convertido en vampiro y con una personalidad totalmente opuesta, lleno de odio hacia humanos y vampiros, menos hacia su hermano, lo único que le queda de su etapa feliz.

Mientras que otros personajes en esta lista se presentan como personas tristes, melancólicas o más bien retraídas socialmente, Twelve es todo lo contrario, resultando el centro de atención gracias a sus bromas constantes o frases exactas. Twelve prefiere no recordar mucho de su pasado, cuando vivió en un orfanato del que, tras un gran incendio, solamente pudieron escapar él y su amigo Nine. Si a crecer sin tu familia le sumas una experiencia traumática como esta, seguro es un cóctel explosivo… y “explosivo” es un término que aplica perfecto a Zankyou no Terror.

En realidad, ese supuesto orfanato no era más que una fachada, y en realidad se trataba de un centro de experimentación donde alegaban mejorar las habilidades de niños superdotados, pero los métodos utilizados no eran los mejores y giraban en torno a una nueva droga. Con el tiempo, Twelve terminó como un terrorista del grupo Sphynx, fundado junto a su amigo Nine para causar sensación en la sociedad y, a su manera, luchar contra los gobiernos para que lo que sucedió con ellos no vuelva a repetirse. Detrás de toda esta violencia y atentados se esconde la sufrida vida de dos chicos huérfanos, que a pesar de terminar de la peor manera lograron su cometido: hacer su existencia inolvidable.

El caso de Rin Okumura es muy particular, ya que quien muere no es realmente su padre sino el hombre que ocupaba ese cargo y lo cuidaba en el mundo humano. Shirou Fujimoto era un exorcista que terminó asesinado, dejando huérfano a a Rin y su hermano, presentándole un futuro que Rin realmente nunca se imaginó: resultó ser que el verdadero padre del muchacho es Satán —quien lo engendró con una humana—, pero el exorcista Mephisto Pheles logró sellar sus poderes al nacer y le otorgó una vida “normal” como si realmente fuese humano… hasta que el verdadero padre volvió por lo que era suyo.

Cuando Rin volvió a ver a Mephisto y su grupo, no tuvo mejor idea que pedirle que lo convierta también en un exorcista, iniciando así la aventura de Rin como defensor de la humanidad ante los demonios, estudiando en la Orden de la Verdadera Cruz. Si bien su vida es muy similar a la de su hermano gemelo, Yukio, es Rin quien despierta los poderes heredados de su padre y por eso resulta más interesante. Paradójicamente, su lucha lo lleva a enfrentarse a su verdadero padre… algo curioso, tratándose de una lista de personajes huérfanos.

En esta lista teníamos que nombrar a los hermanos Elric, y personificamos en Alphonse por ser quien más sufrió los efectos de la alquimia. Abandonados por su padre a una temprana edad, Alphonse y Edward quedaron al cuidado de su madre, pero tras una enfermedad ella falleció y quedaron desamparados. Con este hecho, ambos hermanos reaccionaron de forma diferente ante la aparición del padre varios años más tarde; mientras que Edward reaccionó inclinándose al odio, probablemente por haber visto sufrir a su madre, Alphonse se mostró mucho más maduro y recibió a su padre con comprensión.

Con su madre muerta, tal fue su dolor que se plantearon revivirla mediante alquimia, aunque el resultado fue bastante trágico y no solo fallaron, sino que además sufrieron físicamente: Edward quizás fue el más beneficiado, perdiendo una de sus piernas, aunque luego sacrificó uno de sus brazos para salvar a Alphonse, que había perdido su cuerpo y ahora quedaba condenado a vivir como una armadura.

El pasado de Sorey parece un misterio, pero poco a poco y conforme pasan los capítulos, descubrimos la conexión entre la orfandad de este chico y el destino del Pastor. Al igual que su “hermano” Mikleo, ambos fueron criados en una comunidad secreta habitada por Serafines, seres mágicos que otrora ayudaban a la humanidad, pero ahora padecen el olvido y hasta resultan invisibles. El detalle, es que Sorey es realmente humano, y el único que puede ver e interactuar libremente con los Serafines, aunque curiosamente, nunca tuvo relación con otras personas. Quizás por criarse en ese entorno, desarrolla una pasión por explorar ruinas y cuevas, inspirado por las profecías de un héroe que aparece en su libro favorito.

Este libro resulta ser la Crónica Celestial, un conjunto de historias que narran la experiencia del antiguo Pastor en su aventura para librar a la humanidad de las amenazas del Señor de la Calamidad. Tras una serie de afortunados eventos, Sorey descubre que él es el sucesor y nuevo Pastor, que no solo debe vencer a este maligno enemigo y salvar tanto a humanos como a Serafines, sino que además debe recuperar la paz entre estas dos comunidades y restaurar la armonía en los reinos vecinos.

Hemos visto a lo largo del artículo a varios huérfanos que se transformaron en héroes, ganando habilidades sobrehumanas y altamente envidiables; Rei Kiriyama, por su parte, presenta una historia mucho más creíble y realista, aunque no por eso menos interesante o dolorosa. Sus padres murieron en un accidente de tránsito, junto a su hermana, y mientras otros personajes mencionados tuvieron que lidiar con lo que supone un orfanato, Rei quedó al cuidado de un amigo de la familia, que lo tomó como un hijo adoptivo. Hasta ahí la historia resulta tan común que quizás hasta conozcamos casos de alguien que tuvo una vida similar, pero todo da un giro para él al conocer la afición de su nuevo tutor.

Resulta que este hombre le enseña el amor por el Shogi, un juego que se transformó en la pasión de este adolescente y despertó su talento innato. Así, Rei se convirtió en un jugador de Shogi profesional y la vida le abrio un nuevo camino... aunque como dicen por ahí, cada rosa tiene espinas. A pesar de todo, Rei nunca pudo encajar en su nueva familia ya que sus nuevos “hermanos” le pusieron todo extremadamente difícil; eso le llevó a intentar vivir solo y ya no depender de nadie, pero también le llevó a conocer posteriormente a otras personas que le cambian la vida nuevamente.

Es difícil hacer una lista de personajes huérfanos en el anime sin hablar de Yuno Gasai, una de las más sufridas en este aspecto, pero también la que más ha hecho sufrir a otros… Yuno tuvo una infancia difícil, pero eso ya parece lo normal cuando ya hablamos de tantos otros niños que salieron de orfanatos; lo que hace especial a esta chica es que su vida parecía encaminarse nuevamente cuando fue adoptada por una familia que le dio amor, hasta que los problemas financieros hicieron estragos tanto en ella como en sus nuevos padres.

Que de la falta de dinero surjan problemas familiares es algo común, y hasta ha separado a más de una familia real, pero de ahí a que los padres desarrollen una aversión a su hija y la torturen ya es otro cantar; un padre ausente y una madre extremadamente controladora crearon sin saberlo un monstruo, que esperó pacientemente por su venganza. Yuno escapó de la jaula en la que la apresaban y logró encerrar a sus padres en ella, dejándolos morir de hambre mientras ella misma se entregaba a la locura. En este escenario, Yukiteru se convirtió en su objeto de deseo quizás por ser una supuesta “salida” a todos esos problemas, y así comenzaron las aventuras de asesinatos pasionales de la Yuno que ya todos conocemos.

Nos mantenemos en la temática de las venganzas, pero esta vez con una que lejos de ser impulsiva y salvaje resultó tremendamente fría, calculada y disfrutable. Angelo Lagusa era un niño como cualquier otro, pero sin saberlo, era hijo de un hombre vinculado a la mafia, por lo que un día las acciones de este señor terminaron en un grupo de mafiosos irrumpiendo en su hogar y no solo acabando con la vida del hombre, sino también con su esposa y uno de sus hijos, apenas un niño. Angelo logró escapar gracias a que uno de esos invasores resultó ser un primerizo incapaz de dispararle mientras corría, pero la muerte de sus padres y su hermano menor lo marcarían de por vida.

Paradójicamente, al perderlo todo también ganó lo único que daba sentido a su vida: vengarse de estos asesinos misteriosos… y la suerte estuvo de su lado cuando sin esperarlo, alguien anónimo le dejó una carta con los nombres de los culpables: la familia Vanetti, uno de los clanes más importantes de la mafia. Planeando cuidadosamente los pasos a seguir, cambió su nombre a Avilio Bruno, retomó contacto con su único amigo de la infancia, Corteo, e inició una amistad “casual” con Nero Vanetti —uno de sus objetivos— para ganarse la confianza de la familia y eliminarlos desde adentro. Varios capítulos más tarde, y con varias muertes en el proceso, nos quedamos con 91 Days como un Drama que analiza varios aspectos de una venganza, donde acabar con los culpables no siempre es la solución, ni mucho menos nos quita esos fantasmas de nuestra cabeza.