Las hermanas Kyou y Asu Yamada nos cuentan una historia de fortaleza, comprensión, madurez espiritual y psíquica, donde dos pequeñas niñas de 15 y 9 años deben afrontar el mundo a través de los ojos de un adulto, pues no poseen una familia y solo se tienen la una con la otra para sobrevivir. Con un ambiente escolar y familiar, Binbou Shimai Monogatari nos muestra cómo ellas comparten responsabilidades para conseguir llegar a final de mes con éxito.

Ambas son huérfanas de madre y su padre las abandonó, pero si eso fuese poco, el mismo les ha dejado unas cuantas deudas por juegos de apuestas que ellas deben pagar, tal vez, durante toda su vida. Además, el trabajo de Kyou apenas le alcanza para comprar comida y poder ir a la escuela, y recurrentemente reciben ayuda de gente a su alrededor... sino quién sabe dónde estarían.

Kuromukuro relata la historia de un samurái destinado a proteger el futuro, Kennosuke Tokisada Ouma. Todo comienza con el Instituto de Investigación Kurobe y su misión, proteger un antiguo cubo y desentrañar todos sus misterios; pronto descubren que hay algo más en juego que una simple investigación: la supervivencia de la humanidad ante el ataque de robots biónicos.

Problemas desde el comienzo son los que ha tenido nuestro protagonista Ken, y su falta de pertenecías es uno de ellos, y es que resulta ser tan pobre que desde su primera aparición en el anime estaba totalmente desnudo, contando solo con su katana. Ahora, solo imaginen despertar 450 años en el futuro, uno en donde la tecnología y todo lo referente a la sociedad son totalmente diferentes a tu época natal. Si eso fuese poco, tampoco tienes casa ni familia, y ni hablar de su escasa inteligencia, pues en el mundo pasado de los samurái solo necesitabas saber matar y no morir en batalla.

Una invasión de seres extraterrestres llegó al Japón feudal y se han apoderado de Tokio. El porte de armas y espadas se ha prohibido y los samuráis han pasado de ser un prestigio en la sociedad a convertirse en calamidad y deshonra. Nuestro protagonista, el siempre pobre Gintoki, es uno de esos guerreros que, a pesar de las restricciones, decide seguir adelante con su katana en busca de un nuevo trabajo cada día.

Cuando decimos que Gintoki de Gintama siempre ha sido pobre no exageramos, y es que desde su niñez ha vivido sin familia y, por supuesto, sin dinero ni casa o amigos. Eso era hasta que conoció a su maestro quien lo adoptó y entrenó, aunque no quiere decir que haya dejado de ser pobre. Su pobreza es tan extrema que cada vez que la señora del alquiler de su habitación va a cobrar la renta, él huye por la ventana pues no tiene cómo pagarle, principalmente porque ha dejado todo su dinero en las mesas de pachinko.

La historia de Noragami centra su mirada en el dios menor Yato y su nueva compañera de trabajos, Hiyori, quien se ha convertido en un ente que va del mundo de las almas al físico sin control debido a un accidente en donde ella salvó a nuestro protagonista de ser atropellado por un auto, aunque la fémina protagonista si resultó ser embestida. De allí, una historia de comedia y mucha aventura urbana nos espera de la mano de la mitología y lo divertido de la pobreza ajena.

Nuestro dios menor sí que es pobre en todos los sentidos, inclusive en adoradores, pues se dice que puede contar con los dedos de su mano la cantidad de personas que conocen su nombre. Para colmo se ve obligado a realizar trabajos a las personas por escasos cinco yenes japoneses, ¿pueden creerlo? Un dios trabajando para los humanos… por limosna.

Ouran High School Host Club nos cuenta la historia de un grupo de chicos y una chica que se hace pasar por hombre, nuestra protagonista Haruhi. En una idea que no todos tendrían, estos chicos han creado un club en donde las travesuras y el uso indiscriminado de la popularidad son el día a día.

Hablemos de nuestra pobretona heroína, que entró a la academia gracias a una beca por buenas notas, así que no piensen que tiene mucho dinero; al contrario, lo único con lo que cuenta es con las finanzas de su travesti padre, el cual se las gasta en ropa de mujer para él. ¡Esperen! Porque hay más, ya que lo que en verdad hace pobre a nuestra protagonista es la deuda de 8 millones de yenes que tiene con el colegio por haber partido un jarrón, y ahora debe pagarlo con trabajo extenuante en el club.

Una historia de amor en la preparatoria Seika, en donde la chica es la típica pobretona que debe trabajar fuertemente para poder costearse los estudios y ayudar a salir de la miseria a su familia. Nuestra protagonista es Misaki, y el chico que todas las colegialas quieren como novio es Usui, que termina enamorado de ella y en situaciones románticas muy divertidas.

La presidenta estudiantil resulta ser una plebeya en el mundo de las finanzas y está obligada a trabajar a medio tiempo en una café para poder costearse los estudios y ayudar a su madre y hermana a sobrevivir. Con semejante carga y un sueldo que apenas alcanza para pocas cosas no es de extrañar que el ahorro y ella no se lleven bien. Así todo, la guinda del pastel de su pobreza es la monstruosa deuda que su padre les dejó luego de abandonarlas.

Monstruos llamados Players, es decir, personas que tienen la capacidad de convertirse en criaturas con fuerza sobrehumana y otras habilidades increíbles, están azotando la zona y será el deber de nuestro poco adinerado protagonista, Jin, acabar con aquellos errantes de la sociedad. Él también es un ser con la capacidad para convertirse en una criatura poderosa llamada ZET, la cual trata de dominar su consciencia desde su interior.

Ahora, si vamos a hablar de la calamidad y la pobreza de nuestro protagonista, debemos empezar por decirles que desde niño siempre ha vagado por las calles sin un lugar a dónde llegar. Además, aunque es bastante heroico, todo pierde sentido al cobrar por ello, pues se la vive buscando a quién salvar de algún malhechor... solo si la víctima le paga 10 mil yenes.

Morir pareciera algo malo, pero para Kazuma fue una bendición, pues salió de su vida aburrida de ermitaño para vivir mil aventuras en un mundo de fantasía junto a una diosa llamada Aqua y muchos otros personajes divertidos y muy patéticos, pero que como grupo son una gran familia.

Ahora, si hablamos de pobreza, primero debemos mencionar la falta de inteligencia por parte de nuestro protagonista al escoger a Aqua como su acompañante para ir a derrotar a un tal Rey Demonio. Aunque todo parece mágico —y lo es—, Kazuma termina como un vagabundo, sin familia salvo unas cuantas chicas que resultar ser un desastre total. La única forma de comer es ganando dinero en misiones, aunque la mayoría de veces terminan usándolo para pagar las deudas contraídas por los destrozos.

Kakegurui es un anime con ambientación escolar, pero que no enseña nada bueno a menos que quieras convertirte en el mejor apostador y tramposo del mundo. Este anime nos lleva a través de la Academia Hyakkaō y la locura estudiantil que existe por convertirse en los mejores jugadores de azar del instituto, y entre esos entra nuestra protagonista Yumeko, una chica sádica y enfermiza por los juegos, las apuestas y descubrir a sus adversarios haciendo trampa.

Ahora, como en todo el mundo de las apuestas, siempre habrán endeudados hasta los dientes, y nuestro personaje número 2 de la lista sin duda es uno de ellos; hablamos de Ryota Suzui, claro. Él ha perdido tanto en los juegos de azar que inclusive su moralidad e integridad como persona le han sido arrebatadas, y ahora además de no tener dinero tampoco tiene dignidad, pues debe servir como esclavo a Meari después de perder con ella y no tener con qué pagar.

Naruto Uzumaki vuelve a un ranking más, pero esta vez seguro preferiría ni aparecer. Su historia y la del anime en general nos lleva a través del mundo ninja en la época feudal, y cómo las aldeas luchaban entre sí para mantener a sus países seguros. Además de ser huérfano de padres desde su nacimiento y vivir de una pensión mínima que le da la aldea, desde el principio siempre fue marginado y no gozaba de amigos en la academia.

La cosa continúa en su segunda entrega, Naruto Shippuden, donde podemos ver que, luego de ser el héroe de la Cuarta Guerra Ninja, Naruto no tenía ni para llevar a Hinata a un lugar decente en su primera cita; en cambio, la llevó a comer el ramen más barato, ¡que por suerte era el mejor de la aldea!