Oriunda de Hiroshima, Rihito Takarai desde muy joven ha estado en contacto con el mundo artístico y la industria del manga, y en su juventud era una aficionada por la lectura. Comenzó dando sus primeros pasos en la carrera como doujinka del manga Prince of Tennis, los cuales tenían incluido material Shounen Ai o Yaoi. Tiempo después, se le presentó la oportunidad de trabajar en un manga Yaoi en conjunto con Venio Tachibana, y allí nace Seven Days y con ello su debut oficial dentro de la industria.

Posterior a eso inició varios proyectos en solitario que fueron abriendo más terreno dentro del mundillo, aunque de todas sus obras, las más destacadas son Hana no mizo shiru y Ten Count. Con esta última se dio a conocer fuera de las fronteras niponas a una gran escala. Sus historias son ingeniosas y tienen un aspecto estético muy delicado y limpio.

Harada ha logrado hacerse prontamente una buena fama dentro de la industria. Comenzó siendo doujinka y realizó varios doujinshis BL sobre los personajes de Gintama. En 2012 crea su primer manga original llamado Erotoro, y con éste comienza a dar ideas claras del estilo de historia que le gusta desarrollar. Sus mangas se diferencian de muchas obras dentro del género, y el uso de temas complejos y difíciles de digerir le dan varios puntos a favor.

En una entrevista, comentaba sobre los estereotipos del género afirmando que “solía pensar que había algún tipo de requisito para el Boys Love, como ser todo acaramelados y tener un final feliz con una cantidad moderada de sexo. (...) Aparte del hecho de que la relación sea entre dos chicos, descubrí que el Yaoi es un género donde casi todo vale”. Sus mangas son el reflejo de sus palabras: todo se vale, y por ello casi todas sus obras incluyen elementos de BDSM, violaciones, pedofilia, prostitución, varias parafilias y una que otra muerte trágica.

Con un estilo de dibujo bien particular y giros argumentales inesperados, Asumiko Nakamura ha cosechado muchos logros dentro del género. Sus mangas son reconocidos por muchas parte del mundo por contener de manera asegurada excelentes tramas y personajes difíciles de olvidar. Esta autora es muy polifacética a la hora de trabajar, pues logra adaptarse a muchos géneros de la industria del manga y es capaz de realizar historias para todo tipo de público, desdes rating G a R+18.

El éxito que algunas de sus obras han obtenido ha sido tan grande que lograron ser adaptadas a películas, tanto animadas como live action. En 2014 fue nominada al premio Eisner (Premio de la Industria del Cómic) por su maravilloso trabajo en la composición de las páginas de sus historias, siendo trabajadas de manera muy pulcra y atrayente a los lectores. Algunas de sus obras más famosas son Doukyuusei, Double Mints, Barairo no Hoho no Koro y Sora to Hara

A pesar de ser una mangaka muy talentosa y respetada en el género Yaoi, la historia con mayor fama de Junko es Watashi ga Motete Dousunda, y aumque en la misma se toca de cerca el tema del Boys Love, no se hace bajo una relación romántica homosexual sino como el gusto de una joven estudiante de secundaria amante de los mangas Yaoi.

Las historias BL de Junko son muy apreciadas por los lectores y es casi una obligación moral leerlas una vez que te adentras en el género. Kimi note, Kasa no Shita Futari, Starlike Words y Youthful Love son algunos de los títulos más conocidos. Su estilo es muy suave y hasta cierto punto tierno. A pesar de escribir obras originales, de vez en cuando realiza trabajos para el círculo doujin CLIP CLOP.

Miyuki Abe es una de las más veteranas y emblemáticas mangakas, con más de 20 años dentro de la industria. Su manga debutante fue Lost Child, y tras esa maravillosa historia se han sumado muchísimos títulos más, entre ellos el actualmente famoso Super Lovers, el cual ha conseguido hasta una serie animada.

A pesar de los años que lleva trabajando dentro del género su estilo sigue siendo fresco y divertido, cosa que podemos ver en otras obras emblemáticas de su autoría, como Sweet vs Home, Kimi wa Boku wo Suki ni Naru y Komattatokinihahoshinikike!. Durante varios años trabajó con Tousuisha, pero ahora ha firmado exclusividad con la revistas de Kadokawa Shoten.

Quizás una de las más sonadas en este lado del continente, Yamane Ayano tiene un gran camino recorrido en el mundo del Boys Love. Sus inicios se remontan al año 1996 y desde entonces no ha parado de presentar obras para todos los gustos de sus fans. Títulos como Ikoku Irokoi Romantan, Crimson Spell y la saga de Viewfinder son algunas de esas obras obligadas que debes leer de esta autora.

Yamane ha dicho en varias oportunidades que su interés por el género Yaoi nació tras leer doujinshis BL de Saint Seiya; tomando eso de inspiración decidió hacer los suyos, y sus primeros trabajos fueron doujinshis de Final Fantasy VIII y Slam Dunk, siendo sus favoritos estos últimos. Tiene un estilo muy detallado y preciso que no solo se refleja en los personajes sino también en los fondos y tramas usados. Por algo dentro de los círculos de fujoshis y fudanshis, se le considera una de las “diosa”...

Takagi Shigeyoshi, también conocida como Ogawa Chise (seudónimo que usa para escribir Yaoi), no solo es famosa por sus obras BL sino que sus obras Shoujo son también espectaculares. Tiene una facilidad de adaptarse a varios géneros y trabajarlos de manera mancomunada, pero sus obras con contenido Yaoi explícito son muy queridas por sus fans. Su manga más popular es Caste Heaven, que aún se mantiene en publicación. No obstante, Red Theatre es otra de sus obras reconocidas.

De su mano podemos encontrar desde argumentos sencillos y cómicos hasta obras complejas llenas de tragedia y drama psicológico. Su estilo de dibujo es claro y limpio, muy reconocible por sus trazos finos y muy estéticos al ojo.

¡Grande, Nekota! Si eres fujoshi o fudanshi desde hace largos años, sabrás qué tan maravillosa es esta mangaka. Su particular forma de contar historias es la razón por la que muchos sigan su trabajo. Hidoku Shinaide es su manga estrella, sin embargo, existen otros maravillosos títulos como Elektel Delusion, Otona Keikenchi, Megane Glass Café y Sensei wa Dummy, que también se volvieron las favoritas de muchas personas.

Su mentora dentro de la industria fue la mangaka Kazuma Kodaka, quien es reconocida como toda una eminencia. Además, el primer manga Yaoi que leyó fue Kizuna, y esta obra fue una de las razones por la cual decidió convertirse en mangaka y dedicarse a escribir historias de este género.

Hinako Takanaga, al igual que Miyuki Abe, tiene una trayectoria de más de 20 años. Su obra insignia y la más longeva que ha escrito es Koi Suru Bou-kun, que además ha tenido la dicha de tener una adaptación animada en formato OVA. Hinako es una referente dentro del género, y a ella se le adosa la autoría de Bukiyou na Silent, Kimi ga Koi ni Oboreru, Hana to Hirari y Challengers.

Incursionó en el género Yaoi gracias a una amiga del instituto que le enseño la versión BL de una de sus series favoritas de aquél entonces, y desde ese momento su interés por la industria creció y se dedicó a realizar varios doujinshis de variadas series. La mayoría de sus obras no sobrepasan los 4 volúmenes, siendo Koi Suru Bou-kun la excepción a la regla.

Nuestro puesto número uno se lo lleva Yoneda Kou, una mangaka muy reconocida por ser la autora de Saezuru Tori wa Habatakanai. Sin embargo, su repertorio de mangas es amplio y con temas muy candentes y originales. Doushitemo Furetakunai, Soredemo, Yasashii Koi wo Suru, Yorube Naki Mono y Eros in the Stoic son otros títulos altamente recomendables. Su estilo de dibujo se distingue de muchas otras artistas, y las expresiones que logra resaltar dentro de sus personajes son maravillosas y le dan un toque más realista a los personajes.

Tiene una manera especial de narrar sus historias y los personajes que protagonizan sus escenas son seres complejos y llenos de matices. A nivel mundial se le reconoce su trabajo y dos de sus mangas más conocidos ya fueron licenciados por grandes casas editoriales para su traducción, tanto en inglés como español. Yoneda, a través de sus redes sociales, ha escrito que se siente encantada y sorprendida de la cantidad de países a los cuales ha llegado su trabajo y el interés que le dan, aunque su calidad merece esos halagos y mucho más.