Para el primer personaje de nuestro ranking, un escenario difícil no es motivo alguno para temer. Go Mifune, también conocido como Meteoro en la versión latina, enfrenta las adversidades más inesperadas que se podría imaginar, en un auto que no cualquiera domina: el Mach 5. La tenacidad de Go por convertirse en un piloto profesional es puesta a prueba en los rincones más recónditos y complicados del mundo.

A pesar de que el padre de Go quiere verlo lo más lejos posible de las carreras, éste consigue el apoyo necesario en Sanpei, su fiel mono asistente, su hermano Kurio Mifune, y su novia Michi Shimura. Aunque la tarea no es fácil, ya que al frente tiene al competidor Racer X (Corredor X), un hueso duro de roer que no tiene ningún reparo en hacer de las carreras una gran aventura. Pero no nos preocupemos, nuestro osado piloto tampoco tiene la mínima intención de morder el polvo de un piloto incógnito.

Piloto y auto, auto y piloto. Suele decirse en el mundo de las carreras que el automóvil y quien lo maneja son uno solo, y en el caso de nuestro siguiente personaje, esto no podría ser más cierto. Shiro Tomoe es un piloto realmente estupendo, que con la nobleza que le caracteriza demuestra innumerables actuaciones que no dejan a nadie indiferente. Sin embargo, un accidente compromete no solo su brillante carrera sino también su vida, y solamente el motor de su auto, como no podía ser de otra manera, le puede salvar de un terrible desenlace.

Lo que no esperaba Shiro es que su nueva condición le impidiera ser considerado como algo más que una simple pieza del auto. Aún así, sus ganas de volver a las pistas le llevan a un terreno donde solo los pilotos rechazados pero llenos de orgullo pueden correr. Y allí no habrá quien pueda detener sus ganas de vencer.

En el mundo de las carreras, el amor a primera vista también existe… entre auto y piloto, claro está. Akio Asakura, el protagonista de Wangan Midnight, podría ver cualquier cosa ser desechada... todo, menos su Fairlady Z azul, que le lleva a ser un piloto realmente excepcional. Humilde tanto en el asfalto, como fuera de él, Akio aprende a controlar con una destreza inigualable la furia que se desprende de su nueva adquisición.

La exorbitante capacidad de su auto no es suficiente para lograr todas las metas de Akio, ya que al difícil tráfico callejero debe añadirle el nada bueno historial de su auto, que sufrió infinidades de accidentes en el pasado, por lo que necesita encomendarse a su envidiable motivación y ganas de vencer. A pesar de todo, Akio prefiere no enfocarse en el legado de su auto sino en tratar de vencer en su particular competencia al Porsche negro de Tatsuya Shima, su gran rival.

No hay absolutamente nada que un niño con imaginación, empeño y, sobre todo, perseverancia, no pueda conseguir. ¡Capeta Taira es un chico que no conoce imposibles! Alimentando su ambición con el esfuerzo de su padre, Capeta comienza la persecución de su sueño en un auto de karting armado con piezas sobrantes y desgastadas de otros autos, condición que para este chico de 10 años no representa ninguna complicación importante para lograr sus objetivos, debido a su gran adaptabilidad al volante.

En su primer contacto con las pistas, Capeta asombra a propios y extraños debido a su brillantez, velocidad e indiscutible talento. Solo él ve posible alcanzar y rebasar al piloto favorito del circuito, Naomi Minamoto, para más tarde y junto a éste y a Nanako Minamoto, madre de Naomi, formar un equipo donde demuestra a todos por qué puede ser un gran ganador.

Si algo debe hacer un buen piloto es conocer a la perfección todos los detalles de su auto, saber sus cualidades y, sobre todo, adaptarse a las circunstancias que se presenten; de eso sabe, y mucho, Soichi Sugano, un joven que con tan solo 13 años es líder de un equipo destinado a sacar de serios apuros a una sociedad que no sabe cómo manejar otros autos que no sean de inteligencia artificial. Su astucia y conocimiento sobre la manera “anticuada” de manejar, hacen de Soichi un piloto versátil y capaz de controlar distintas situaciones.

No importa si es un Lotus Europa, un Subaru Impreza o Caterham Super Seven, Soichi y sus amigos Lorna Endou y Lisa Sakakino, emprenden una intensa tarea para solucionar el descontrol en el que cayeron los autos a los que han ocasionado numerosos accidentes. El talento de Soichi es digno de resaltar, lo que le lleva a ser considerado como uno de los mejores pilotos del anime.

Para conocer de qué está hecho un verdadero piloto, solamente basta con saber qué hay detrás de sus aspiraciones y motivación. Para Takaya Todoroki, reponerse de un accidente no es más que un paso natural por el que todo piloto debe pasar si es que quiere llegar a la élite de las pistas. Él quiere convertirse en un exitoso piloto de F1, y para lograrlo demanda a su incesante deseo de triunfar, algo que no cualquier piloto conserva.

Rodeado y motivado por personajes que nunca imaginó tener a su lado, Takaya demuestra carrera a carrera cuál debe ser la actitud que se debe tener dentro de las pistas. Al mando de su Todoroki Special, Takaya se convierte en el referente del equipo Katori Motors, mismo que al parecer lo puede ayudar a llegar a lo más alto. ¿Será que lo logra?

J.P. es, posiblemente, el piloto con más estilo de todos, tanto en su look como en su forma de correr. Lo que le falta de delicadeza a sus rivales, él lo demuestra en la pista a la hora de luchar por un puesto en lo más alto, siendo un piloto que se caracteriza por su implacable manejo, una técnica envidiable y una capacidad nada reprochable a la hora de esquivar los duros obstáculos que se le presentan y le llevan a competir al límite.

Para este piloto, Redline es mucho más que una simple carrera; es una oportunidad para demostrar de qué está hecho. La dura competencia y la libertad total de los pilotos participantes hacen que la contienda se vea reducida a la capacidad de cada conductor para sobrepasar las complicadas pruebas que les trae el planeta Roboworld.

Y aunque en ocasiones J.P. puede parecernos bastante arrogante, en sus carreras no solamente busca ganar, sino hacerlo de manera honesta, lidiando al mismo tiempo con la nada sencilla competencia de Sonoshee McLaren, su némesis.

¡Y llegamos al podio de nuestro conteo de los mejores pilotos del anime! El siguiente contendiente es Hayato Kazami, piloto del equipo Sugo. Su presencia en la lista, a diferencia de los anteriores personajes, es algo que ni él se hubiera podido esperar, pero que gracias a su impecable superación es totalmente merecida. El aprendizaje de lo que significa para Hayato ser realmente un piloto le toma por sorpresa, pero una vez se encuentra detrás del volante, su auto no hace más que volar por cada pista por la que pasa.

Inscrito por error en el Cyber System de Asurada por delante del piloto principal, Hayato asume la responsabilidad de representar al equipo Sugo en la décima edición del Cyber Formula Grand Prix. Con el pasar de las carreras, Hayato se afianza de manera tal que ya no es el mismo niño de 14 años que comienza como accidental novato, sino que se convierte en el piloto a vencer por parte de los demás competidores, muchos de ellos veteranos.

La segunda posición se la lleva, de manera holgada, un personaje al que seguramente no le importa hacer lo que esté en sus manos para lograr todos sus objetivos, aunque estos no estén precisamente en una pista de carreras. Él es Bean Bandit, un mensajero de ética dudosa que utiliza toda su destreza para llevar a cabo su trabajo. Su decisión y tenacidad llevan a este enorme y musculoso personaje a ser considerado como un conductor con capacidades y aptitudes al alcance de muy pocos.

Al mando del Roadbuster, y junto a su compañera de entregas Irene Vincent, Bean lleva su trabajo al límite cuando en el traslado por encargo de una niña, se ven involucrados en un secuestro en el que además su pago se ve comprometido. La tarea de Bean es sencilla: utilizar toda su destreza al volante para impedir que su orgullo sea golpeado... después de todo, y como a cada gran piloto, a él siempre le gusta ganar.

¡Bien! El puesto de honor está destinado a un piloto que nos probó a todos que el manejo, la destreza y el instinto, cuando van de la mano, forman una interacción inigualable. Con su desinterés por los autos, Takumi Fujiwara nos demuestra que su capacidad para pilotar un vehículo nace el mismo día que él. Takumi no necesita alardear ni ser el fanático número uno de la velocidad para ser el mejor; simplemente le hace falta su AE86 Trueno... y un poco de empuje por parte de su padre, Bunta Fujiwara.

Para comprobar su temeraria capacidad sobre ruedas, Takumi también recibe el apoyo de Itsuki Takeuchi, su mejor amigo, además del miembro del equipo Akina Speed Stars, Kouichirou Iketani. Su asombroso talento dejó de ser una incógnita para convertirse en la más real de las certezas, en el número uno de las carreras, y con la medalla de oro de nuestro conteo.