The Legend of Zelda: Majora’s Mask no es tu Zelda promedio. Esto lo deja bastante claro desde sus primeros segundos de juego. El ambiente se siente tenso y una pesadumbre te invade desde el primer momento que Link pisa. Algo no está bien en este juego y mientras intentas determinar qué es, un perturbador hombre se te acerca. Es el Happy Mask Salesman, quien te recibe con su icónica frase: “Te has encontrado con destino terrible, ¿no es así?” Oh, vaya.

Pero eso no es todo, ¿recuerdas el ejemplo de la bomba que pusimos en la introducción de este artículo? Ahora reemplaza la bomba con una luna con rostro psicópata que destruirá tu pueblo en tres días. La destrucción se acerca y tienes al mundo (y hasta su satélite) en tu contra. Ningún Zeldao el de Majora’s Mask.

Oxenfree te pone en el papel de Alex, una joven que viaja junto con sus amigos y hermanastro a una isla para pasar un buen rato. Poco después de que llegan, despiertan fuerzas sobrenaturales más allá de su comprensión que amenazarán con terminar su vida. Como si esto no fuera suficiente, el estrés de la situación complica sus relaciones personales y provoca choques entre los grupos. Tendrás que navegar estas situaciones sociales por medio de las opciones de diálogos que el juego te presenta, donde, como ocurre en la vida real, no siempre puedes salir bien librado.

Un punto sumamente fuerte de este videojuego es el hecho de que lo creíbles que son los diálogos de todos los protagonistas. Los jóvenes de Oxenfree hablan como lo haría una persona real. Así que a pesar de estar inspirado en películas clásicas de adolescentes, cuando los eventos paranormales comienzan a ocurrir, se percibe tensión real en sus voces. Por buena parte del juego, el misterio de la situación reina, por lo que poco a poco tienes que ir armando la historia del juego por medio de las pequeñas pistas que captas con tu radio portátil. Con ideas interesantes y un estilo de arte llamativo, Oxenfree vale tu tiempo.

A primera vista podrías pensar que los juegos de 8 y 16 bits serían incapaces de provocar suspenso de generar terror, sin embargo, Clock Tower logra ambas cosas. Uno de los pioneros del género de Survival Horror en los videojuegos, Clock Tower te pone en el papel de Jeniffer, una joven huérfana que tras ser adoptada comienza a vivir una pesadilla en su nuevo hogar. El terrorífico Scissorman comienza a perseguirlas y a asesinar a todos.

El juego es un Point and Click por lo que la exploración es muy importante en Clock Tower. Además de ayudar con el ambiente del juego, este sistema de control hace más terrorífica la experiencia al, irónicamente, limitarte el control que tienes sobre Jeniffer. Scissorman se acerca hacia ti lentamente, pero cuando no puedes huir tan fácilmente como te gustaría, el pánico te consume.

Until Dawn toma inspiración de las clásicas películas de Terror, donde un grupo de amigos se reúne en un lugar lejano y comienzan a ser perseguidos por un psicópata asesino que los obliga a huir para sobrevivir. Sin embargo, fenómenos sobrenaturales comienzan a ocurrir que cambian la percepción que tienes de la historia. Y aunque la personalidad de los personajes sigue los estereotipos clásicos de las películas de terror, Until Dawn los sabe utilizar a su favor y, contrario a lo que podrías esperar, da profundidad a sus protagonistas.

El juego crea suspenso al ponerte en control de cada uno de los jóvenes en la cabaña. En tus manos está su futuro, por lo que cada decisión que tomas puede impactar sus probabilidades de supervivencia. Y no solo nos referimos a los diálogos o a eventos QuickTime, sino también a la cantidad de exploración que hagas para descubrir las pistas que Until Dawn te brinda para descubrir el secreto que oculta este juego bajo su máscara de película de Terror.

Limbo es el ejemplo perfecto de “Menos es más”. Cero diálogo, ninguna explicación, exploración pura. Esta es la filosofía que Limbo adopta con gran éxito. Sin tener que recurrir a elementos externos al gameplay mismo, Limbo transmite eficazmente tanto sus mecánicas como los temas del juego. Pocos videojuegos pueden presumir de esto.

El ambiente es oscuro y tétrico como un mundo de sombras, donde todo es un peligro. Los desafíos que este juego de plataformas te plantea logran que te sientas oprimido y amenazado. Ciertas sorpresas que no pensamos arruinar aquí despiertan miedos antiguos que venimos acarreando desde que los humanos vivíamos en cavernas. Y cuando el juego te hace caminar hacia ellos, dándote tiempo suficiente para que te des cuenta lo que está a punto de ocurrir, bueno, solo diremos que te provocará mucha ansiedad.

Alan Wake, como presume la portada del juego, es un Thriller Psicológico donde el protagonista homónimo intenta descifrar la desaparición de su esposa al mismo tiempo que experimenta los acontecimientos de una novela que no recuerda haber escrito. El juego nos recuerda a programas de misterio como Twin Peaks, no solo en los temas que aborda, sino también en su formato episódico. Alan Wake debe también su existencia a los libros de Stephen King, autor a quien es evidente que el videojuego admira, por lo que si disfrutas la obra de King, probablemente adores este juego también.

La ambientación de Alan Wake ayuda mucho a generar el suspenso. La naturaleza y el bosque donde sucede la aventura puede cambiar de inmediato de un pasaje tranquilo y relajante a un lugar de peligro constante, donde la muerte parece inminente. Esto es, sin duda, la mayor fortaleza de Alan Wake. No tendrás momento de descanso en Alan Wake, sentirás que tu vida peligra en todo momento y que una nueva amenaza, misteriosa y oculta, te espera donde menos imaginas.

Telltale Games hoy en día es un desarrollador sumamente reconocido y aclamado. Se volvieron populares gracias a sus juegos dirigidos por la narración donde las decisiones que tomas cambian (hasta cierto punto) el curso de la historia. Y aunque este estilo particular se lo deben a sus raíces en LucasArts, su trabajo con The Walking Dead les concedió voz e identidad propias. Esto no es para menos, The Walking Dead: The Game es uno de los mejores videojuegos que tienen en su repertorio y no nos sorprende en lo absoluto que les haya ganado tal reconocimiento.

The Walking Dead: The Game destaca entre tantos títulos con zombies debido a que no se centra en los monstruos, sino en la desesperada lucha de un grupo de humanos por sobrevivir. Esto permite crear situaciones mucho más tensas y desgarradoras. Después de todo, las motivaciones de los zombies son bastante predecibles y se limitan a comer y cazar, pero uno nunca sabe de lo que es capaz un humano que se encuentra contra la pared. Además, la inclusión de la pequeña Clementine saca a relucir nuestros instintos paternales o maternales, obligándonos a tener una relación más involucrada con el juego.

The Last of Us comparte algunas similitudes con nuestra entrada anterior: ambos incluyen una especie de zombies como enemigos principales, aunque la fuerza emotiva radique en sus personajes humanos y tienes a una joven como compañera (que se lleva el juego). Tanto The Last of Us como The Walking Dead brillan ya sea dentro del género de zombies o comparado contra otros videojuegos. A pesar de la fortaleza de ambos, The Last of Us es el mejor de los dos debido a lo logrados que están todos sus temas.

Para que algo logre ponernos en suspenso, debemos sentirnos involucrados en la historia o deben importarnos los personajes. The Last of Us logra ambas cosas con su grandioso libreto que humaniza a Joel, a Ellie y al resto de su memorable elenco. Esta obra maestra de los videojuegos te tiene mordiéndote las uñas de inicio a fin mientras te preguntas cómo estas personas sobrevivirán la catástrofe sin perder lo que nos hace seres humanos. Pocas veces te encariñarás tanto con los protagonistas de un juego como en The Last of Us.

System Shock es el hermano mayor, pero poco apreciado de Bioshock. Considerado como un clásico de culto, pero un fracaso comercial, System Shock orgullosamente influyó en gran medida en el diseño de FPS modernos. La combinación de elementos RPG con gameplay de acción es algo a lo que Mass Effect nos ha acostumbrado ya, pero fue System Shock, y su secuela a un mayor nivel, uno de los pioneros en una genial implementación de estas ideas.
System Shock 2 no solo te hace dudar de los escenarios que transitas, sino del juego mismo. Los giros inesperados del libreto cambian por completo lo que habías experimentado hasta ese entonces. Si jugaste el primer Bioshock, puedes darte una idea de lo que nos referimos.

A pesar del alto nivel de personalización y un muy pulido sistema de juego, quizá el factor más memorable de System Shock 2 sea la forma sutil en la que se metía en tu cabeza para perturbarte y alterarte. Despiertas en una nave donde todos sus tripulantes han muerto o han sido transfigurados en abominaciones. Ya sea por medio de grabaciones lúgubres dejadas por la desafortunada tripulación o los trágicos monstruos que encuentras, System Shock 2 te sacude hasta la médula.

Alien es un filme revolucionario del director Scott Ridley. Su filme provoca estrés y ansiedad en el espectador al desviarse de las expectativas que vienen junto con las películas de terror convencionales. Ridley logra esto al apelar a nuestro miedo primitivo de lo desconocido y oculto y de la soledad. Y para evocar el terror se toma su tiempo, permite que lo que vemos nos permee y anticipemos con ansiedad lo que está por venir. Ridley parece haber aprendido de Hitchcock.

Todo esto viene a colación para explicar una de las razones porqué Alien: Colonial Marines dejó mucho que desear como representante de esta importante franquicia. Colonial Marines prefería brincar a la acción lo más rápido posible, traicionando así el espíritu de la película. Por suerte, Alien Isolation llegó para cambiar esta situación.

La meta principal de este juego parece ser recrear lo que Ridley logró en 1979 con Alien. Alien Isolation no teme tomar las cosas con calma, pues sabe que de esta forma, los momentos de tensión tienen mucho más impacto. Empiezas viajando a través de la nave sin demasiada complicación, pero en momentos de tensión tendrás que esconderte y avanzar con cuidado, pues las amenazas del espacio no son unas que puedas acabar con facilidad. En el espacio nadie te escucha gritar.