En una serie donde los protagonistas son 6 hermanos que ni trabajan ni estudian, nos quedamos con el más problemático de ellos por su afán para las bromas y su aparente falta de responsabilidad. Ichimatsu Matsuno fue el cuarto de los hermanos en nacer, y quizás el que más llama la atención por su comportamiento. Frío, distante y no siempre muy simpático, Ichimatsu hasta parece una mala persona si no lo conoces bien… pero en realidad es un buen muchacho que no sabe cómo expresarse.

Durante todo el artículo podrán ver que siendo un NEET se coquetea mucho con la idea de ser un hikikomori, y aunque una cosa no necesariamente lleva a la otra, Ichimatsu es uno de esos casos que bien podría vivir solo, cual ermitaño, sin depender de amigos o siquiera de sus hermanos. Claro está, en el fondo Ichimatsu solamente busca una forma de socializar sin sentirse vulnerable y sin preocupaciones, motivo por el que probablemente no se interesa en trabajar o siquiera estudiar, y aunque alguna vez ha trabajado no es que le ponga mucho empeño.

Yuuta Gamon podría ser un chico como cualquier otro, si no fuera porque su curiosidad por los hechos paranormales y los misterios del ocultismo lo llevan a destacarse fácilmente. Si bien se autoproclama NEET —y se muestra muy orgulloso al respecto—, en realidad sí podríamos decir que Yuuta “trabaja”... aunque primero tendríamos que definir muy bien qué significa “trabajar”, más allá de tener ingresos de manera digital.

Él es el responsable de un blog llamado Kiri Kiri Basara, dedicado a agrupar noticias de distintos otros blogs paranormales. Con esto intenta ganarse la vida y evidentemente tiene algún rédito económico, pero está lejos de ser un trabajo estable o legal en el sentido más estricto. Si bien durante el anime tenemos claros los motivos por los que Yuuta no estudia ni trabaja (y no haremos spoilers), no deja de ser un NEET con una pasión admirable.

Cuando se habla de ser un NEET hay que tener mucho cuidado, pues en muchos casos resulta ser un tema delicado y asociado a ciertas patologías. Una de estas situaciones la podemos ver en Ito Hikiotani, una adolescente aparentemente normal pero que sufre de un trastorno de ansiedad que le impide relacionarse con otras personas, dando como resultado un aislamiento social. Si además esto lo sumamos a los casos de bullying que Ito recibió de sus compañeros, ¿cómo no iba a abandonar los estudios?

Desde entonces, conseguir amigos o desarrollar confianza en las personas ha sido todo un desafío, por lo que como tantas otras personas esconde sus verdaderos sentimientos detrás de una pantalla fría y agresiva, por momentos. Ya en soledad, Ito encuentra su paz en los videojuegos, aunque su estadía en Korai House parece ayudarla a superar lentamente sus problemas. A modo de dato, la personalidad de Ito es una traducción del nombre que le dieron sus creadores, ya que Hikiotani Ito significa “hiki-ota NEET”, básicamente una NEET, hikikomori y otaku.

Kobayashi-san Chi no Maid Dragon fue uno de los animes que causó sensación en la temporada de invierno, especialmente porque su premisa parece extraña incluso en términos de anime: una dragona que llega al mundo humano y termina trabajando como maid. Con el paso de los capítulos vimos que Tooru no sería la única dragona en visitarnos, y a ella le siguieron sus amigos —y enemigos—, entre ellos Quetzalcoatl, Elma y la popular Kanna.

Varios de estos dragones, ya en su forma humana, lograron adaptarse a nuestra sociedad haciendo lo que se supone que hacemos nosotros, Elma con un trabajo como office lady y Kanna yendo a clases. ¿Y qué hay de Fafnir? Bueno, además de no encajar mucho entre los humanos y nunca sentirse del todo seguro, encontró que la vida con Makoto no estaba tan mal, descubriendo los placeres de un otaku sin demostrar interés en conseguir trabajo o fingir por caerle bien a la gente. En el sentido más estricto, Fafnir es un caso fácilmente justificable; ¿por qué trabajar o estudiar si podemos hacer nuestra vida de dragón?

Cuando alguien habla del fanatismo de un otaku, ¿realmente pensamos en algo más que anime, manga o videojuegos? Para Tsukimi Kurashita corre un caso diferente, pues su obsesión alcanza niveles altísimos cuando se trata de las medusas, un animal que tampoco es que tenga demasiados fanáticos. En realidad, todo esto tiene una explicación bastante afectiva, y se debe al recuerdo de cuando ella y su difunta madre visitaron alguna vez un acuario; justamente, el fallecimiento de su madre también afectó su personalidad.

Desde entonces, Tsukimi se transformó en una chica retraída, con poca motivación para socializar y con bastantes inconvenientes para hacer amigos. Como en muchos casos, sus amistades venían del mundo online, y así se mudó con ellos a Amamizukan, donde podrían vivir y compartir sus gustos otaku. Si bien Tsukimi está en su zona de confort siendo una NEET, lo bueno de este anime es que la vemos, aunque muy despacio, crecer en su autoestima.

Alice es como se da conocer la pequeña Yuuko Shionji, una misteriosa pero muy hermosa chica que vive sobre una tienda de ramen. Así como parece, Alice podría describirse como un conjunto de excentricidades en sí misma, ya que más allá de ser una NEET —aparentemente por decisión propia— también muestra ser una mente brillante, de esas que podríamos considerar están más allá del sistema educativo o laboral. ¿Y cómo pone en práctica esta inteligencia? ¡Siendo la “detective NEET”, por supuesto!

A simple vista, lo primero que llama la atención es su tendencia aniñada, siempre en pijamas infantiles y rodeada de osos de peluche… todo digno de un análisis psicológico, ¿no? Como casi no sale de su habitación hasta podríamos considerarla una hikikomori, pero en casos excepcionales logra romper sus propias reglas, siempre que sea por una buena causa. Quizás Alice no tenga trabajo ni estudie, pero no podemos decir que esté desperdiciando su vida o que la esté pasando mal…

Quizás uno de los personajes más emblemáticos, Tatsuhiro Satou es de esos personajes que no pueden faltar en una lista de estas características. De hecho, Welcome to the NHK! es un anime muy interesante porque presenta esta problemática desde un ángulo totalmente diferente, no mostrando al NEET como alguien genial y envidiable —y justo recién hablábamos de Yuuko— sino que retrata el verdadero problema desde el sufrimiento y las implicancias sociales.

En esta historia, Tatsuhiro es un joven adulto que se aleja cada vez más de la sociedad, y que cae en la depresión, ansiedad y varios otros problemas psicológicos; y si decíamos que este anime es más realista no es solamente por eso, sino que directamente vive gracias al dinero de sus padres, una situación que no parece vaya a cambiar a corto plazo. En su mente, los problemas los aduce a una misteriosa organización llamada NHK, producto de sus delirios que lo ponen como víctima de los animes adictivos. Por suerte cuenta con la ayuda de Misaki para ayudarlo a encajar en la sociedad, aunque tampoco es que ella esté mucho mejor...

Llegamos al tercer puesto de la lista, ¿no les llama la atención que todavía no habíamos caído en mundos paralelos o realidades alternativas? Hasta aquí teníamos tramas relativamente creíbles, pero No Game No Life rompe con eso totalmente. Shiro y Sora son dos hermanos amantes de los juegos y los retos mentales, pero ninguno de los dos trabaja o estudia. Por su inteligencia y belleza, esta vez nos quedamos con Shiro, una niña de apenas 11 años que se ganó nuestros corazones.

Si ya no estudiaba en nuestro mundo, mucho menos iba a hacerlo en Disboard, el mundo al que el Dios de los Juegos la envió. La reina de Elukia nunca deja de sorprendernos con sus conocimientos, obligándonos a preguntar dónde y cómo aprendió todo eso, siendo que la mayoría de nosotros, incluso con educación formal, seguramente estamos muy por debajo de su intelecto… y con varios años de ventaja. Como los demás aquí, a la hora del trato con gente es donde notamos sus puntos flacos, pues depende muchísimo de su hermano y casi que se niega a socializar.

Moriko Morioka es la protagonista de uno de los animes más populares de esta temporada, especialmente entre los amantes de los videojuegos. Aburrida y cansada de su trabajo como office lady, decide abandonar su trabajo y vivir de sus ahorros, consagrándose en sus propias palabras como una “NEET de élite”, pues no tiene trabajo ni estudia, pero producto de su propia voluntad. Con muchísimo tiempo —más del que quisiera— entre sus manos, la llama por los MMORPG revive en ella, y así llega a crear a Hayashi, su personaje en el juego Fruits de Mer.

A sus 30 años, Moriko es la primera en reconocer qué es lo que la sociedad —y hasta ella misma— espera de una mujer a esa edad, por lo que muchas veces se ve en la disyuntiva entre abandonarse a los videojuegos y la comida chatarra o hacer el intento por llevar una vida más “normal”, con un novio y todo eso. Por suerte para ella el amor parece sonreírle, aunque todavía estamos por ver cómo termina todo esto para ella.

El primer lugar de esta lista se lo lleva un caso de los más tristes, de esos que nos hicieron emocionar no solo al ver la influencia sobre la historia sino los motivos que llevaron al personaje a esta situación. En el pasado, Jinta Yadomi era un chico alegre y activo como cualquier otro, con un grupo de amigos donde incluso era considerado como ejemplo a seguir. Un fatídico día, y a causa de su particular sentido del humor para disimular sus verdaderos sentimientos, le hizo un comentario “despectivo” a su amiga Menma, del que se arrepentiría durante el resto de sus días.

Como Menma murió, las últimas palabras de Jinta calaron fuerte en su mente, llevándolo a sentirse culpable y despreciar totalmente su vida, más ahora que la chica que le gustaba ya no estaría ahí. Sus otros amigos se separaron, dejó de asistir a clases y poco a poco se volvió un ser completamente aislado de la sociedad; un NEET a los ojos del resto, por más justificaciones que tenga. Cómo lidia Jinta con su vida y cómo hace las paces con Menma es algo que vale la pena disfrutar en Anohana, más que nada para descubrir si es que su perspectiva de la vida y la sociedad cambian aunque sea un poco.