110-Ban wa Uketsukemasen! gira alrededor de Kaidou, un joven que está comenzando con sus tareas como policía. Sería el trabajo ideal si no fuera porque tiene que trabajar junto a Himuro, a quien no tolera. Todo va de mal en peor, ya que al no haber habitaciones disponibles, Kaidou y Himuro se ven obligados a compartir una. Lo que Kaidou no se esperaba era que un día su compañero de cuarto lo sorprendiera con un beso… Alto, ¡¿cómo?!

Kyou Kitazawa nos trae una cómica historia de dos compañeros de habitación que no congenian, pero que se ven obligados a convivir. Al principio, Kaidou cree que Himuro no es más que un presumido, pero luego su opinión sobre él cambia. Cuando Himuro lo besa, Kaidou instantáneamente cree que le está tomando el pelo, pero no todo es lo que parece. Este manga nos presenta a dos bishies en uniforme y su historia de amor/odio, que estamos seguros que van a disfrutar mucho leyendo.

Arimura está en la búsqueda de un tutor para su hermana Nana, a quien adora. Es así como pide ayuda a Itou, su kouhai del equipo de baseball cuando iba a la secundaria. Itou es un joven reservado que admira a Arimura desde la época en la que ambos jugaban juntos al baseball, pero esa admiración no es más que un sentimiento superficial, puesto que lo que Itou verdaderamente siente por su senpai es amor. Un día, cuando Arimura está en el parque cercano a su casa, Itou le confiesa sus sentimientos, pero Arimura malinterpreta el significado de aquellas palabras.

Es difícil resistir el encanto de esta historia entre senpai y kouhai, sobre todo porque Itou es un uke muy adorable; la devoción que muestra hacia Arimura les va a derretir el corazón. Aun así, ninguna historia está a salvo del drama, y lo mismo sucede con Sayonara Game, poniendo a prueba nuestra paciencia con las idas y vueltas que atraviesan los personajes para finalmente poder llegar a estar juntos, y los malentendidos que se suceden en el medio. Arimura es un senpai muy denso pero querible, que ejemplifica al seme que todavía no sabe que batea para ese lado. Este manga es un home run que no te arrepentirás de leer.

Mikado simplemente no tolera a su superior, Anezaki, quien parece tener demasiado tiempo en sus manos para desperdiciar coqueteando con las mujeres de la oficina, pero no para realizar su trabajo. Es así como Anezaki asigna todas las tareas pesadas a Mikado, quien no tiene más remedio que hacerlas. Un día, tras reunirse a beber con sus colegas del trabajo, a Mikado le asignan la tarea más molesta hasta el momento: llevar a Anezaki, completamente borracho, a su casa… pero pierden el último tren, por lo que Mikado termina buscando alojamiento en un hotel. Anezaki, borracho, confunde a su subordinado con un hombre cualquiera y comienza a hacerle cosas pervertidas. Mikado está en shock, sobre todo cuando su superior le ordena que lo filme. ¿Qué pasará cuando Anezaki despierte y descubra que no se trataba de cualquier hombre, sino de Mikado?

La historia de un hombre que intenta evitar a su superior a toda costa, pero que termina cada vez más involucrado con él, está ingeniosamente narrada por Chiaki Kashima. Es divertido ver cómo evoluciona la relación entre Mikado y Anezaki, mientras luchan porque sus secretos no salgan a la luz: que Mikado es fanático ferviente de una idol y que Anezaki es gay. Luego todo se complica cuando una herida del pasado se vuelve a abrir, al aparecer en escena un hombre con quien Anezaki tenía una relación seria. No pueden perderse esta cómica historia con tintes de drama entre el subordinado y su supervisor.

Yumeji no sabe qué hacer para poder superar un trauma en el pasado que lo ha dejado impotente. Ha intentado de todo junto a su amigo Marui, pero nada parece funcionar. Luego conoce a Seiji, un muchacho que siempre dice lo que piensa sin importar la situación y quien está enamorado de él. Un día, mientras los hermanos de ambos están trabajando en un proyecto escolar, Seiji se le insinúa a Yumeji, quien se sorprende por dos cosas: su corazón late con más fuerza de la que creía posible y su problema con la impotencia parece haber desaparecido.

De esta manera comienza la extraña relación entre ambos, con Seiji intentando que Yumeji le preste atención y con este último negándose a aceptar los sentimientos que Seiji despierta en él. Yonezou Nekota es una experta en el mundo del Yaoi, que nunca falla en retratar relaciones apasionadas con toques de humor. El estilo de dibujo es destacable, al igual que la trama de la historia, que te tendrá pendiente de los progresos de ambos personajes en este recorrido amoroso.

Kodoku na Taka wa Hitokoishikute cuenta la historia de Yuu, un senpai en el club de arquería que recibe una confesión amorosa por parte de su kouhai, Hotaka. Tras eso, Yuu se aleja de él, reencontrándose años después para descubrir que no quedan rastros de quien fuera el dulce Hotaka de la secundaria. Este manga explora el pasado de los dos personajes principales, la relación de ambos durante sus años en la secundaria, y el reencuentro que tiene lugar años después. Chihaya Kuroiwa realiza un trabajo asombroso creando el universo de Yuu y Hotaka, sumergiéndonos en la historia, teniéndonos pendientes de qué sucederá a continuación y haciéndonos sufrir con algunas de las decisiones que los personajes toman. Definitivamente, estamos ante uno de los mejores One Shots del género, no solo por la calidad del arte, sino también de la trama que hará a más de uno agarrarse la cabeza en señal de frustración.

Starlike Words gira en torno a Subaru, un estudiante de escuela secundaria que jamás rechaza un favor sexual, pero que nunca ha tenido una relación seria; es que él no quiere involucrarse con nadie a no ser que sea por amor. Un día, mientras está en medio de uno de sus interludios sexuales con uno de sus compañeros, una pintura capta la atención de Subaru, quien queda impactado por la belleza de la misma. Es ahí cuando decide que quien quiera que haya pintado esa obra de arte, es su verdadero amor. El genio detrás de la pintura es Shizuka, un muchacho callado que no habla con nadie y cuyo corazón le resultará muy difícil de conquistar, sobre todo cuando el carácter promiscuo de Subaru lo mete en aprietos que ocasionan malentendidos entre ambos jóvenes.

Junko es una reconocida autora del género del Yaoi, aclamada por sus historias llenas de sensualidad y humor. Starlike Words está llena de momentos que te obligarán a abanicarte la cara, puesto que la sensualidad está a la orden del día. No solo la historia entre Subaru y Shizuka es ardiente, sino también tierna, puesto que podemos ver cómo el muchacho promiscuo cambia su forma de ser a la vez que el retraído Shizuka comienza a hacerse nuevos amigos.

¿Quién es ese muchacho que se pasea por su departamento con el torso desnudo? Matsuno es un abogado que, tras una noche de consumir alcohol en cantidad, se despierta para descubrir dos cosas: la primera es que tiene una terrible jaqueca, y la segunda es que hay un joven que aparentemente pasó la noche en su departamento… ¡junto con él en la cama! Rin es un prostituto que se gana la vida buscando clientes en zonas cuestionables de la ciudad, sin un lugar fijo donde quedarse. Matsuno vuelve a encontrarse con Rin una noche e impulsivamente le dice que cuando no tenga un lugar donde quedarse, puede ir a su departamento.

Es así como comienza una extraña relación entre ambos, donde Matsuno comienza como protector de Rin, pero a medida que pasa el tiempo, estos sentimientos van mutando para convertirse en algo más. Mitori Fujii hace un excelente trabajo construyendo la relación entre los dos personajes, explorando el pasado de Rin y permitiéndonos dar un vistazo más profundo. El desarrollo de los sentimientos de Matsuno deja ver por qué decide hacerse cargo de Rin. Definitivamente, esta historia con el seme protector y el uke que al principio se niega a ser cuidado para luego aceptarlo, es demasiado linda como para perdérsela.

Hana no Miyako de, un Drama que gira en torno a la vida de Motoharu, el heredero de una importante clínica, no es una historia apta para los de corazón débil. Cuando Akira aparece un día en el jardín de su mansión, Motoharu, que ha vivido toda su vida acorde a las reglas, entabla una hermosa amistad con él, hasta que sus sentimientos se transforman en amor. Luego de confesarle estos sentimientos a Akira, este decide poner distancia entre ambos, lo que no impide que Motoharu entre en la misma universidad y especialidad que él. Un día, Akira sugiere que caminen juntos a casa para poder hacer las paces y, tras pasar la tarde juntos como hacían años atrás, Akira sorprende a Motoharu besándolo. Las esperanzas de Motoharu crecen para ser hechas añicos al día siguiente, cuando Akira le dice que se olvide de lo sucedido el día anterior.

Rihito Takarai nos trae una historia hermosa de amistad y amor, que seguramente te dejará con el corazón destrozado. Lo que caracteriza a esta historia es que abarca varios períodos de tiempo, desde la infancia de Motoharu y Akira hasta su adolescencia y años adultos, mostrándonos las diferencias entre sus clases sociales y por qué toman las decisiones que toman. Ambos son presionados por el entorno en el que viven, sufriendo las consecuencias de los status que deben mantener y teniendo que renunciar al amor que sienten uno por el otro. Si Hana no Miyako de te dejo con un gusto amargo en la boca, sugerimos que leas Hana no Mizo Shiru, para darle un cierre feliz a esta tragedia.

Sato es un hombre divorciado que se encarga de cuidar a su pequeño hijo, Rintaro, por su cuenta; pero se le hace difícil cumplir con los horarios de su trabajo y los de su hijo al mismo tiempo, por lo que le pide ayuda a su vecino, Takahashi. De esta manera, los dos entablan una relación de amistad, viéndose diariamente y compartiendo almuerzos y cenas juntos, así como también actividades del jardín de infantes de Rintaro. Sato comienza a darse cuenta que se está enamorando de Takahashi, pero debido a los prejuicios y las habladurías que esto podría ocasionar, decide no decir nada.

Kyou Kitazawa tiene un estilo impecable con el que logra transmitir cada pequeño detalle de sus historias. Sato y Takahashi son vecinos que comienzan a tener sentimientos el uno por el otro, pero debido a los prejuicios deciden no manifestarlos. La lucha de ambos por conseguir estar juntos es digna de ser leída, sobre todo teniendo en cuenta la participación del pequeño Rintaro, que le agrega a esta historia una dosis de moe empalagosamente adorable. ¡Y no pueden perderse la continuación de esta historia! Esta vez con Rintaro como protagonista principal de la secuela, Love Kids!!

¡Llegó el momento de descubrir cuál es el manga que se encuentra en la primera posición de esta lista! Kikuchi es un profesor de secundaria que descubre que uno de sus alumnos, Tomohisa, está saliendo con Sera, su amigo de la universidad. El estudiante es muy reservado, un lobo solitario que casi no habla, pero su rostro se enciende cada vez que habla con Sera, lo que Kikuchi encuentra adorable. Pero sabe que la relación no va a durar mucho ya que su amigo tiene novia… Luego de descubrir esto, Tomohisa se deprime y Kikuchi se encarga de animarlo, pero mientras intenta hacer que su estudiante se sienta mejor, sensaciones extrañas despiertan dentro del profesor. Si fuera una chica, no dudaría en abrazarla y decirle cosas tiernas hasta que la tristeza desaparezca, pero Tomohisa es un chico. ¿Qué son esos sentimientos difíciles de descifrar que nublan la mente de Kikuchi?

Lalako Kojima relata en Kimi to Parade las vidas de Kikuchi y Tomohisa, y cómo ambos deben superar diversos obstáculos para poder estar juntos. Tomohisa siempre ha sabido que era gay, pero Kikuchi jamás había sentido cosas por un hombre antes; el primer bache que deben superar ambos son los prejuicios a los que se enfrentarían si consolidan su relación. Por otro lado, cuando el estudiante termina la escuela ingresa en la universidad, lo que genera que los dos se vean cada vez menos. ¿Cómo harán para poder pasar tiempo juntos con horarios tan estrictos? Lo bueno es que una vez que hayan leído cómo comenzó esta relación, pueden descubrir cómo sigue diez años después en la secuela, Paradise View. Eso sí, preparen pañuelos si son sensibles, porque es una montaña rusa de emociones.