Los Oms son seres de proporciones gigantescas con cuerpo similar al de una larva superdesarrollada. Dotados de un duro exoesqueleto que puede resistir sin problemas los ataques de la mayoría de las armas humanas y coronados por varias hileras de ojos a lo largo de sus cuerpos segmentados, parecen ser una amenaza digna de temer. Sin embargo, tienen una naturaleza pacífica, y sólo entran en un estado de frenesí destructivo cuando alguna criatura del Mar de la Corrupción es asesinada. A pesar de su apariencia, son seres muy sensibles con un marcado respeto por la vida que incluso lloran cuando se ven obligados a matar.

Nausicaä aprende a comunicarse con ellos y puede comprender su naturaleza pacífica y su importancia como entes que posibilitan la vida vegetal y la armonía, y por ello se embarca en una cruzada para detener la guerra absurda en contra de estas criaturas. Sólo un corazón tan puro como el que ella tiene puede superar el miedo irracional que se desprende de su apariencia y dar todo de sí por lo que sabe justo.

¿Una prenda marinera viviente puede ser vista como un ser fantástico? Seguramente muchos de ustedes se pregunten eso con el ceño fruncido. Y es que para entenderlo tienen que saber, primero que nada, que no se trata de cualquier traje. Es una Prenda Divina: tiene personalidad propia (es protector, impulsivo y ser planchado le provoca un placer indescriptible) y sus habilidades son realmente increíbles, pudiendo transformarse en distintos niveles de ropa de combate y en formas de transporte que le permiten, por ejemplo, volar.

Al ser de categoría divina, el traje le garantiza a Ryuko, su portadora, habilidades mucho más allá del límite humano, pero a cambio debe pagar con su propia sangre. Literalmente, Senketsu debe absorber la sangre de la chica para funcionar. Y además le exige que no se avergüence de su propio cuerpo: en su forma de combate, cubre tan sólo unos centímetros de cintura y la parte superior de los pechos, además de las piernas, los brazos y los hombros. Esto se debe a que el contacto con el material del que está hecho el traje es peligroso para el cuerpo humano, así que debe tener el menor rango de roce posible. Definitivamente es un ser fascinante.

Aquellos seres que no pueden morir están condenados a vagar eternamente soportando el rechazo de las criaturas de existencia efímera. Su presencia misma es una maldición, una carga insoportable a sus espaldas. Los Ajin son inmortales, o más bien, pueden morir y volver a la vida una y otra vez curando todas sus heridas. Por eso mismo son señalados y perseguidos por los seres humanos, quienes buscan capturarlos para someterlos a tortuosos procesos de experimentación. Como siempre, buscan diezmar a todo aquello a lo que no comprenden, a todo aquello que va un paso más allá.

Además de su capacidad para vivir de forma perpetua, estos seres poseen habilidades sobrenaturales que pueden usar para luchar, como su capacidad para crear uno o varios Fantasmas Negros que pueden tener autonomía basándose en la personalidad del Ajin que los convocó.

Kei Nagai vive su vida de forma despreocupada hasta que, un día, sobrevive ileso a un accidente de coche potencialmente mortal para cualquier ser humano. Desde entonces, su existencia como Ajin se revela a ojos de todos, y desde entonces empieza a cargar consigo un estigma interminable.

Algunas almas no pueden o no quieren encontrar su camino hacia la Sociedad de Almas y permanecen en el mundo humano durante demasiado tiempo, corrompiéndose. Así nacen los Hollow, espíritus huecos o sin corazón que se dedican a sembrar el caos y devorar las almas de los humanos. Su erradicación suele darles bastante trabajo a los Shinigami, quienes están encargados de mantener el equilibrio en el mundo espiritual.

Pero cuando un número elevado de Hollows se agrupan y pasan a formar un único ser, se vuelven una amenaza colosal: los Menos. Generalmente nacen cuando las almas humanas ya no pueden llenar la vacuidad en el interior de un Hollow y este empieza a consumir a otros como él en un acto de canibalismo. El Menos Grande es una fusión de proporciones gigantescas de numerosos Menos que se atraen entre sí. Sin embargo, a pesar de su poder destructivo, es poco común que se presenten en el mundo humano, puesto que suelen habitar la mayor parte del tiempo en el Hueco Mundo. Cuando lo hacen, sólo los Shinigami de élite pueden hacerles frente.

Este ciervo anciano de poderosa presencia es nada más y nada menos que el Dios de la Vida y la Muerte. Su espíritu está profundamente arraigado a la naturaleza, y su vida está solo al servicio de la armonía. Por eso mismo nunca toma partido en los conflictos entre las criaturas, y es el ejemplo perfecto para entender cómo es eso de que para este tipo de seres no existe el bien ni el mal. Él se encarga de mantener el equilibrio en el bosque, y eso implica tanto promover la vida y el crecimiento como hacer morir aquello a lo cual le llegó su tiempo. Puede ser en un momento una fuente de energía curativa y en otro una marea venenosa.

Entre otras habilidades, tiene la capacidad de sanar a los demás, tal como hizo con la herida de bala de Ashitaka y de convertirse, al caer la noche, en una figura humanoide que deambula bajo el firmamento cerrado. Sólo se vuelve débil mientras se encuentra en dicho proceso de transformación.
No es extraño que una fuente de equilibrio tan grande como es el Espíritu del Bosque pueda llevar dentro de sí, también, una concentración inmensa de caos y muerte, como opuesto necesario para que exista la energía que le dedica a la armonía.

Seres peligrosos y hambrientos de carne humana que pueden tener la inteligencia suficiente como para pasar desapercibidos. La naturaleza de los Yomas puede ser resumida en esas pocas palabras. Al menos así sería si no existieran las Claymores y, junto a ellas, el tan temido despertar.

El mundo está plagado de Yomas menores que se ocultan en los pueblos usando su capacidad de tomar forma humana para cometer asesinatos y así poder alimentarse. Las Claymores son mujeres guerreras entrenadas e intervenidas por La Organización, cuyo cuerpo es mitad humano y mitad Yoma. Ellas se dedican a encontrar a estos seres monstruosos, sus consanguíneos, y erradicarlos. Su principal preocupación debe ser siempre mantener templado su Yoki, sin doblarse nunca ante un sentimiento o un estado de ánimo que se salga de control y las desborde. Si no lo logran, se produce el despertar: se transforman en Yomas totalmente superiores a aquellos contra los que solía combatir, dotados de una gran inteligencia y un poder muy por encima de su forma anterior. Pueden tener cuerpos muy diversos, desde rasgos animales hasta estructuras musculares irreconocibles, y sus características varían mucho de uno a otro. Por ejemplo, algunos pueden regenerar sus miembros, otros tienen alas que les permiten volar y otros alcanzan una agilidad insuperable. Todo depende del poder de la Claymore de la que provienen.

¿Qué tanto absorbemos del mundo a nuestro alrededor? ¿Qué tanto hay de verdadero en nosotros, de sincero? Kaonashi (Sin Rostro) es un ser espiritual que, a pesar de sus hábitos tímidos y solitarios, no puede evitar verse permanentemente afectado por el ambiente y las criaturas que tiene cerca. Cuando Chihiro lo ve por primera vez, tiene una forma alargada, oscura y etérea, donde lo único que resulta llamativo es la máscara blanca que lleva por rostro. Pero conforme toma contacto con los habitantes de la casa de baños termales, su personalidad y su aspecto se transforman, corrompiéndose de forma similar a ellos,asi como si se tratara de un reflejo de sus almas negras.

Kanaoshi tiene la capacidad de ganar las propiedades físicas y emocionales de las criaturas a las que devora. A diferencia de lo que puede parecer a simple vista, su boca es enorme y está situada varios centímetros por debajo de la máscara, por lo que verlo comer resulta un espectáculo salvaje. A pesar de todo, tiene una sensibilidad como pocas, e intenta ganar a los demás haciéndoles obsequios tales como pepitas de oro que crea desde su cuerpo. Claro que con esto la mayoría de las veces sólo logra descubrir la avaricia que hay en los demás. Chihiro se convierte en su única esperanza y salvación, y Kanaoshi la sigue y la ayuda, intentando captar la pureza que hay en ella.

Las Brujas, en Madoka, tienen un origen terrible. Nacen cuando una Mahou Shoujo usa sus poderes hasta el límite, provocando que su Gema del Alma se contamine por completo. Aparecen rodeadas por un laberinto que se forma a partir de las experiencias de vida y los deseos más profundos de la Mahou Shoujo, pero distorsionados y corrompidos hasta el núcleo. Representan la desesperación y la tristeza de los corazones humanos, así como también el caos absoluto y destructor. Existen por la fuerza de la entropía: son el contrapeso necesario para todos los actos de armonía en el mundo. Sus poderes son aplastantes, especialmente los de aquella que aparece en la Noche de Walpurgis. Afectan a los humanos induciéndolos a la desazón más profunda e incluso instándolos al suicidio. Por esta razón, son perseguidas por las Chicas Mágicas y al caer muertas dejan tras de sí una Semilla de la Corrupción que sirve para limpiar las Gemas del Alma.

Los Shinigamis son los Dioses de la Muerte y viven en un mundo distinto al de los seres humanos, uno árido y vacío en donde se pasan la mayor parte del tiempo apostando entre sí. Cada uno de ellos es dueño de una Death Note en la que puede escribir nombres de personas, matándolas instantáneamente y tomando el tiempo de vida que les quedaba para extender la suya propia. Para hacerlo utilizan sus Ojos de Shinigami, que les muestran el nombre y el tiempo restante de vida de cualquier criatura. Pueden llegar a vivir eternamente, pero sin embargo no son inmortales. Estos seres fantásticos envejecen y luego dejan de existir, convirtiéndose en polvo, si permiten que sus años se acaben a raíz de no escribir nombres en su Death Note. También mueren si la usan para salvar una vida humana, como le ocurrió a Jealous cuando evitó que asesinaran a Misa Amane, de quien se había enamorado.

Algunas veces, por simple aburrimiento, dejan caer su Death Note al mundo humano y deben seguir hasta su muerte a aquel que la encuentre y se convierta en su portador. Eso mismo es lo que hizo Ryuk con Light Yagami, y su tedio quedó definitivamente a un lado.

¿Alguna vez se preguntaron qué forma de vida reinaría en el planeta si los seres humanos no existiéramos? Pensemos por un momento en nosotros mismos tan sólo como una de las muchas posibilidades que podrían haberse desarrollado. En Evangelion, la humanidad lucha con toda su capacidad contra diecisiete Ángeles que, uno a uno, protagonizan severos intentos de destrucción del mundo. Parecen tener una meta muy clara: la erradicación de nuestra especie. En un intento desaforado de desplegar su propia existencia tal como nosotros lo hicimos, imponiéndonos, los Ángeles atacan una y otra vez sin piedad. Según se dice, comieron de la Fruta del Conocimiento y de la Vida, y eso los hace sumamente inteligentes y poderosos a pesar de sus aspectos enrarecidos y complejos. Véanlo así: toda la humanidad junta, acoplada y fusionada hasta formar un solo ser, forma al decimoctavo ángel que se supo imponer por sobre los demás.