Así como varios personajes de esta lista efectivamente se ganan la vida en posición de salaryman, otros tantos también cumplen otro cliché referente a ellos en el anime: el trabajo es tan malo, insalubre o poco satisfactorio, que terminan renunciando. Arata Kaizaki es uno de estos ejemplos, protagonista de ReLIFE y con un pasado ligado al campo, donde se crió. Tiempo más tarde, la adolescencia lo lleva a la gran ciudad por sus estudios y termina como empleado en una empresa, aunque su etapa de salaryman terminó más rápido de lo que esperaba.

Arata termina renunciando por no soportar el ambiente laboral, especialmente porque nadie más parecía molestarse cuando se burlaban de una de sus compañeras de trabajo. Además, la competencia y egoísmo entre supuestos compañeros terminó con el suicidio de la chica abusada, motivo por el cual Arata no solo decide no pertenecer más a esa empresa sino que pierde las ganas de trabajar. Por suerte para él, las casualidades lo terminan devolviendo a sus años de estudiante como parte de un experimento.

Esta serie de 3 OVAs nos plantea el típico triángulo amoroso, pero el protagonista es un joven adulto con poca experiencia en las relaciones, de esos que podríamos considerar como fracasados. En la primera escena que lo vemos, Masuo Fuguno es el típico cliché del salaryman: gafas, traje gris y portafolios lleno de documentos, que terminan empapados en un charco de lluvia tras chocar con otro hombre. Tras el accidente, rápidamente podemos notar las dificultades de Masuo para interactuar, paralizado ante la bella chica que lo ayuda.

La cosa es que Masuo tiene 24 años pero nunca tuvo siquiera una cita con una chica, y preocupado por su futuro decide consultar a una adivina; cuál fue su sorpresa al descubrir que su destino estaba escrito, y supuestamente nunca tendría la posibilidad de estar con una mujer. Más allá de la historia de amor, Yume de Aetera pinta perfectamente uno de los estereotipos más vistos respecto al salaryman, un hombre que debe resignarse a trabajar pero que, aunque no tiene grandes esperanzas de mejorar en su vida mediocre, muy en el fondo sueña con encontrar la felicidad.

En esta otra historia corta y lanzada en formato OVA, bien podríamos elegir a varios de sus protagonistas, pues se trata de un anime centrado específicamente dentro de una compañía —llamada Right Trading Company— y varios de sus empleados. No obstante, no es que sean empleados muy normales, puesto que pertenecen a una división encargada de defender al planeta de amenazas de todo tipo, de esas que solemos ver en series como Super Sentai.

De los protagonistas nos quedamos con Hiroya Matsumoto, un chico que no aspiraba a más que seguir los pasos de su padre como un buen salaryman, pero que de buenas a primeras se vio transformado en líder del grupo Shinesman, obligado a mezclar sus tareas de oficina con eso de combatir monstruos. Claro que cuando vemos la oficina en sí nos genera cierto rechazo por la cantidad de gente conversando, el ruido de los teclados y los teléfonos sonando sin parar, pero bajo los propios estándares del anime, la vida de un salaryman no está nada mal para un Shinesman.

La tragedia suele rodear al salaryman, y el caso de Arata Kaizaki no es el único en el anime. De hecho, Yuusuke Urasawa es un personaje que no necesita ser protagonista para llamarnos la atención, mostrando que una mala vida laboral puede llevar al suicidio como única salida posible. Desde occidente solemos sorprendernos cuando nos cuentan historias de empleados que se quitan la vida —incluso en el propio edificio de la compañía— y aquí vemos un nuevo caso, solo que el proceso se ve alterado por la participación del dios Yato.

Este dios olvidado suele hacernos reír con sus ocurrencias, y a pesar de estar ante un inminente suicidio podemos ver cómo todo se desarrolla entre chistes típicos de Noragami. Resulta que Yuusuke se quedó sin trabajo porque la empresa de publicidad en la que formaba parte se fue a la quiebra; igualmente, ese no es el mayor de sus problemas, ya que se enamoró de una chica que solamente le trajo problemas y lo dejó en la pobreza. ¿Quieres saber cómo termina esta historia? Al menos Yuusuke no pierda la vida tras la —eterna— caída desde la terraza, pero el resto tendrás que verlo tú.

Más acá en el tiempo tenemos a Makoto Takiya, perdido en una serie donde los protagonistas son varios dragones pero aprendiendo poco a poco a llevarse bien con ellos. Al igual que Kobayashi, Makoto trabaja en la empresa Jigokumeguri System Engineering, y generalmente podemos verlo vistiendo camisa con corbata y pantalón de vestir, algo informal pero típico de oficina. Él es alegre, sociable y especialmente colaborativo cuando se trata de Kobayashi, ayudándola en sus tareas incluso cuando suponga más presión para él.

Algo que diferencia a Makoto de otros personajes es que, en secreto, resulta ser un otaku que guarda sus apariencias para aparentar seriedad y madurez en su trabajo, aunque cuando está en confianza realmente actúa como cualquiera de nosotros. Lo otro que lo destaca es que termina viviendo con un dragón, que aunque no tenga absolutamente nada que ver con su trabajo como salaryman, es algo que no podemos obviar.

Aunque en Net-juu no Susume vemos las cosas desde el cristal de Moriko Morikawa, el otro personaje importante —no solo por ser el interés amoroso— es Yuuta Sakurai, un salaryman soltero que vive sin mayores preocupaciones que su videojuego favorito. De hecho, una de las cosas que sacude su vida es el encuentro casual con Moriko, de la que se empieza a enamorar sin saber que también se conocen virtualmente...

No sabemos demasiado sobre el trabajo de Yuuta salvo que generalmente pasa su tiempo junto a Homare Koiwai, su amigo y colega. Al igual que el caso anterior, Yuuta también es un otaryman, un neologismo creado para designar a la persona que trabaja de salaryman pero que en su vida privada resulta ser otaku. Esto podemos verlo porque Yuuta dedica su tiempo a un MMORPG donde juega como Lily, un avatar femenino. De momento, no sabemos si juega para liberar tensiones o trabaja para mantener sus gastos en el juego, pero lo que sabemos es que su vida laboral tiene mucho que ver en su día a día.

¿Qué hemos aprendido hasta ahora? Básicamente, que muchos personajes que trabajan como salaryman buscan “algo” que haga su vida mucho más divertida, incluso llegando a renunciar para perseguir sus sueños. El caso de Kintarou Yajima es totalmente diferente, ya que se transforma en salaryman justamente para sentar cabeza y finalmente “madurar”, pasando al mundo de las responsabilidades ganándose un sueldo de manera honrada.

En sus días anteriores, Kintarou era líder de una pandilla de motociclistas y estaba lejos de querer pasar sus horas en una oficina. Tras la muerte de su esposa, sin embargo, Kintarou empieza una vida nueva para sostener a su pequeño hijo Ryuuta y termina trabajando como salaryman para la empresa Yamato Construction. Desde ahí, nuestro protagonista se transforma en todo un ejemplo a seguir, demostrándonos que el mundo laboral puede ser duro, pero que es mejor llevarlo con dignidad y orgullo.

Yutaka Hasebe es, según él mismo, uno de los mejores empleados que podríamos encontrar. Si está tan alto en la lista no es solo porque sea bueno en su tarea, sino porque además es un salaryman en una posición que muchos de nosotros no quisiéramos tener nunca: trabaja en una oficina gubernamental, pero además, tiene que lidiar con las quejas de los ciudadanos… ¡y sabemos que rara vez son amables! Así todo, Yutaka se toma su trabajo con el mejor de los humores, bordeando la línea entre la displicencia y la responsabilidad bien asumida.

Dentro o fuera de la oficina, Yutaka es todo un seductor, pero aunque nunca desperdicia la oportunidad para acercarse a bellas chicas —incluso si son clientas, más allá de la ética laboral—, su corazón pertenece a una de sus compañeras, Lucy Yamagami. Realmente, se torna bastante divertido ver cómo trabajan Yutaka y los demás, aunque su relación laboral y sentimental con Lucy dependa de un secreto referente al padre del chico.

Llevamos ya varios personajes en nuestro repaso, y todos ellos dependían de su salario en mayor o menor medida. El caso de Taihei Doma es un tanto distinto, pues a pesar de vivir por su cuenta y conseguirse un empleo para lograr mantenerse, no deja de ser el hijo de un importante empresario, por lo que bien podría vivir de privilegios o ni siquiera trabajar. De hecho, no solo es buen trabajador sino que hasta se hace cargo de muchas tareas del hogar… a pesar de su “particular” hermana, que poco le facilita la vida.

Claramente tenemos personalidades muy distintas entre Umaru y Taihei, pues ella es la hermana menor, irresponsable y caprichosa, mientras que Taihei es responsable, centrado, educado y muy paciente, soportando los berrinches de su hermana. En su trabajo él tampoco es menos voluntarioso o servicial, y lo demuestra también haciéndose cargo muchas veces de los problemas de su amigo Takeshi, más conocido como Bomber. Aunque no lo vemos tanto tiempo en su oficina, basta ver cómo es con su amigo y su hermana para imaginarnos que seguro hace su tarea y agacha la cabeza sin chistar, pero no queremos ni imaginarnos cómo sería si un día se rebelase ante todo...

Llegamos a la cima con el que, para nosotros, es por lejos el mejor salaryman visto en el anime ya que, aunque otros puedan ser los mejores en el cargo o excelentes como compañeros, no muchos tienen una posición tan cool como Keiichiro Aoyama. Dai-Guard tiene ya unos cuantos años, es cierto, pero su trama es bastante interesante pues pone a 3 trabajadores de oficina al mando de un mecha gigantesco en un intento por salvar al planeta de una terrible amenaza alienígena. Claro, algo similar ya lo vimos con Shinesman, pero ahora lo tenemos mucho mejor trabajado, pues 26 episodios son mejores que un par de OVAs.

Keiichiro podría ser tomado como un simple héroe, como tantos otros, pero lo bueno de este anime es que las relaciones laborales —e incluso entre la empresa en la que ellos trabajan y su competencia— están bastante cuidadas. Este hombre es todo un seductor, comparable con Yutaka Hasebe, pero podemos ver que en el fondo también se preocupa mucho por su madre enferma, aunque mantiene la situación en secreto sin importar lo que piensen los demás cada vez que se ausenta del trabajo o se retira antes de tiempo. Sin dudas, Keiichiro es un personaje con mucha profundidad y desarrollo, y ser un salaryman está lejos de ser un accesorio.