A la hora de filosofar, veremos que muchos de estos videojuegos bien podrían ser catalogados como “experiencias interactivas”, ya que lejos de querer divertirnos o distraernos por un rato,. solamente buscan ponernos en determinadas situaciones para transmitir una idea o forzar un pensamiento. ¿Qué pasa con Pregnancy? Nos hace ver cómo una pequeña de 14 años tiene que lidiar con una violación y un embarazo no deseado.

Tanto por los que están a favor como en contra del aborto, la forma en la que este juego plantea la idea puede ser igualmente criticable, incluso por banalizar ciertos aspectos. De todas maneras, detengámonos en la pregunta que Pregnancy deja en claro: ¿está bien abortar un hijo que llega tras una experiencia tan traumática e involuntaria? El golpe es que esto no le sucede a una señora ya madura —que bien podría— sino a una adolescente. Nosotros no tomamos partido por ninguna de las opciones, pero sí que este es un buen escenario para comenzar el debate en cuanto a ética, salud y legalidad.

¿Quién es Alan Watts? Este británico es un filósofo y experto en religión que saltó a la fama por su interpretación de la filosofía y religión de Asia al transmitirla en occidente. Obviamente, ninguna traducción tiene la misma calidad de la idea original ni escapa a los elementos subjetivos, motivo por el que muchos siguen discutiendo las enseñanzas de Watts. Así todo, este hombre es la figura central detrás de la concepción y creación de Everything, un videojuego que lo tiene como narrador.

En la parte más técnica, la voz de Watts filosofa sobre el significado de un “todo” y la dependencia entre un objeto —abstracto o no— y su opuesto. Para que algo “sea”, tiene que existir algo que “no lo sea”; la descripción por el opuesto. Más allá de esa discusión lógica, Everything es una experiencia surrealista donde literalmente se nos ofrece la posibilidad de ser o tener “cualquier cosa”, lo que también nos lleva a filosofar sobre la creación de mundos, las necesidades puestas en ello, la utilidad, las reglas que se nos imponen… ¡y mucho más!

Además de ser un Simulador con cierta dosis de dificultad que lo mantiene interesante conforme pasan las horas de juego, Papers, Please es un videojuegos con alto nivel de contenido político-social que toca un tema tan actual como lo es la inmigración. Con la xenofobia a flor de piel en varios países del mundo, y una crisis humanitaria que ha dado como resultado millones de refugiados en Europa, ¿cómo no filosofar con esto?

Este título nos pone al control de un agente de la oficina de inmigración de una nación ficticia, encargados de permitir el ingreso de los ciudadanos que cumplan con el papeleo, pero delatando y castigando a los que falsifican documentación, tienen planes más oscuros para visitar nuestro país o simplemente tienen algún fallo en sus papeles, producto de inexperiencia o algún error humano. Con una marcada pero delgada fina entre lo que está bien y lo que está mal, Papers, Please nos hace cuestionar nuestra propia moral, mientras tal vez empatizamos con esas personas inocentes que solamente buscan un lugar donde vivir tranquilos.

¿Qué nos define como humanos? Claro, podemos mencionar una larga serie de características, pero entonces, si las reproducimos artificialmente… ¿también sería humano? Y además, ¿cómo podemos ser objetivos al definirnos a nosotros mismos?
En The Talos Principle jugamos como un robot al que se le han implantado memorias, y durante el juego —más allá de la resolución de puzzles, algunos de ellos de corte filosófico— nos debatiremos sobre qué significa ser humano como tal.

Otro elemento muy presente en este juego es la religión, siendo que Elohim nos guía con su voz en una serie de tareas que supuestamente realizamos para alcanzar la eternidad junto a él. Convencer a una computadora de que somos humanos y hacerle entender por qué nos interesa que no se nos confunda con máquinas es solo parte de la aventura. Como ves, definir el valor de la humanidad no es nada sencillo, y quizás es de esas cosas que nunca te pusiste a pensar...

Así como recién teníamos un Simulador donde el narrador era nuestro guía y la fuerza que nos obliga a filosofar, el mismo escenario se plantea en The Stanley Parable, donde controlamos a Stanley, un oficinista como cualquier otro. Este narrador tiene como intención mostrarnos la fragilidad del ser, a veces diciéndonos qué hacer o qué no hacer, juzgando nuestras decisiones o mostrándonos las consecuencias de una decisión aparentemente negativa. Después de todo, el ser humano no es más que un animal débil que se basa en reglas impuestas y experiencias…

Lo mejor de este juego es la relación entre Stanley y el narrador, que a veces hasta rompe indirectamente la cuarta pared para hablarnos a nosotros mismos. En un ambiente totalmente surrealista y monitoreado, somos los ratones de laboratorio de algún ser superior, que nos tiene como objeto de estudio, como discípulos o simplemente como entretenimiento. La manipulación y el libre albedrío, la insignificancia de una persona en su entorno y un montón de simbolismo y metáforas visuales… si logras pasar el juego de corrido y sin detenerte a pensar en tu propia existencia, realmente te mereces un premio.

A ver, no nos malentiendan; si Fallout 4 está en esta posición no es porque sea un mal juego —de hecho es excelente— sino que los que están por encima tienen todavía más contenido filosófico o reflexivo. Aclarado eso, hablemos de los synths. En este juego, nuestro objetivo es encontrar el hijo que nos han robado mientras “dormíamos” en las cámaras criogénicas del Vault 111, pero de fondo tenemos una lucha social entre los humanos y un conjunto de robots que han logrado camuflarse entre nosotros. ¿Recuerdas cuando poco antes intentamos definir qué es un humano y hasta hablamos de discriminación o xenofobia?

A medida que avanzamos en la historia no solo vemos la relación entre las varias comunidades de humanos y los synths, sino que también lo vivimos de primera mano. Hay casos de romance entre ambas razas, hay homicidios, hay familias ensambladas y hasta criminales que salen a exterminar “a los contrarios”. Tarde o temprano, nosotros mismos tenemos que castigar o perdonar a los synths según nuestra propia moral, además de aliarnos a una de las facciones disponibles ya sea para liberar a los synths o para exterminarlos.

Igualmente, no crean que nos olvidamos de otro gran factor filosófico siempre presente en la saga Fallout: ¿qué tan legales o moralmente correctos son los actos que lleva adelante Vault-Tec? Cada refugio es un mundo que vale la pena explorar, cuestionando no solo las intenciones sino también las consecuencias y el poder de una empresa para experimentar con las personas. Por lejos, Fallout 4 es uno de los mejores juegos que hemos visto en los últimos años, y por suerte también nos pone a pensar un poquito.

Este es un juego que nace creado por dos padres heridos por la muerte de su hijo a causa del cáncer, pero decididos a plasmar en esta obra el desahogo y sus experiencias de vida. Si eso ya no te hace respirar profundo y pensar que todos podemos tarde o temprano tener una historia similar, no sabemos entonces qué se necesita. That Dragon, Cancer no es un juego particularmente “divertido” y para muchos ni siquiera es “disfrutable”, puesto que por momentos realmente se hace difícil de asimilar sin llantos en los ojos.

Si hay algo que este juego logra es que valoremos nuestra vida y la de nuestros seres queridos, entendiendo que la vida es tan delicada y la muerte algo que a todos nos llega, pero también elaborando sobre la “justicia” o “injusticia” de una muerte, según la edad de una persona o ciertos otros parámetros. ¿Somos capaces de atravesar un momento así? ¿Cómo reaccionaríamos nosotros en esa situación? Si te animas, That Dragon, Cancer no deja de ser un viaje introspectivo, que no pasa desapercibido para ninguno que lo haya probado.

Ya tuvimos en la lista un par de juegos que tratan el mismo tema, pero es que la filosofía tiene algunas preguntas que son la madre de todo: ¿qué somos?, y ¿cuál es nuestra función? Si bien este es un juego con tintes de Terror, la parte psicológica viene cuando nos enfrentamos a estos temas, de paso con algunos enemigos que nos darán no solo sustos sino muchísimo para pensar. En SOMA somos un hombre que tras un accidente se somete a un escaneo cerebral, pero de golpe despierta casi un siglo después, en una estación submarina.

Realmente es difícil hablar de este juego sin arruinar las mejores partes, pero digamos que las diferencias y similitudes entre hombres y máquinas vuelven a estar sobre la mesa. En ese futuro en que despierta Simon, la humanidad ha sido extinta casi en su totalidad por el impacto de un meteorito, por lo que los únicos humanos están bajo agua. Una figura importante del juego es Catherine, una amiga que nos ayuda pero que no es realmente lo que pensamos en un principio; el otro elemento que destaca es la WAU, una inteligencia artificial que se nos plantea como antagonista.

Los enemigos de este juego no son zombies ni extraterrestres sino mutaciones de humanos, que hibridaron con máquinas gracias a la misión de WAU de preservar con vida a la humanidad… ¿pero a qué precio? Cómo tratemos a estos híbridos y si los consideramos “vivos” o no es la cuestión de SOMA, con varias sorpresas a descubrir incluso sobre el propio Simon. Esta es una aventura más que recomendada incluso para los que le huyen a los juegos de miedo, especialmente porque ahora hay un modo que prescinde de los enemigos y nos permite jugar “más tranquilos”.

Max y Chloe son dos amigas que se reencuentran tras el regreso al pueblo de la primera, aunque ninguna es la misma que la última vez que se vieron. La principal diferencia está en que Max ahora está descubriendo un nuevo y misterioso poder que le permite retroceder el tiempo para corregir sus decisiones; la otra es la rebeldía de Chloe, que la mete en varios problemas. Ya con esta presentación seguro entienden por dónde van los tiros, ya que alterar la realidad implica cierta responsabilidad ética y moral, además de una conciencia fuerte.

Durante los 5 episodios del juego nos topamos con muchísimas situaciones donde la toma de decisiones es tan personal como compleja, sin mencionar que luego tenemos que lidiar con las consecuencias. La muerte es un elemento presente, a veces reversible y otras veces inevitable. Además, “hacer el bien” siempre supone favorecer a alguien pero perjudicar al otro, y esa subjetividad da para horas de filosofía. ¿Es “justo” el egoísmo de Max al modificar los acontecimientos según le conviene?

Uno de los golpes más fuertes está cuando sentimos que todo está bien y de golpe nos enteramos que la cosa está “peor”, como cuando Chloe vuelve a ser la misma de antes pero al costo de un accidente que la deja muy mal de salud. Con varios momentos para llorar, otros para filosofar y muchos más para detenernos a disfrutar de los alrededores y la buena música, Life is Strange es una tremenda Aventura Gráfica que marcó el 2015.

La filosofía política se queda en el tope de esta lista, porque siempre va de la mano con el pensamiento ético y la moral. En este juego, obviamente puesto en el contexto de una guerra en desarrollo, no estamos encargados de matar al enemigo ni aventurarnos en largas misiones típicas de un FPS. Aquí somos los sobrevivientes, esos marginados que se ven obligados a sobrevivir un día más como los más vulnerables de la ecuación, y muchas veces en la inocencia.

This War of Mine es un juego estratégico que premia la gestión, pero que tanto por su narrativa como por las situaciones en que nos pone está un escalón por encima de las otras 9 recomendaciones. Digamos que en tu instinto de supervivencia terminas entrando a una casa ajena en busca de provisiones… ¿le robarías la última lata de comida a una madre con 3 niños? ¿Matarías a una pareja de ancianos que solamente defienden lo poco que les queda? ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar para seguir vivo?

Obviamente, si jugamos en plan “buena gente” no llegaremos muy lejos, por lo que literalmente estamos obligados a olvidarnos de nuestros propios valores. Pero entonces, ¿está justificado? Y una vez que termine la guerra, ¿podremos volver a la normalidad y llamarnos buenas personas, después de lo que hicimos? Peor aún, ¿darías tus recursos simplemente por ponerte en el lugar del otro? Son demasiadas preguntas cuyas respuestas conoces solamente tú… o quizás no, porque seguro muchas cosas no salen según tu propia teoría, una vez que te enfrentas a la crudeza de This War of Mine.