A ver, empecemos aclarando que casi todo juego de disparos ha estado siempre vinculado a la política, poniéndonos en el medio de una guerra entre naciones o incluso en una guerra civil o con terroristas. En este caso, podríamos hablar de Call of Duty, Counter Strike, Gears of War o cualquier otra saga del estilo, pero ¿hay algo más político que un juego creado por el propio Ejército de los Estados Unidos?

America’s Army: Proving Grounds es un juego muy divertido y bien logrado, pero que tiene el atractivo extra de hacerte sentir parte del ejército, pues el objetivo principal del “juego” fue utilizarlo como entrenamiento para los soldados y como elemento adoctrinante para los posibles reclutas. Obviamente, esto implica que los ejercicios, mapas, enemigos y tácticas que vemos al jugar están inspirados en política real, pero en una forma muy distinta a los juegos inspirados por la historia y la ficción.

Con una versión básica genial y varias expansiones que le dan todavía más personalidad y vida, Democracy 3 es una de las mejores entregas de esta franquicia, poniéndonos al frente de una nación donde, teóricamente, reina la democracia. En cuanto a jugabilidad, esto implica que cada acción que tomemos tendrá un mayor o menor impacto en los ciudadanos, que no dudarán en hacernos sentir su parecer ya sea colaborando con nuestro gobierno o situándose como los más grandes opositores.

El juego nos lleva a crear un partido político y definir las reglas electorales, para luego intentar alcanzar la cima política y gobernar de la mejor manera posible. Como suele suceder en este tipo de juegos —y como verás en varios de esta misma lista—, las mecánicas se basan en la gestión, la simulación y el revisar muchísimos datos y planillas, algo que puede resultar aburrido para muchos pero extremadamente adictivo para otros. ¿Cómo gestionarías los recursos de un país? ¿Cómo reaccionarías a una huelga en tu contra? ¿Podrías mejorar la economía de la nación sin perder inversión o poder político? Es fácil criticar al gobierno de turno, pero realmente debes ponerte a prueba en Democracy 3...

Que un juego toque temas políticos no necesariamente significa que tengamos que tener guerras o pertenecer al más alto círculo de gobierno. ¡También se hace política en las calles! En This Is The Police, como el propio título del juego lo explica, nosotros tomamos el papel de la policía de una ciudad donde el crimen y la corrupción van de la mano. Controlando al jefe Jack Boyd, apenas tenemos 6 meses por delante antes de que nos retiren del cargo, y depende de nosotros irnos por la puerta grande y salvar la ciudad o aprovechar para llenarnos los bolsillos de dinero sucio… bueno, no es que sea tan opcional, porque nuestro objetivo siempre será ganar medio millón, por la vía que elijamos.

En un principio, este juego aparenta ser un simulador donde únicamente tenemos que gestionar la cantidad de efectivos policiales que destinamos a cierta situación o si, de hecho, siquiera enviamos policías o hacemos la vista gorda en función de atender un caso más grave. ¿Cómo no obviar el robo a una anciana si en la otra punta de la ciudad hay un atraco al banco y tomaron rehenes? Si no te parecía lo suficientemente político, la cosa se pone divertida cuando los dos candidatos a la alcaldía de la ciudad entran en juego, dando lugar a un enfrentamiento entre los propios policías, la mafia local y nuestros intereses. ¡La traición está a la orden del día!

Atención a The Republia Times, pues resulta ser un juego muy pero muy divertido y que escapa a toda norma. Este juego independiente fue desarrollado por Lucas Pope, y lo podemos jugar simplemente con tener acceso a un navegador web. Aquí nuestro trabajo es el de editor general de un periódico, y aunque parezca algo simple y aburrido, una vez conoces la historia del juego se vuelve tan atractivo como siniestro y político.

The Republia Times es un periódico controlado por el gobierno, y aunque el salario podría hacernos olvidar por un momento nuestra convicción política, como editor somos otro de los tantos ciudadanos inconformes y opositores. ¿Y qué pasa cuando el gobierno, conociendo nuestra postura, amenaza de muerte a nuestra esposa e hijos? Tragándonos nuestro propio orgullo, el objetivo del juego es elegir cuidadosamente las noticias del día y cómo las organizamos dentro de la publicación, alcanzando cada vez más público y expandiendo un pensamiento que no compartimos —y de hecho odiamos— simplemente para mantener a nuestra familia con vida. Así de oscuro como lo leen, es algo que ha pasado en varios regímenes políticos, incluso al día de hoy…

Renaissance es la tercer expansión de The Guild 2, un juego que había debutado allá por el año 2006. Si bien existen varios modos de juego, el tema central es la política europea del siglo XV, donde el crecimiento del comercio generó rencillas que, a su vez, alteraron el mapa político de todo un continente. Ya sea contra jugadores controlados por la CPU o contra otras personas, The Guild saca a relucir nuestra inteligencia política para formar alianzas, imponer nuestro nombre o simplemente eliminar a la competencia.

The Guild analiza la política desde una perspectiva que no siempre vemos, pues si bien solemos estudiar a “los políticos” como un grupo social bien definido, aquí simplemente los vemos como personas normales que de golpe adquieren poder y dinero, alimentando su propia sed de dominación. El objetivo es imponer nuestra dinastía y alzarnos sobre nuestros rivales, utilizando la estrategia y la inteligencia, pero también nuestro creciente poder.

Tropico es una de las sagas de simulación política más conocidas y exitosas, y en su quinta entrega llegó renovada y con un montón de mejoras significativas a su jugabilidad. De la era colonial a la era moderna, el objetivo es crear una nación fuerte y sustentable, que cumpla determinados objetivos y satisfaga las necesidades de sus habitantes… sin olvidar las intenciones que podemos tener nosotros como gobernantes, claro está.

Sin dudas, la mejor novedad y el modo de juego más interesante en Tropico 5 es la posibilidad de compartir la isla con otros jugadores, donde cada uno verá crecer a su nación. En un principio, la diplomacia será un gran aliado para compartir recursos y crecer junto a cierto compañero de juego, pero la posibilidad latente de una declaración de guerra siempre es algo a tener en cuenta. En última instancia, lo que nos importa es nuestra nación, ¿no? Los vecinos son simple moneda de cambio, aliados cuando nos conviene y enemigos cuando nos creamos capaces de eliminarlos o robarles sus recursos… ¡oh, la política!

Por fin llegamos al que, para muchos, es el mejor juego de simulación política que existe… sin dejar de lado que, seguramente por eso mismo, es uno de los más densos y difíciles de entender para sacar su máximo potencial. Victoria es una saga que se destaca por su nivel de profundidad y la búsqueda del realismo con sus incontables variables, ¡y esta segunda edición sí que lo deja en claro!

Estamos en el siglo XIX y principio del siglo XX, por lo que toda Europa y sus alrededores son un caldo de cultivo para guerras y colonizaciones de todo tipo. ¿Te imaginas tener la opción de elegir entre más de 200 naciones? ¿Y qué tal si pudieras controlarlas en aspectos culturales como la religión o la ideología, basándote en varias formas de gobierno para hacer crecer la economía, la educación, el trabajo o las fuerzas de guerra? Déjanos decirte que todo eso es poco en comparación a las posibilidades reales de Victoria II.

Vamos, sabemos lo que estás pensando: “¡por fin un juego que conozco!”, y la verdad es que la política es un tema que resulta un nicho en los videojuegos, pero que tantos otros lo han aprovechado para disparar sus historias. En representación de todos ellos, hablemos de Suikoden 2, un JRPG que manejó de muy buena manera la política incluso para los estándares de su época.

La invasión del Reino de Highland a la ciudad-estado de Jowston es el evento principal del juego, y así pasamos a convertirnos en el héroe que liderará la resistencia y se encarga de reclutar la mayor cantidad de aliados posible. Obviamente, aquí hay batallas a gran escala y también una intrigante trama política, que inicia con una traición y su justificación para invadir tierras enemigas. Quizás su aspecto y el sistema de juego nos lleven a pensar que no hay tanta política como parece, pero la verdad es que incluso si la historia resulta lineal y predecible, no deja de ser un juego fabuloso con buen uso de la política como trasfondo.

Piensa en política, y piensa en un sistema de gobierno icónico en la historia reciente. ¿Verdad que una de tus opciones es el socialismo soviético? Bueno, tal vez pensaste en los nazis, pero más bien son el enemigo genérico de los juegos FPS. Crisis in the Kremlin es un juegazo espectacular, con el añadido de haber nacido cuando la Guerra Fría todavía se encontraba fresca y la caída de la U.R.S.S. ya se intuía; de hecho, en el juego podemos ver varios eventos reales como el accidente nuclear de Chernobyl, donde decidiremos cómo reaccionar según nuestros intereses y planes para salvar el régimen.

Además de su capa de humor, Crisis in the Kremlin tiene un sistema de gestión simple de entender pero que puede resultar complejo, aderezado con situaciones y personajes históricos como Boris Yeltsin, Mikhail Gorbachov o Yegor Ligachyov, que agregan valor político. Si logramos salvar a la Unión Soviética más allá de 1991, una serie de curiosos eventos ficticios también nos pondrán a prueba, tanto a nivel político como con ciertas catástrofes o el desarrollo de tecnologías que ni siquiera el mundo real ha visto aún. ¿Te imaginas como encargado de mantener en pie a la Unión Soviética, con sus conflictos internos, el manejo de la KGB y su relación con el mundo? Reagan hablaba del “imperio del mal”, pero ahora todo depende de nosotros mismos.

Manteniendo ese espíritu de Europa del Este, nuevamente aparece Lucas Pope en esta lista. Sorprendiéndonos a todos con una idea con fuerte contenido político y una mecánica poco explorada, Papers, Please nos hace vivir la jornada laboral de un agente de inmigración en la conflictiva nación de Arstotzka; allí, nuestra tarea es muy simple: permitir el paso de quienes cuentan con la documentación necesaria y devolver a quienes tienen incompleto el trámite, sin olvidar la detención de los falsificadores ni poner en riesgo a nuestra nación ante el ingreso de personas peligrosas.

Ante los diferentes hechos que se dan diariamente y el creciente temor entre ciertas sociedades, la política de inmigración se ha vuelto un tema delicado y muy importante. Papers, Please supone un reto en todo momento pues un mínimo error nos hará perder dinero, pero también podría significar un enorme problema para Arstotzka. De hecho, hasta nuestra propia moral está en juego ante algunos inmigrantes que tocarán nuestra fibra íntima para convencernos de entrar incluso si no cuentan con todos sus documentos al día. En definitiva, este juego es un buen reto mental que no desaprovecha la oportunidad para dejarnos una moraleja política, y si sumamos Papers, Please a lo ya visto en The Republia Times, no podemos más que ponernos ansiosos por el próximo trabajo de Lucas Pope en cuanto a videojuegos políticos.