Cyan vivía en el mundo real, y a pesar de que realmente quería, no se animaba a entrar al Club de Música de su escuela por vergüenza. Un día, mientras se entretiene con su juego preferido de música, este la absorbe hacia sí, transportándola a la Ciudad Midi, en donde sólo habitan pequeños animales. Allí la música es lo más importante, y cualquiera que pueda ejecutarla con maestría tiene el poder para controlar la ciudad entera. Sin embargo, no todo es perfecto. Haciendo uso de cierto tipo de melodía corrupta, se teje entre las sombras un plan maligno para sumir aquél mundo en el caos. Quizá Cyan haya sido transportada desde su realidad para ayudar a que eso no ocurra y así, en el camino, ganar más confianza en sí misma y en su arte.

El talento de Cyan con la guitarra es excepcional, pero su baja autoestima le juega en contra y provoca que muchas puertas que deberían estar abiertas para alguien como ella se cierren y le bloqueen su camino verdadero. Sueña desde siempre con formar parte de una banda y volverse una gran música. Tal vez su experiencia en Ciudad Midi le ayude a entender el gran poder que vive en su interior, con el que incluso puede enfrentarse a las tinieblas más profundas haciendo uso de tan sólo su guitarra.

Shinichi Okazaki es un joven rebelde, bajista de Blast, la banda de punk rock que tiene a Nana Osaki como vocalista. Con tan sólo quince años, vive probando su propia libertad e intentando ir más allá de los límites, en una suerte de descargo contra la disciplina y la autoridad. Quizá tenga que ver con lo mucho que sufrió de niño, víctima de una familia disfuncional que no le dejó otra alternativa más que escapar de su casa y abandonar el apellido. Ya estando en Blast, Shin se vuelve confidente de Nobu y ambos comparten habitación. Shin cambia su apariencia natural a una más orientada hacia la estética punk y empieza a ofrecerse a mujeres como prostituto masculino.

Sus habilidades con el bajo son excepcionales. Tiene un gran oído y aprende muy rápido numerosas variaciones que se le exigen. Sin ir más lejos, convenció instantáneamente a Blast de incluirlo en la banda para ocupar el puesto de bajista luego de que estos hubieran perdido la esperanza de encontrar a alguien que pudiera brillar.

Souichi Negishi es un tímido joven músico cuyo deseo más profundo es ser un cantante de pop, a pesar de su apariencia escénica. A veces, los sueños se vuelven difíciles de alcanzar, así que a Souichi no le queda otra alternativa más que la de unirse a la banda de Death Metal conocida como Detroit Metal City. En el escenario se convierte en Johannes Krauser II, el cantante y guitarrista principal de la banda, con una historia de vida forjada en las llamas del mismísimo infierno. Según cuenta a sus fans, es un demonio que asesinó hasta a sus propios padres y cometió más crímenes que cualquier otro ser humano.

A pesar de que la música que toca no le gusta en absoluto, Negishi demuestra ser un guitarrista muy experimentado que hasta incluso es capaz de hacer maniobras muy complejas en vivo, tal como tocarla con sus dientes. Si lo hace tan bien en un ambiente que no le resulta agradable, podemos imaginar que como cantante de pop, su verdadera pasión, seguramente sería excepcional.

Ray es el guitarrista principal y líder fundador de la banda BECK. Con el cabello sobre los hombros y una expresión ausente, vive por y para la música. No es capaz de hacer ninguna cosa que pueda ser considerada productiva a excepción de eso, pero, como contrapeso, carga consigo un talento increíble.

Verlo junto a su guitarra, una Gibson Les Paul llamada Lucille, hace que Koyuki deje de lado su apatía por la vida y tome la guitarra para sumársele. Ray suele causar muchos problemas a la banda por ser demasiado competitivo, mujeriego, alcohólico y rebelde, pero es su maestría musical la que le da a BECK un aura de originalidad y estilo nunca antes visto.

Reina es una talentosa trompetista (aunque, hay que decirlo, algo fría y malhumorada) que se graduó de la misma escuela media que Kumiko, en la cual era integrante del Club de Música. Ahora ellas dos, junto a las demás chicas, forman parte de la Banda de la Escuela Kitauji. A pesar de que el grupo aspira a calificar para la competición nacional de bandas, la verdad es que se manejan de manera totalmente desordenada y no logran entenderse entre todas. Es por eso que Noboru Taki toma la responsabilidad de encargarse de darles un cauce adecuado.

Reina lleva muchos años tocando la trompeta, y tiene una gran tenacidad. Le dedica muchas horas de su vida intentando alcanzar la perfecta armonía entre ella y el instrumento. Desde niña la inspira la habilidad de su padre, un músico de alto nivel, e intenta llegar a ser lo que él. Su esfuerzo continuado durante años se nota en todo su esplendor al escucharla tocar.

Len es un violinista con un talento desmedido pero de carácter distante y taciturno, además de un tanto presuntuoso. La música lo inunda desde sus mismas raíces: la mayor parte de su familia está envuelta profundamente en ella. Len fue considerado un prodigio desde temprana edad, pero muchas personas consideran que su camino estaba trazado y allanado desde un principio por sus padres, dos reconocidos instrumentistas, haciendo que fuera fácil para él volverse un maestro del violín.

Suele ser muy frío y tiende a alejarse de las personas que intentan tener un contacto con él, hasta el punto de prestarles escasa atención a sus admiradores. Pero su relación con la música y con el mundo en general muta cuando empieza a tener contacto con Kahoko. En la escuela a la que ambos asisten, los estudiantes están divididos entre aquellos que visten de blanco, orientados a la música, y los de gris, que se desenvuelven en las asignaturas predeterminadas.

Kahoko es la única estudiante de gris que logra entrar a la competición musical que es tradición de la escuela, luego de que un hada a la que sólo ella puede ver le obsequiara un violín mágico. Es ella quien le enseña a Len a disfrutar por primera vez en su vida del hecho de tocar un instrumento, y junto con eso, en él también empieza a brotar una calidez que nadie creía que pudiera tener adentro.

El metrónomo humano: así llamaban al prodigioso pianista Kousei Arima. Siendo muy joven llegó a ganar la Competición Saki, pero luego de que su madre muriera todo aquello que lo apasionaba tanto se apagó, como una hoguera bajo una tormenta de invierno. El dolor quedó impregnado en él a tal punto que, desde entonces, le fue imposible escuchar el sonido de su propio piano.

Dos años después de la tragedia, Kousei sigue lejos del piano y su vida permanece monótona y sin intensidad. Pero la llegada de Kaori Miyazono, una hermosa violinista, lo anima a intentar quitarse de encima la espesa capa de penumbra que lleva sobre la espalda para volver a brillar en su destino ideal.

Kousei tiene una sensibilidad única y está lleno de materia creativa encendida, pero algo en él está muerto desde hace mucho. Como no puede escucharse, el sólo hecho de poner sus dedos sobre las teclas del piano lo hace entrar en pánico, pero Kaori lo convence de que al menos intente imaginar el sonido de su propia melodía. Para Kousei hay un antes y un después en su propia habilidad: mientras se acerca a Kaori y se deja ayudar por ella, su música muta y se vuelve aún más hermosa.

Yui es la protagonista de K-On!. Al comienzo del año escolar, se emociona al ver un cartel en el que se reclutan nuevos miembros para el Club de Música Ligera. Imaginativa y despistada como es, cree que “ligera” significa sencilla, así que se une sin pensarlo dos veces. Sin embargo, realmente nunca en su vida sostuvo un instrumento. Al entender de qué se trata el club realmente, intenta explicar el malentendido a las otras integrantes del club, pero ellas la convencen de que se quede a aprender para evitar que el grupo se deshaga por falta de miembros. Yui duda, pero cuando ejecutan una pieza corta para ella, su corazón late con fuerza y la emoción la obliga a, cuanto menos, intentarlo.

Mientras los días escolares siguen su curso, Yui aprende a tocar la guitarra con la ayuda de los otros miembros de la banda, teniendo que pasar por muchos baches en el camino pero llevando siempre arraigado un gran optimismo. No es cosa fácil para las demás chicas enseñarle, ella tiene muchas actitudes infantiles y se distrae con facilidad, pero una vez que se siente unida a su guitarra la lleva consigo a todas partes y logra domarla como quizá nadie más podría. Aprende a entenderla muy rápido tan sólo observando, y rápidamente muestra un genio musical como pocos. Se vuelve, así, la vocalista y guitarrista principal de la banda.

Muchos ven a Sentaro sólo como un delincuente juvenil. No es para menos; con su alta estatura y su gran fuerza, se mete en peleas todo el tiempo pero en el fondo tiene un alma recta y buen corazón. Cuando Sentaro conoce a Kaoru Nishimi, le habla de su fascinación inagotable por el jazz, y a pesar de que a Kaoru le interesa más la música clásica, Sentaro prácticamente lo obliga a internarse más en el género. Ambos jóvenes son totalmente contrarios en sus personalidades, pero la música les permite ir más allá de todo eso.

Sentaro toca la batería mejor que nadie, pero es un cabeza dura y sólo se interesa por el jazz; se cierra a cualquier otra forma de hacer música. Aún así, su fortaleza y su sentido del ritmo se unen en una intensidad como pocas, y cualquiera que lo viera y lo escuchara golpeando los tambores entendería la forma melódica en que late su corazón, y se vería arrastrado por su misma fiebre por el jazz.

Chiaki, un chico de veintiún años que cursa su tercer año como estudiante de  piano en la Academia de Música Momogaoka. Sabe que ser un músico reconocido es lo que más desea en el mundo, pero le parece que los instrumentos no se amoldan a él, no se derriten bajo sus dedos. Se siente en un principio muy inseguro respecto a su habilidad. Chiaki es extremadamente perfeccionista y crítico, tanto consigo mismo como con los demás; viene de una familia de clase alta y su mayor sueño es convertirse en un músico de primera clase que toque entre los mejores en Europa, pero su miedo a volar lo paraliza y lo retiene en Japón.

A lo largo de la serie, Chiaki se convertirá en un distinguido director musical. Su capacidad crítica y su enorme conocimiento de los entresijos de la música lo hacen uno de los mejores músicos. Al conocer y acercarse cada vez más a Nodame, ve su aspiración representada en ella: el talento oculto que la chica posee en el piano, trabajado, puede explotar y envolver el ambiente en una melodía mágica y perfecta. Sólo Chiaki, con su inmensa capacidad, puede ayudarla a extraerlo.